martes, 20 de abril de 2021

VANITAS VANITATIS

 





                                                                               
     obra de Alekséi von Jawlenski


 
Un estudio de Oxford concluye que hay un 85% de posibilidades de que el ser humano sea el único ente poseedor de una capacidad intelectual reflexiva, imaginativa y consciente de sí misma en todo el universo. Nuestra relevancia en ese terreno es manifiesta desde los albores de la especie, puesto que siempre hemos sido capaces de evolucionar, descubrir, inventar, crear y hasta interpretar el mundo y sacar conclusiones. Quizá la curiosidad, el talento y valentía de personas como las que nos han traído hasta aquí, consiga que también nos expandamos en un futuro hacia planetas distintos, que el conocimiento no pare de avanzar y que se llegue incluso a descifrar algún día el misterio de la vida. 
Por otra lado hay que reconocer que sin embargo la mayoría de los mortales somos bastante básicos, vamos a remolque de los avances conseguidos por unos pocos y por veces ni siquiera nos apercibimos  del contraste colosal entre la inmensidad del vasto mundo y nuestra insignificancia. En definitiva lo que nos une e identifica a todos es nuestra común fragilidad y la certeza de la muerte, aunque incomprensiblemente haya sujetos vanidosos, ufanos de sí mismos, que se sienten importantes y practican el egoismo del "me, myself and i", en vez de explorar campos más interesantes y empáticos. Por supuesto que cada uno es libre de vivir como le de la gana si no hace daño a nadie, que es preferible transitar por territorios cómodos y placenteros a ser un desgraciado, que es normal y legítimo que cada uno se quiera a sí propio y a los suyos y que vivir con entusiasmo y pasión sea lo más deseable: pero sin perder de vista que todo lo que empieza termina, que nunca se sabe ni cuando ni como, y que en realidad no nos tenemos más que a nosotros mismos para enfrentarnos a determinadas circunstancias. Que solo el talento perdura. Que como dice el refrán, al final de la partida tanto el rey como el peón vuelven a la misma caja. ¡Que es muy pobre sentirse rico! 
"Hay que dejar la vanidad a los que no tienen otra cosa que exhibir". (Balzac)   

jueves, 1 de abril de 2021

CATARSIS






                                                                                obra de Louis Bouquet




El día en que la pandemia sea solo un mal recuerdo, algo habremos aprendido de todo lo que está  pasando y ojalá la "nueva normalidad" sea un poco mejor que la de antes. Mientras tanto, nos hemos adaptado a la preocupación de sobrevivir como si nos hallásemos en permanente estado de guerra, con el miedo y la incertidumbre haciendo mella hasta en los espíritus más fuertes y animosos. Hay mucha soledad, muchos sueños hechos pedazos, mucha preocupación por las mutaciones del virus y  esas "olas" ininterrumpidas con cifras inasumibles de muertos y contagiados, y también por desgracia hay mucho egoísmo, mucha falta de compasión y de civismo de no pocos.
La ya diagnosticada como fatiga pandémica se extiende por todo el planeta y la tasa de suicidios es alarmante. En medio de esta situación tan anómala y aterradora, muchas personas consiguen hacer una vida bastante normal y creen que controlan, que están fuertes, hasta que de repente, al mínimo resquicio de ternura y sentimentalismo se emocionan y se rompen, es como si hubiese algo dentro del alma a que no se está dando salida. 
Necesitamos con urgencia que después de las tinieblas vengan tiempos de luz, que se produzca una gran resaca, una catarsis colectiva, un grito unánime de la rabia tanto tiempo contenida, un romper las cadenas del pánico y la contención, una gran fiesta global, en memoria de los vivos y los muertos, los científicos, los sanitarios, la buena gente, todos en fin los que han contribuido a que la vida siga.
Es posible que algunos aspectos de la antigua rutina hayan cambiado para siempre, en el mundo en general y en cada uno en particular. Muchos habrán descubierto que ciertas cosas que creían imprescindibles no les hacían falta ninguna, que algunos amigos no lo eran tanto y otros lo eran más, o que lo verdaderamente importante es lo más sencillo. Estamos notando en carne propia que esa convivencia social con la que nos hemos convertido en humanos sigue siendo imprescindible para el equilibrio de nuestra mente, pero que tampoco sobra viajar hacia dentro de vez en cuando, y aprovechar un retiro forzoso para conocernos mejor a nosotros mismos...  

PLACERES
La primera ojeada por la ventana 
al despertarse
El viejo libro recobrado
Rostros llenos de entusiasmos
Nieve, el cambio de las estaciones
El periódico
El perro
La dialéctica
Darse una ducha, nadar
Música antigua
Zapatos cómodos
Comprender
Música nueva
Escribir,
Plantar,
Viajar,
Cantar
Ser amable.

Bertold Brecht