lunes, 30 de diciembre de 2019

NORIA SOLAR






obra de Cyril Mann


Para los que en algún lugar leen mi blog, a los que agradezco tantísimo y deseo muchas felicidades, dejo un extracto del delicioso artículo de Manuel Vicent en El País de ayer.

La vida consiste en dar unas cuantas vueltas al sol, una por año [...]. La vida te permite entrar en este parque de atracciones para montar en una nave que viaja a 30 kilómetros por segundo en un vuelo elíptico alrededor de una bomba de hidrógeno y el único milagro estriba en que, pese a una velocidad tan alucinante, a nadie se le vuela el sombrero. Si la vida es lo más parecido a una feria, un breve caos entre dos infinitos silencios, como dice Samuel Beckett, ¿qué motivo hay para tomarse en serio este mundo? Al parecer, todas las locuras están permitidas en ese viaje a bordo de un gramo de polvo perdido en el universo, que da vueltas y vueltas transportando un inmenso y absurdo guirigay lleno de violencia, un griterío de monos confundido con el parloteo estúpido de los humanos y también toda clase de sueños. [...] Pese a todo, cuando la humanidad desaparezca de la faz de la tierra, seguirán dando vueltas por el universo, convertidas en polvo de estrellas, la locura de Don Quijote, la duda de Hamlet, los versos de Hölderlin, la Venus de Botticelli y la Flauta mágica de Mozart. Y solo por eso habrá merecido la pena el haber pasado por esta feria. Feliz año nuevo. Feliz viaje en esta nueva vuelta en la noria solar.

domingo, 29 de diciembre de 2019

SPINOZA










A lo largo y ancho de la historia de la humanidad, el exilio, la exclusión social o la muerte han sido el destino final de muchos de nuestros pensadores más decisivos en el avance de todos.
Spinoza es uno de esos ejemplos de vida azarosa y que sin embargo en tan solo 44 años de existencia se convirtió en el padre del panteísmo moderno y uno de los grandes racionalistas de la Historia. En pleno siglo XVII combatió las supersticiones religiosas y analizó concienzudamente las causas de las pasiones humanas. Einstein afirmó que solo creía en el Dios de Spinoza, "el que se revela por sí mismo en la armonía de todo lo que existe, no el que se interesa por la suerte y las acciones de los hombres". El físico alemán, también de origen judío, era así mismo otro gran admirador de la belleza y armonía del universo "que solo podemos entender con humildad y de manera imperfecta".
Para Spinoza la idea de Dios se identifica con un universo natural cuya creación no estaría motivada por ningún propósito. Creía que la mente y el cuerpo son una única cosa vista de ángulos diferentes y que conocer el mundo es conocer mejor a Dios. Defendía que la libertad solo nace de la razón y el entendimiento, ha cuidado atentamente de "no burlarse de las acciones humanas, no deplorarlas ni detestarlas, sino entenderlas" : la música no es buena ni mala para el sordo. Cuando el hombre comprende que no es libre y acepta su esencia, es cuando puede acercarse a la libertad. Nuestro entendimiento finito no puede comprender la infinitud del cosmos del que formamos parte. Lo malo y lo bueno, lo feo y lo bello, lo noble y lo vil, están dentro de las potencialidades de la sustancia divina, en que basó todo su pensamiento.  
El que siempre predicó "intolerancia con las ideas pero tolerancia con los hombres", fue anatematizado por su comunidad, acusado de ideas herejes y ateas, en este vergonzoso decreto que le separaba del pueblo de Israel:
"[...]Expulsamos, execramos y maldecimos a Garuch Spinoza. [...] Maldito sea de día y maldito sea de noche; maldito sea cuando se acuesta y maldito sea cuando se levanta; maldito sea cuando sale y maldito sea cuando regresa. [...] ordenamos que nadie mantenga con él comunicación oral u escrita, que nadie le preste ningún favor, [...] que nadie lea nada escrito o transcrito por él."
Su obra fue prohibida y ocultada por los círculos más poderosos y dogmáticos hasta ser reivindicada por los grandes filósofos alemanes del diecinueve. 

Llevo treinta años leyendo la "Ética" y siempre descubro nuevos matices o interpretaciones. (Pedro García Cuartango)