miércoles, 27 de febrero de 2013

domingo, 24 de febrero de 2013

YO TENÍA UN AMIGO EN ÁFRICA





A Ángeles le pasa de todo, cosas muy buenas y muy malas, y la última buenísima fue encontrar a Mohamed, un hombre de estos que saben querer y hacer felices a los demás, de los que llevan dentro lo suficiente para encontrar siempre fuera lo bastante. 
Mohamed era mi fiel anónimo, lo supe por ella, y subconscientemente me preocupaba de encontrar ese pensamiento, esa frase que pudiese gustarle lo bastante para no perder su estimada visita.
El lunes pasado se quedó con: "A cada viajero el viaje que le toca, personal e intrasmisible".
Al día siguiente, Mohamed terminó de viajar el suyo — de repente, leyendo el periódico, le entró ese sueño de que ya no se despierta nunca.
Pasó por mi vida como una exhalación, pero me acostumbré en seguida al aliento cálido de su presencia amiga. 
Se acabó, ya no más: le perdí como se pierde todo.
Mi amiga me contó, rota de dolor, que estaba a su lado y sintió un frío tan insoportable, que le zarandeó con rabia, enfadada por haberla dejado así, que quiso pegarle hasta despertarlo, que quiso marcharse también, que no aguanta su ausencia, que no quiere seguir viviendo, que está desesperada.
Solo el tiempo irá cicatrizando la herida, y ella tendrá que reunir las fuerzas necesarias para reinventarse, para arrancarse este puñal como ha tenido que arrancarse tantos. 
La noche hará regresar el día. 
Ella sabe que al final siempre hay algo que valga la pena en medio de la desolación, que el recuerdo de todo lo que le dio este hombre maravilloso pesará entre las cosas buenas que le ha brindado la vida. 
Yo solo puedo darle el consuelo que me gustaría que alguien me diese, si alguna vez lo necesito como ella ahora.
¡Adiós Amigo!


miércoles, 20 de febrero de 2013

lunes, 18 de febrero de 2013

FUEGO FATUO





Arco del Triunfo de Medinaceli ( Siglo I)


Ahora que tengo un blog y me he propuesto el reto de escribir algo todas las semanas, me doy más cuenta todavía de lo difícil que es lo que parece fácil, tanto en la escritura como en todas las actividades del pensamiento, esas joyas del ingenio que hacen nuestras delicias ¡sin repetir ni repetirse, sin copiar ni copiarse, sin cansar ni cansarse!
Supongo que esa es la clave de todo lo que queda, en todas las artes y ciencias — siempre algo nuevo, inédito, brillante, ingenioso y honesto a la vez, novedosamente valiente y atrevido.  Sabemos que hay mucho talento que se pierde injustamente por el camino, pero todo lo que supera el paso de los siglos es porque tiene de verdad un valor indiscutible.
Enfín, como lo mío es un simple juego para media docena de amigos o quizá ante todo para mí misma pese a mis escasos registros, esta semana la  inspiración me vino dada por la imagen imponente y solitaria del Arco del Triunfo de Medinacelli, tan antiguo y tan entero en medio de la nada, de lo que fue y ya no es.
La vida es siempre un tiempo efímero pero intenso, un paseo que nadie puede pasear por nosotros, un viaje sin retorno, a cada viajero el viaje que le toca, personal e intransmisible, "un experimentar en el aquí y ahora la impostergable tarea de vivir", dice M. Kundera, en La Insoportable Levedad del Ser.
Todo pasa y se esfuma, todos los caminos llevan a una muerte segura, pero cada vida puede ser un trozo de pasión, un recurrido de aprendizaje, amor, gozo y armonía.
Alguna vez todos soñamos en vano con triunfar, con cruzar ese Arco de los elegidos, pero solo a los megalómanos descerebrados se les ocurre echarle un pulso al tiempo, querer comprar con oro la eternidad, acabando convertidos, en vida y después de muertos, en caricaturas de sí mismos, momias aprisionadas en sarcófagos dorados, fuegos fatuos que brillaron un instante en la oscuridad de la egolatría.
La felicidad es otra cosa, y como dijo D. Quijote, el que no sepa ser feliz cuando le llegue el momento, que no se queje cuando se pase...
La vida es siempre Ahora.

Me siento junto al fuego y pienso                                                    en las gentes de ayer,
y en gentes que verán un mundo                                                         que no conoceré.

                            ( El Señor de los Anillos)

Tumba de Tutankamon

miércoles, 13 de febrero de 2013

lunes, 11 de febrero de 2013

¿ES USTED FELIZ?









— Valore su grado de felicidad del uno al diez, así pondrá claridad a lo que realmente siente por dentro, a la manera de percibirse a sí mismo, aquí y ahora: olvide el pasado, no cuenta para la nota si usted alguna vez arrastró su auto estima con un cordel, si acaso llevó puesto en la cabeza día y noche un casco de incertidumbres y temores, o notó  como un grifo dentro del pecho goteando algo espeso como la sangre; olvide las caídas, los túneles que atravesó sin vislumbrar la luz y los pozos oscuros de donde tuvo que salir sin ayuda.
Su sitio en la vida es donde está ahora, así que olvide también el mañana.
El Índice de Satisfacción con la Vida (ISV) fue creado en la Leicester University e investigó 178 países en el año 2006, llegando a la conclusión de que Dinamarca era la nación más feliz del mundo, por ejemplo, seguida de Suiza y de todos los países nórdicos; Los Estados Unidos ocupan el puesto 23, Alemania el 35, Kuwait el 38, España el 43, Italia el 50, Francia el 62, Brasil el 81, seguido de China y Cuba, Grecia el 84, Japón el 90, Portugal el 92, Angola el 160, y Burundi es el último de la clasificación.
Quedó claro que el PIB influye en el sentimiento general, pero también el tener salud y un buen sistema sanitario, un trabajo digno, libertad y una buena familia; el dinero ayuda a sentirse satisfecho, pero se le da más importancia cuando no se tiene; a partir de un cierto nivel económico, un incremento en el consumo no produce mayor bienestar; vivir en una mega urbe nos hace menos felices, mientras que trabajar fuera de casa nos hace sentir mejor; a menos prejuicios, más felicidad; la gente más feliz es la más realista y fuerte psicológicamente, altamente capacitada para enfrentarse a las penas y a las glorias; es muy reducido el número de los que se atribuyen una nota de gran infelicidad o de felicidad suprema (diez).
Como se trata de niveles subjetivos, del "disfrute" de cada persona, la buena vida es aquella que a cada individuo le va más. También hay que tener en cuenta que nos suelen gustar algunos aspectos de nuestro presente y disgustarnos otros, dependiendo el grado de felicidad de la manera como apreciamos el conjunto, como sentimos, como vemos resueltas nuestras expectativas: se puede estar satisfecho con nuestra existencia aún siendo conscientes de sus carencias, y al revés.
M. Csikszentmihalyi defiende la idea de que ser feliz es vivir en "un estado de flujo", contrapunto a la ansiedad o el aburrimiento: fluir es disfrutar de "una sensación de libertad, gozo y compromiso, aplicar nuestras facultades al máximo en planes y objetivos que valgan la pena". Eso sí, es muy importante que exista un equilibrio entre el desafío de la tarea y las habilidades de quién la realiza, en otras palabras, saber medir nuestras fuerzas: si lo que queremos llevar a cabo nos resulta demasiado fácil o demasiado difícil, no podemos alcanzar ese estado de "armonía productiva", ese fluir de que nos habla el psicólogo húngaro.
Las cosas han cambiado para peor en los últimos años para algunos de estos países, que después de un annus horribilis detrás de otro, siguen encajando el desplome de muchas ilusiones, la rabia y el dolor de muchos fracasos colectivos y personales. SALDREMOS, seremos capaces de conseguir entre todos que triunfe la justicia y la cordura, aprenderemos a ser felices con menos, a "fluir", a cuidar los afectos y a pensar en los más débiles.
Hay los que preferimos vivir más modestamente rodeados de personas felices, y hay otros que nunca tienen bastante, sin importarles nada vivir entre la miseria ajena: es la gran diferencia que separa las personas de bien, que a la postre son más dichosas, de las que eligen para forrarse los caminos más mezquinos.

"Si un hombre ha nacido con un carácter no dotado para la felicidad, nada le puede hacer feliz, si ha nacido para ser feliz, nada le puede hacer desgraciado" ( Mark Twain)  




miércoles, 6 de febrero de 2013

domingo, 3 de febrero de 2013

SESENTA AÑOS DE ROCK







Hace más de sesenta años (1954) que Elvis Presley cantó por primera vez That´s all right Mama, una combinación de elementos afroamericanos del blues , el boogie woogie y el jazz con los de la música folclórica americana country y western, que dió como resultado la aparición de uno de los géneros más importantes de la historia de la música.
El rock´n roll no paró de expandirse hasta nuestros días, evolucionando en una infinidad de orientaciones y estilos — más de cien modalidades dentro del rock pop, punk, metal, gótico, psicodélico, interactivo, alternativo, progresivo, new wave, sinfónico, tecno, grunge, y un largo etc.
Entre espamódicos estertores, letras con mensaje y gran riqueza creativa, el buen rock viene plantando cara al capitalismo salvaje, la violencia, la homofobia, el racismo, los convencionalismos rancios, el conformismo, las injusticias, el poder, la burguesía, la estupidez, la resignación cobarde, la rutina, la falta de imaginación.
Los buenos músicos rockeros tienen un poder de convocatoria a nivel mundial infinitamente superior a cualquier mandatario o personaje público, con el que han cambiado muchas cosas y van a seguir cambiando muchas más. Algunos de los mejores se han quedado por el camino quizá por eso, porque eran de los mejores y de los más de verdad, leyendas vivas con una capacidad creativa y de sentir el mundo que los llevó a ahogarse y a la decisión equivocada de autodestruirse.
Personalmente no sentí un chute de sobredosis de adrenalina en mis venas hasta que no viví en directo un macro concierto de los Rolling Stones  (Madrid, 1982, más de 70 000 almas bajo la lluvia).
Algún día los jóvenes de todo el planeta se encontrarán unidos en esta música de masas, en este lenguaje universal con que cuestionar y querer cambiar un mundo cada vez más complejo y hostil donde como siempre cada uno intenta hacer de su vida un lugar habitable.
El rock es comunión y catarsis, ansia de paz y libertad, rebeldía, pasión, rabia, verdad, conciencia de los límites que lleva cada uno a ser uno mismo.
El rock es la sabiduría popular, esa que no le gusta a una clase que añora la época en que los valores de la cultura les pertenecía en exclusividad, porque quién consigue interesar a tanta gente puede llegar a controlar sus mentes, planear locuras o inventarse una religión...

"Queremos el mundo, ¡ y lo queremos ahora! " — We want the world and we want it now! ( Jim Morrison)


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