jueves, 13 de julio de 2017

EL SILENCIO DE LOS DIOSES




obra de Cecco del Caravaggio (¿Francesco Boneri?)


¿No vamos como errantes a través de una nada infinita? 
     (La Gaya Ciencia, F. Nietzsche)


Una ballena agonizando atrapada sin poder moverse en un ovillo de redes de plástico, fue salvada in extremis por unos marineros de esos para quien el mar aun es sagrado. Alguno después lloró de rabia y de impotencia.
Algunos lloramos y lloraremos por un mundo entero que agoniza, entregado a sí mismo, abandonado a su suerte, olvidado de los dioses que no están ni nunca estuvieron. Dios ha muerto. La Tierra está en manos de unos cuantos mercaderes que han profanado ya todos los santuarios. No queda nada incontaminado, somos libres de auto destruirnos llevando por delante toda la vida del planeta, con esa mezcla explosiva que hemos inventado, un arma de destrucción masiva de efectos retardados: el consumismo salvaje aliado con la codicia sin límites. 



óleo de Cyril Mann