lunes, 4 de septiembre de 2017

DE CARTAS Y OTRAS NOSTALGIAS

obra de Edvard Hopper





" (...) Thoreau era el único hombre que sabía leer la brújula, y ahora que ha muerto no tenemos ninguna esperanza de encontrarnos a nosotros mismos." (Paul Auster, Leviatán)

El mundo ya no volverá a ser lo que fue y nadie sabe exactamente como será dentro de cien años, que no son nada. Mientras tanto, muchas cosas buenas han llegado a nuestras vidas y muchas otras se han quedado por el camino, como el intercambio de cartas, con su papel, su buena letra, su sello pegado con la lengua y la ansiedad expectante con la que se echaba el sobre al buzón, en la esperanza de que el destinatario contestase con la misma premura y entusiasmo (aun somos muchos los que guardamos un fajo de largas y dulces misivas que empiezan con un Amor mío y terminan de mil maneras...). 
Por desgracia las cartas han muerto, igual que las emotivas esperas, los afectos amasados con paciencia y sosiego, la calidad, la selección, el perfeccionismo, la auto crítica. En los tiempos que corren prevalece la inmediatez, la prisa, la irreflexión, el narcisismo y eso... Es agobiante la cantidad de cosas que sobran, ya sean mensajes, fotos, aviones, barcos, plásticos, máquinas, nubes tóxicas o residuos nucleares: todo sin mesura, todo en demasía, empezando por nosotros que también sobramos.
Y esto a propósito de las cartas de amor que ya nadie escribe ...




4 comentarios:

  1. Sim, Maria, eram um modo tão bom de falarmos aos outros, a saber que havia alguém que nos ia ouvir, responder e a ânsia de escrever e de receber uma carta era maravilhosa!
    "el intercambio de cartas, con su papel, su buena letra, su sello pegado con la lengua y la ansiedad expectante..."
    AInda escrevo algumas cartas e não quero deixar de as escrever. Um beijo!

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  2. Andei por aqui a ver os teus post.
    Creio que já não deixava um comentário desde Janeiro. Como o tempo passa.

    As amizades se não se cultivam esmorecem...é pena:)

    Beijinhos e bom finde:)

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  3. AS amizades não esmorecem, Isabel. Basta trazer um pouco de água fresquinha: são como as flores! Arrebitam logo!
    Beijos às duas amigas

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    Respuestas
    1. Estou de acôrdo com a Isabel em que as amizades virtuais, se não se "regam" com regularidade, esmorecem.
      Beijinhos às duas

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