miércoles, 1 de junio de 2022

VIVIR ES UN ARTE

 







                                                                                Lette Valeska


        
                                                                        
¿Qué controlamos de nuestra vida, hasta donde,  hasta cuando?
¿En qué debemos creer, en quién confiar, quienes merecen ser apoyados o rechazados? Sócrates ya se preguntaba qué era lo justo, qué era el bien, qué era la belleza... Todo viejas incógnitas nunca resueltas. ¿Qué somos realmente, en la inmensidad del universo?
Sabemos muy poco de nosotros mismos y de lo que nos rodea, de jóvenes nos sentimos inmortales, hace falta vivir y haber visto mucho para entender que todo es transitorio, lo bueno, lo malo y lo regular, y que a veces basta un segundo para tirar por tierra el puzle entero que vamos montando con ilusión y esfuerzo. Solo la edad y la experiencia nos hace un poco sabios humanamente, humildes, lúcidos y compasivos. 
El mundo es cada vez más complejo y confuso, hay mucha desorientación, susto, espanto con lo que está pasando y lo que vendrá después. Luego la feroz intoxicación informativa hace que ya todo pueda ser una propaganda falsa e interesada, que casi nunca se sepa a ciencia cierta donde está la verdad — aunque hay cosas que saltan a la vista por sí solas y no se pueda dudar de hechos demostrados. Conocer toda la historia es imposible incluso para los genios o para los que son realmente cultos, pero con percatarse tan solo de una pequeña parte ya resulta difícil mantener el sosiego y la salud mental. 
Sin embargo aún es posible una vida tranquila para muchos afortunados, quizás también fruto de lo que no se sabe o no se quiere saber: una cierta ignorancia no viene mal, no se puede habitar en las sensaciones incómodas y quedarse atrapado en ellas, hay que intentar vivir cada momento lo mejor que se puede. Dice San Agustín que "la felicidad es desear lo que se posee", definición magistral en pocas palabras, o como la definió Asimov, "talvez sea no sentir que debes estar en otro lado, haciendo otra cosa, siendo alguien más". Talvez.
Lo cierto es que entre lo que da paz y lo que la quita, entre la belleza y la feúra, la buena suerte y el infortunio, entre la fuerza de la mente y la impotencia, somos como navegantes en un mar donde en cualquier momento los vientos se vuelven huracanados, impotentes en medio de lo que pasa y no pasa, de lo que se quiere y no se puede o lo que se puede y no se quiere . Aprendemos a ganar y a perder, el espíritu se fortalece esperando lo inesperado y aceptándolo de antemano, crecemos cuando utilizamos nuestra capacidad de adaptación al infortunio. No siempre lo mejor es lo más fácil o anhelado. Hay que saber desistir de antemano de lo que no dependa de nosotros. Vivir es un arte.

El coraje no es la ausencia de miedo, pero el triunfo sobre él.
    Nelson Mandela