lunes, 25 de junio de 2012

sábado, 23 de junio de 2012

VACAS GORDAS






M. C. Escher


En el libro El Fin de la Pobreza, Jeffrey Sachs afirma que los cálculos del FMI son que en 2017 China habrá superado la economía estadounidense en términos absolutos, y que la traslación del poder mundial va a ser un puzzle más complicado que el declive de Los Estados Unidos y la UE:  estamos hablando de la progresión de varias economías en ascenso a la vez, los llamados BRICS ( Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), sin obviar otras potencias emergentes como Nigeria o Turquía. 
Parece ser que ya nadie está dispuesto a asumir la posición de dirigir el mundo en solitario y cargar con las consiguientes responsabilidades financieras, y se está tramando en la sombra un mundo multipolar en que son varias las potencias que  piensan exclusivamente en los benefícios que puedan obtener a expensas de otras. Así de claro y cristalino.
China reclama más poder en el FMI mientras Estados Unidos quiere pasar de dirigir el mundo a una especie de búsqueda de beneficios sin contrapartidas, esquivando la cooperación mundial (dígase cambio climático, planes de rescate del Fondo Monetario Internacional, asistencia al tercer mundo, etc. etc.).
Ante la crisis económica y medioambiental que cada vez se agrava más, afirma el economista estadounidense: "Nuestro mundo, muy interconectado y superpoblado, se ha convertido en un navío complejo. Para que podamos avanzar tendremos que remar todos en la misma dirección, aun con más de un capitán al timón."
Se supone que muchos países ya estarán preparándose para figurar entre los que dirigirán ese barco donde navegamos Todos.
Vamos a esperar que Alemania, que en el siglo XX  nos embarcó en dos Grandes Guerras, esta vez no guarde ningún As en la manga y se disponga a sacrificar Europa en aras de sus propios intereses.
Afirmó el filósofo Bertrand Russell, un agnóstico visionario para la época, que el modelo necesario era un socialismo que respete la persona, que termine con la alienación y la sociedad de consumo, con la miseria  física pero también con la espiritual, que ponga la técnica y la ciencia al servicio del hombre y no al revés, el hombre esclavo del desarrollo (Lo que Creo, 1925) .
Al final de su vida B. Russell reconoció su frascaso en ayudar al mundo a vencer la guerra y a ganar la perpetua batalla intelectual  del ser humano por verdades eternas.

"¡Tan fácil ser difícil!
¡Tan difícil ser fácil!"

Foto de Robert Capa

miércoles, 20 de junio de 2012

domingo, 17 de junio de 2012

LAS FILOSOFÍAS BARATAS SON UNA INVERSIÓN SEGURA






Andy Warhol


Lo que deslumbra aturde, la euforia asusta, los atracones de ego desestabilizan.

El dinero es necesario para casi todo e importante para casi nada.

Es más fácil derribar que construir y sin buenos arquitectos somos como un barco sin capitán, un tren sin locomotora, un pájaro sin nido, un jardín sin água...

Todo tiene dos versiones, la verdadera y la que nosotros creemos que lo es.

Para que todo siga igual a veces hay que cambiarlo todo.

La persona que nos enamora casi nunca es la sombra de como la soñamos. Nosotros tampoco.

De tu puerta a la mía hay la misma distancia que de la mía a la tuya.  

Somos a la vez muchas cosas diferentes, la misma llave abre muchos cajones.

Casi siempre recibimos más de donde esperamos menos.

No son otros los encargados de hacernos felices.

Si Dios existe y nos quiere nos está fallando todo el tiempo.

Es más importante el cómo se vive que el qué se vive.

La muerte siempre nos libera de una situación complicada.

A veces personas inteligentes pasan por idiotas delante de idiotas que se creen inteligentes.

Lo más importante para ser feliz es no perder el entusiasmo.

Con la perspectiva del tiempo podemos llegar a entender lo que pasó y porqué.

Para ser mentiroso hay que tener muy buena memoria.

Los grandes problemas pueden ser grandes oportunidades.

En los momentos difíciles es cuando sabemos de lo que somos capaces.

Solo tiene valor el silencio del que es capaz de decir muchas cosas.

El sentido del humor es esa lógica imprescindible capaz de redimir nuestra humilde condición.

Es preferible tener y perder que no haber tenido nunca.

Es más noble fingir indiferencia donde hay amor que fingir amor donde no lo hay.

A menos pan, menos hambre.

Cuanto más seguros y poderosos más solos y vacíos.

Tan importante es saber vivir como saber soñar.

Una buena respuesta es de gente preparada, una buena pregunta es de gente sabia.

Gilbert and George

martes, 12 de junio de 2012

sábado, 9 de junio de 2012

SOLO NOS QUEDA SER VALIENTES





óleo de Henry Raeburn




El invierno pasado me puse a encender la chimenea y coloqué un tronco grande encima del incipiente fuego; me di cuenta entonces que estaba plagado de hormigas que empezaron un baile enloquecido de un lado al otro del madero hasta que murieron todas quemadas. Había una salida posible, bastante lógica, pero ellas han sido incapaces de abandonar el barco — con que a una se le hubiese ocurrido escapar de aquel infierno siguiendo hacia abajo, supongo que se salvarían todas haciendo lo mismo en fila india ( nunca he visto dos hormigas caminando del brazo...).
Me quedé pensando que la mayoría de los humanos actuamos como aquellas hormigas, nos movemos en círculos cerrados tal pescadillas que se muerden la cola, hasta que alguien con una inteligencia superior a la media nos saca del atolladero y nos hace progresar a todos, incluidos los impresentables. Casi siempre hemos avanzado, pero a veces también retrocedemos, aunque sea para coger impulso y luego llegar más lejos. En teoría todos tenemos uso de razón y podemos dar el salto, aunque sea en el vacío, liberarnos del miedo y de la sumisión. Pero no es fácil, somos como las hormigas, dependemos del grupo. 
La historia de la humanidad nos enseña que la mayoría a veces somos cobardes aunque la situación se vuelva insoportable y no tengamos nada que perder plantando cara más que la vida, la cual en muchos casos incluso ya está perdida de antemano: algo nos ata más que los grilletes, nuestro propio miedo y la capacidad de aguante, un instinto de supervivencia que nos hace sumisos y apocados.
Miramos nuestra historia y nos preguntamos como fue posible a veces, como sigue siendo posible, vamos tratando de que alguna vez ya no lo sea pero casi siempre esperamos que sean otros a enderezar un mundo que se nos está quedando pequeño y sucio.
Algunos animales mean para marcar su territorio mientras otros de la misma especie acatan con resignación ser perdedores y dominados. En los procesos sociales hay siempre una coyuntura de mando - sumisión por veces dificil de detectar, el autoritarismo se vale de muchos disfraces para ocultar los impulsos destructivos hacia los otros. Las estrategias de supervivencia pasan por querer triunfar y aplastar, la erótica del poder vive en todos los animales de la selva, y los humanos le añaden doctrinas maquiavélicas. "Hasta en la voluntad del siervo se encuentra el deseo de ser señor", dijo Nietzche.
Somos esclavos de la genética pero amos de nuestra voluntad, tenemos un cerebro que nos distingue de las hormigas, destinado a superar la complejidad del universo cuando es capaz de comprenderlo, de distinguir el bien del mal, de juzgar el pasado y de anticiparse al futuro, de aprender y de saber en quién confiar: si nos unimos las personas decentes somos la mayor fuerza de la humanidad, ¡porque somos más y porque somos mejores!

"Pueden los que creen que pueden", Virgilio.  

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óleo de Diego Rivera

miércoles, 6 de junio de 2012

MOZART





Retrato póstumo de Bárbara Krafft

viernes, 1 de junio de 2012

ABUELAS







Foto del blog Cozinha dos Vurdóns




Por edad y por andanzas conozco abuelas de todos los colores, las hay con historias entrañables, duras, bonitas, feas, alegres, tristes, hay abuelas quemadas por el uso y otras resignadas a la marginación, abuelas aceptadas y vetadas, respetadas y vapuleadas, unas egocéntricas y otras que les tocó ser verdaderas heroínas — un galimatías de abuelas, siempre a la zaga con otra condición, la de suegra, la de relación "nuera versus madre de la  pareja", que también tiene su punto...
En el fondo son buenas abuelas todas las que antes fueron buenas madres, o sea la gran mayoría, tanto por parte de hija como de hijo, que para el caso es lo mismo, tanto monta, monta tanto, aunque a veces no lo parezca.
En fin, que detrás de cada historia casi siempre hay otra historia, está la que contamos y la que los demás perciben, y queda todavía por contar la que se guarda bajo la alfombra — hay tantas formas de ver y de ser visto, que a la postre solo cuentan los hechos como nuestro auténtico currículum.  
Pero hablando de abuelas: una amiga mía cuando supo que iba tener un nieto sintió esas mariposas en el estómago que suelen sentirse, y más cuando es la primera vez. Empezó de inmediato a comprar ropita que tendía toda encima del sofá de vez en cuando para recrearse, como una chiquilla con los juguetes favoritos. 
Hasta que un día sonó el teléfono y su hijo le comunicó que ya no iba a haber niño. Se quedó tan vacía que se le puso el mundo en blanco y negro, guardó su tesoro en un altillo y esperó días más felices.
Pasados unos meses volvió la dulce espera, esta vez con un poco más de preocupación, porque como dice el refrán, gato escaldado teme el agua fría.
Con los calores de Agosto nació una pequeña linda como una flor, viva y observadora, con unos ojos negros profundos, pero que a los dos años aún no había soltado palabra por su boquita de cereza. La llevaron al neurólogo y entonces les dijeron algo en que no habían caído, que la niña no señalaba con el dedo, no decía adiós, no atendía a su nombre cuando la llamaban, como si fuese sorda, no tendía los bracitos para que la cogiesen, no daba besos, no tenía juego simbólico: la niña era autista y seguramente no hablaría nunca.
Aquella mujer viajó sola y en silencio al fondo de la oscuridad para poder empezar a subir más fuerte y más dura. En sueños la pequeña le soltaba grandes parrafadas y ella sentía una enorme felicidad, pero cuando despertaba se le venía el mundo encima. "Tengo que dejar de tener estos sueños", se decía descorazonada, mientras empezaba un nuevo día decidida a aceptar lo importante que es la vida con todo lo bueno y con lo malo y sintiendo que el amor por su niña era cada vez más grande e incondicional. Aprendió del sufrimiento la superación, se hizo más entera y más humana, se sentía un poco abuela de todos los desvalidos.
Hasta que un día sonó el teléfono, era su hijo, y en lugar de ponerse él, oyó una vocecita angelical que le dijo con toda claridad: ¡HOLA  ABUELA!
Fue el principio de un vuelo que no ha parado de subir hacia la luz, cada nueva habilidad de la niña, que son muchas, es una alegría y un triunfo sobre la desdicha.





Foto de Adalrich Malzbender