lunes, 22 de julio de 2013

LIBERTAD





témpera de Giovanni di Paolo



Si no hay libertad sin inteligencia, entonces se trata de un concepto exclusivamente humano, cada vez más difícil de concretar, por otra parte. Combinamos emociones de la Edad de la Piedra con instituciones medievales y una tecnología casi sobrenatural, por lo que lo único que avanza sin fisuras es la ciencia, mientras que la fascinación inocente por la vida va decayendo en las civilizaciones que se apartan de lo natural.
Todo va muy aprisa, los atajos de la técnica hacen que la percepción de lo que nos rodea se esté volviendo otra cosa que perjudica el desarrollo mental y anula ciertas emociones básicas, mientras se agudiza una ansiedad frustrante y la percepción del mundo como amenaza.
Somos un fruto de la evolución, y como afirma el físico Antonio Hernando, es ingenuo tener la idea de que el hombre es libre, cualquier neurocientífico sabe que tan solo el 5 % de las decisiones que tomamos en la vida son soberanas; para Epicuro el mundo era un conjunto de átomos que chocaban y chocaban continuamente, en un universo vacío y silencioso.
Como si el panorama no fuese ya de por sí bastante sombrío, vienen las religiones y ponen grilletes hasta al alma, se adueñan de los pensamientos, asocian la libertad a un don divino y al destino de la persona después de muerta, cuando tendrá de rendir cuentas de su paso por la vida. 
Por otra parte las personas y como no, el sistema, vigilan constantemente, en un intento de manipular y controlar. 
El Poder, la sociedad e incluso los más allegados, intentan siempre la sumisión del otro, no como persona única e irrepetible sino como ficha de un parchis inmenso e infernal donde apenas se hace visible el que se atreve a saltar una casilla, o dos, o el tablero entero, unas veces para bien general y otras no. 
Solo nos dejan libertad para ser estafadores o estafados, tontos, gilipollas, infelices, o también para olvidar lo que somos o no somos alienándonos con cualquiera de las drogas del mercado. 
Pero nos queda siempre un As en la manga que nadie nos puede quitar: la de ser dueños de nuestra vida para poder terminar con ella si no queremos seguir viviendo, ser capaz, llegado el caso, de escapar de todas las trampas a las que estamos sometidos.
Como dijo Epíteto, ningún hombre es libre si no es dueño de sí mismo ( o por lo menos de ese preciado 5% que nos conceden los científicos...).



óleo de Lesser Ury

3 comentarios:

  1. HE estado aquí hace unos días, como siempre hago, y como usted no apareció, me quedé un rato releyendo cosas. Fue agradable, y hoy vuelvo al placer de leerla, esta vez sobre la libertad. Como en la linda pintura de Giovanni di Paolo, se nos expulsó de un hipotético Paraíso y perdimos una hipotética libertad que nunca tuvimos. Somos el único animal inteligente, con todo el dolor que eso conlleva, ser un simples animal y tener conciencia de serlo. Dentro de esta condición sin remedio, unos somos más "animales" que otros, igual que la inteligencia también varía mucho.
    Es lo que hay, ¿verdad, querida María?
    Un fuerte abrazo,
    Manuel

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  2. Sim, a ilusão da liberdade é um dos pesos que o Sísifo leva até ao alto do monte (?)e, depois, lhe cai de novo das mãos e das costas. Ou deixa cair?

    Como diz Epicuro andamos as mais das vezes por aqui com o nosso "conjunto de átomos que chocaban y chocaban continuamente..."
    O Universo vazio e silencioso? Talvez não, talvez demasiado ruidoso tantas
    vezes de mais! Com tanta gente a falar e a não dizer nada (bem tenho que lembrar o nosso PR e o seu discurso vazio...! Tão imbecil!)

    O quadro que puseste é lindo...Sei que gostas do Masaccio que mostra também um uma Mulher e um Homem triste e desamparados...

    Mas, se como diz Manuel "se nos expulsó de un hipotético Paraíso y perdimos una hipotética libertad que nunca tuvimos", pelo menos vamos tentar o que tu segeres (- também hipotética?):
    "la libertad que nadie nos puede quitar: la de ser dueños de nuestra vida y poder terminar con ella si no queremos seguir viviendo."

    No entanto, enquanto por cá andar, vou tentar mais do que esse reles 5% de liberdade! Ilusão? Que me importa? Quero ter essa ilusão!
    Beijinhos e benvinda à blogo-esfera! Fazias cá falta...

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  3. Mesmo o acabar com a própria vida às vezes fica dependente da decisão e da acção de outros, como foi com Ramón Sampedro e outros casos semelhantes!

    Mas pelo menos podemos tentar ser tão livres quanto é possível sê-lo. Pensarmos pela nossa cabeça, e aprender cada vez mais, pois um pouquinho mais de saber permite que possamos compreender melhor o mundo e tomar melhor as decisões que constantemente temos que tomar.

    E a liberdade estamos também sempre a aprendê-la.
    Beijinhos!

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