domingo, 30 de marzo de 2014

GENTE EXTRAORDINARIA









obra de Nikolai Nicolaevich Ge




La gente extraordinaria deja una estela de luz a su paso por la vida que no se apaga con el tiempo, porque algo cambia siempre en este mundo con su valía y coraje.
Para conseguir cambiar algo a mejor en nuestras sociedades cerriles, ya sea un simple concepto, un prejuicio, un abuso, una injusticia o una ley, hace falta tener las ideas muy claras y saber transmitirlas con el valioso don de la palabra inteligente y precisa y el convencimiento absoluto de que sí se puede, y se debe.
Normalmente la gente que alcanza sus logros es también poseedora de gran magnetismo personal, que a la vez que seduce inspira confianza, porque la gente extraordinaria es honrada y cabal, a la par que valiente — las ideas novedosas son siempre revolucionarias y por lo tanto arriesgadas.
La gente extraordinaria tiene vocación de servicio, es sencilla y disponible, amable y compasiva, y nunca jamás corrupta ni traidora a sus principios, que son también los de la mayoría silenciosa; prefiere convencer que imponer y estafar, busca el consenso en lugar de la hostilidad, respeta el adversario y rehuye el uso de la fuerza bruta o del insulto mezquino.
Por eso el pueblo reconoce enseguida a la gente extraordinaria que tanto escasea, a la que nunca defrauda, la que deja una huella difícil de borrar a su paso por este mundo raro.



obra de Paul Gauguin



lunes, 24 de marzo de 2014

jueves, 20 de marzo de 2014

VIVIR, SIEMPRE




obra de Daria Petrilli





Bajo el cielo de París el aire se volvió veneno de partículas finas que respiran por igual los que no conocen la ansiedad y los que no conocen el sosiego, los que viven por amor y los que no son capaces de amar.
Hay que respirar mientras se vive y vivir mientras se respira. 
Si cada vida es como un libro, cada día desatendido es como una página que queda en blanco, un buen café abandonado en la taza, un barco amarrado a puerto, es como tener la luna delante de la ventana y cerrar la cortina.
Se trata de querer y quererse, de mantener siempre firmes la voluntad y la esperanza, estar, sentir cada momento, gozar, saber reconocer las cosas importantes, que casi siempre son las más pequeñas.
Viajar por el universo, ya sea sin equipaje o con una flor en el culo, es una oportunidad irrepetible que no podemos desaprovechar. Aun jóvenes o ya viejos por fuera, hay que apurar la copa hasta el último trago volando con la brisa antes de volvernos silencio, agarrando lo esencial, aunque duela, para estar plenos por dentro.
Se sube más alto si vamos tirando el lastre de sueños imposibles y metas utópicas, de culpas y rencores, y vamos asumiendo todos los derrumbes, todas las ausencias, todas las mentiras que esconde "la verdad". 
Estaremos como tengamos que estar en este existir imprevisible y caprichoso, pero comprometidos siempre, no viendo pasar la vida desde el andén de la estación.




obra de Darío de Regoyos

lunes, 10 de marzo de 2014

SOY LA DUEÑA DE MI SER






obra de David Inshaw



Entre las poquitas cosas que podemos decidir de verdad en un mundo que mueve caprichosamente los hilos de nuestro destino, están dos muy claras: si queremos crear una vida nueva y si queremos acabar con la nuestra.
Cuando llega por accidente un embarazo no deseado, es la interesada, con su cabeza y sus convicciones, la que tiene que optar por seguir adelante con ese proyecto o abortarlo, la que tiene derecho a determinar si un nasciturus que a las 14 semanas mide 30 gramos (se puede abortar mucho antes, a la primera falta, con dos semanas), sufre , tiene alma y ganas de vivir, o si por el contrario ella quiere que siga el destino de los billones de óvulos que se pierden para la fecundación en el mundo — y aun así, mucho ojo, por cada cien personas que mueren cada minuto, nacen doscientas.
Siempre se ha abortado y se abortará cuando la situación lo requiera, sin miramientos hipócritas e interesados, solo que en los países civilizados hace mucho tiempo que se hace de una forma digna y sin riesgos innecesarios. 
Algunas veces la pareja, el dueño del esperma y padre putativo, suplica a la mujer que tenga ese niño, digo suplica, y entonces a ella le toca elegir entre lo que le pide el cuerpo o complacerle a él. 
Algunas veces esto ocurría así, o de mil maneras más, siempre dolorosas, hasta que llegó la ley del señor Gallardón, que a partir de ahora decide por "todos y todas", parejas o parejos, católicos o ateos, conservadores o progresistas, da lo mismo. Desde la poltrona donde lo sentó él sabrá quién, hizo retroceder España de un plumazo treinta años, él sabrá porqué. Tiene el cinismo de llamar a su ley "... de los derechos de la mujer embarazada", después de prohibirle abortar incluso si hay malformaciones fetales gravísimas.
Ojalá que pronto su partido tenga que sacrificar esta prometedora carrera en aras de no perder demasiados votos, así nos veremos libres de esta lumbrera, otro ambicioso servil de los que proliferan en un país de bazofia y bla bla bla.
Estamos cansados de discursos surrealistas, de un patético triunfalismo mezclado a partes iguales con un justificado complejo de inferioridad, aunque sean capaces de afirmar sin sonrojarse cosas como que "ya estamos volviendo a ser el motor de Europa". Sic.
Será desde la cola del tren, como siempre. 
Es bien cierto eso de que todo estúpido habla como se los estúpidos fuesen los demás.



obra de René Magritte

miércoles, 5 de marzo de 2014

lunes, 3 de marzo de 2014

LA PLAZA DE LA INDEPENDENCIA







óleo de Constantin Yuon



Sufrir desde casa no tiene mérito alguno, solo se nos va encogiendo el corazón con tantas revoluciones frustradas, tantos tiranos haciendo acopio de grotescos oropeles, tanto pueblo puteado, tanta represión, tanta injusticia, tanto baño de sangre, tanta rabia y tanta desolación. 
En Ucrania la Revolución Naranja de 2014 no fue suficiente, y la de ahora tampoco lo va a ser. 
Un anciano de largas barbas y mirada cansada confiesa a un periodista que toda la vida ha esperado que algo o alguien les liberase del yugo ruso.
Desde hace más de dos meses de crudo invierno miles de personas están aguantando en la histórica plaza de Kiev las balas asesinas que les envía un tirano corrupto y cobarde. Hay quien pierde un ojo y vuelve al frente con el que le queda, y quien se olvida de su vida para salvar la de un compañero herido, mostrándonos en directo lo mejor del ser humano.
Hasta que les va estrangulando la hora de la rendición o del baño de sangre, no se sabe aún, quizá las dos cosas, que la frustración y el desamparo nunca vienen solos. "¡Vamos hacia la nada!", temen muchos ya, impotentes ante el avance del ejército de Putin, solos y abandonados por Europa, dudando entre todos si morir de pie o vivir de rodillas. 
¡Tantas barricadas en el alma, no pasarán, para que luego siempre pasen, dejando aplastada la esperanza! 
Cuando estos valientes ucranianos vuelvan a sus casas, los que no hayan muerto o desaparecido en el intento, llevarán con ellos el recuerdo imborrable de unos días de gloria en que rozaron con la punta de los dedos el sueño de la libertad y la justicia. 
Como dice Lincoln, "los que niegan la libertad a los demás no se la merecen ellos mismos".



óleo de Wlastimil Hoffman