miércoles, 4 de octubre de 2017

FEDERICO GARCÍA LORCA







obra de Camille Bombois




Todo escritor refleja los tiempos que vive y sufre, y los de Lorca han sido bien difíciles y oscuros. Peces, jazmines, rosas, lirios, cuchillos, lunas y muchos símbolos más, vienen a sustituir un mundo interior que no podía aflorarle, un periplo existencial que le define los pasos y la inspiración.  Detrás de toda su obra hay una urgencia de alegrías y amores, hay soledades, frustraciones, sueños prohibidos, una inocencia imposible en el infierno de ángel caído: "comprensión total de la carne mínima del mundo".
Es el miedo a sí mismo, a su yo más verdadero, el que le dibuja silencios e inventa contentamientos

                Me he perdido muchas veces en el mar.
                Ignorante del agua voy buscando
                una muerte de luz que me consuma.
                      (Gacela de la Huida)

Las mismas cosas por las que siente pasión le pesan y le duelen, desearía amar en plenitud, darse, fundirse con la belleza universal que le está vedada: "Mis mares interiores se quedaron sin playas" (Ritmo de otoño).
Los tiempos inquietantes y peligrosos de la pre guerra civil donde una falsa moral va imponiendo su ley y fracturando la sociedad,  convierten en dramática la vida del autor de El Romancero Gitano, esa obra cumbre de la lírica española. 
"Soy un pulso herido que sonda las cosas del otro lado" — el otro lado de las cosas es ese abismo insondable donde buscamos sin encontrar, cuando nos perdemos de nosotros mismos, un sentido definitivo para la vida: demasiado esfuerzo, todo a medias, realidades, apariencias, un permanente equilibrio inestable entre ser y fingir, en alguien que aspiró a "morir viviendo, no vivir muriendo" (carta a M. Fernandez Almagro).

                                La rosa
                  no buscaba ni ciencia ni sombra:      
                      Confín de carne y sueño
                         buscaba otra cosa.
                       (Casida de La Rosa)

Si sustituimos rosa por yo, tenemos una síntesis biográfica del grandísimo escritor, poeta, músico y dibujante.
Todo tan cerca y tan imposible, tan bello y tan dificil

                      Noche de cuatro lunas
                           y un solo árbol

Cuando, con solo 38 años, en la flor de la vida, lo metieron en un camión como a ganado, cuando vinieron los carniceros y le pegaron un tiro en las entrañas, él ya se había marchado de allí, para ellos quedaba apenas un cuerpo sin alma, porque el espíritu indomable de Federico García Lorca ya había levantado vuelo hacia la inmortalidad.  

2 comentarios:

  1. Que texto tão bonito e verdadeiro! Gosto sempre do que escreves mas agora escreves tão pouco! Não sejas preguiçosa, faz falta a tua voz!
    Um poeta extraordinário, trágico e que faz ficar com a garganta presa e com a alma transida. Tanta dor, tanta beleza na sua poesia! Tanta procura dum absoluto por aqui. "Do outro lado"? Ele "buscaba otra cosa" sim...
    Tão belo!
    "Me he perdido muchas veces en el mar.
    Ignorante del agua voy buscando
    una muerte de luz que me consuma."
    E a imagem que escolheste é também extraordinária - em que circo vivemos...~beijos

    ResponderEliminar
  2. Obrigada pelas tuas palavras, querida, sempre tão amáveis.
    Tanta dor, sim. Vicente Aleixandre disse assombrado : "¡ Federico, qué corazón, cuanto ha tenido que amar y que sufrir!"
    Beijinho

    ResponderEliminar