martes, 28 de diciembre de 2010

AÑO NUEVO

   


Charlie Rivel





Los balances de fin de año son como la limpieza de armarios, cada temporada hay que quitar viejo para meter nuevo.
Los balances de fin de año no gustan porque "da cosa" pensar en lo que nunca volverá, en el tiempo ya quemado con sus aciertos y sus errores, y en lo que está todavía por llegar, cargado de incertidumbres. Es mucho mejor centrarse en el presente que andar por las ramas de un futuro incierto.
Convivimos con el peligro igual que con la esperanza, pero nunca podemos saber como se va deshojar la margarita del destino — me toca... no me toca...
Unas veces tenemos el cielo al alcance de las manos y otras estamos a oscuras.
En  Nochevieja a las doce brindamos por los próximos 365 días, y a veces detrás de una gran sonrisa escondemos una gran preocupación. Levantamos la copa de champagne siempre  esperando que lo bueno dure y lo malo pase pronto.
¿Quién no ha sufrido alguna vez, quién no ha dudado de todo, quién no ha sentido miedo, quién no ha tenido frío, quién no se ha sentido nunca solo, perdido, pequeño, inseguro, quién no ha tenido que esconder amargura detrás de una mueca de payaso?
Siempre brindamos por la Vida sin dejar que lo visto y lo vivido pudran la alegría de existir — las Torres Gemelas en el suelo, Nueva Orleans inundado,  las costas del pacífico anegadas por un tsunami gigante, mil tragedias escalofriantes vividas en directo que nos van robando la capacidad de asombro, pero nos llevan a comprender que la vida siempre sigue con los que siguen en ella. Como dice Elvira Lindo "hay algo  obsceno en recrearse presagiando la caída al abismo de un pueblo entero": estamos a fin de año, momento de buenos deseos, y por eso yo, desde la seguridad de que no tengo nada seguro, pido para el próximo año, además de mucha salud para todos, que es lo más importante, un político iluminado para España, un Curchill, un De Gaule, un Willy Brandt, un Mitterrand, un Mandela, un Luther King...
Ser corrupto y agarrarse al sillón del poder cuando millones de ciudadanos no levantan cabeza, me parece una inmoralidad.
Ojalá este año pueda resurgir la esperanza colectiva, lo merecemos, y como el tiempo todo lo cura, seguro que estamos más cerca de ver la luz al final del túnel.

"Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad" ( Winston Churchill).
¡ FELIZ AÑO !



Pintura de Cimabue

sábado, 18 de diciembre de 2010

MÓVILES Y LÍOS







1965
En la deliciosa serie "Super Agente 86" Max está en una misión secreta contra las fuerzas del KAOS, junto con su inseparable agente 99. Saca su zapatófono y la llama, le habla muy bajito y sigue caminando hacia atrás. Ella hace otro tanto de lo mismo, hasta que están espalda contra espalda, y siguen hablando por teléfono. Fué una escena que no olvidé, por lo mucho que me reí.
— Al día de hoy, esa situación hace parte de nuestra vida cotidiana: nos citamos en un lugar concurrido, y al no ver a la otra persona inmediatamente echamos mano del móvil, la localizamos, al lado o en frente mismo de nuestras narices y mientras le hacemos algún gesto seguimos con el móvil en la oreja, aprovechando para saludarla...


1983
Se comercializa el primer teléfono celular, que tiene una autononía de media hora hablando y ocho en modo de espera, siendo necesarias diez horas para recuperar la batería; pesa cerca de 1 kg. y cuesta un riñón  El primer mensaje SMS se envió el 3 de Diciembre de 1992 en Inglaterra, de un ordenador a un móvil, ponía sencillamente "Feliz Navidad".
— Al día de hoy,  combina telefonía, música e Internet. Permite navegar y reproducir contenido multimedia, tiene una pantalla táctil que gira 90 grados, cámara fotográfica y de vídeo , apenas ocupa espacio y pesa 114 gramos.


1995
Paseando por el tontódromo de Murcia, mi marido hace este comentario de antología: " Hace falta ser snob para ir hablando por teléfono en plena calle" (¡ Qué visión de futuro, hijo!)
— Al día de hoy, toda oreja tiene su aparato a partir de los doce añitos. La popularización de la telefonía móvil ha supuesto una de las grandes revoluciones de los últimos diez años, facilitando la comunicación y la movilidad como nunca había ocurrido. En España, sin ir más lejos, el parque de móviles sobrepasa con creces el número de habitantes; en África el 90% de las comunicaciones se hace con estos teléfonos, su número en el mundo ya supera los 5000 millones.
Se habla por la calle, a veces a grito pelado, se habla en el metro o en cafeterías y restaurantes, a veces a cajas destempladas, como todos bien sabemos y sufrimos, a tal punto que se puede decir tranquilamente que el teléfono móvil tiene también otra función no menos importante: medir el nivel de educación y modales del personal...


2010,
Tengo una gran amiga que odia la tecnología punta, es enemiga declarada de todo artilugio mecánico, que por otra parte no tiene más remedio que utilizar, en una relación de "amor- odio" que me troncha, pués tiene un gran sentido del humor.
Otro día me quedé en llevarla al aeropuerto y para ello dormí en su casa porque el avión, otro trasto que detesta, salía muy pronto. Por la mañana mientras ella terminaba sus cosas bajé la maleta al coche,  fuí a una gasolinera cerca y  fumé un cigarrillo. Parece ser que tardé más de lo que ella  había calculado y empezó a ponerse muy nerviosa pensando si me habrían atacado , pués era todavía noche oscura.
  Cogió su móvil y marcó mi número y casi simultaneamente oye sonar el mío propio, que había dejado encima de la cómoda. Cuelga el suyo y atiende el mío, que mientras para de sonar... Lee: llamada perdida. Vuelve al suyo, que había puesto encima de la mesita de noche para coger el mío, e intenta hablar comigo otra vez, pero vuelve a sonar el mío encima de la cómoda, por lo que vuelve a colgar el suyo y a coger el mío ( no sé si me siguen), el cual deja de sonar otra vez, con las mismas palabras en pantalla, las de llamada perdida...Se pone atacada de los nervios y piensa (sepan que lo cuento con su permiso):" María está intentando decirme algo y no puede, está claro que está en peligro".
Vuelve al suyo corriendo y ahí es cuando entro yo por la puerta, la noto azorada, teléfono en mano, y le pregunto a quién está llamando. Pone una cara como de gran preocupación y me contesta ensimismada: "soy gilipollas".
Cuando me contó la escena, más preocupada con su salud mental que divertida, me fui riendo hasta el aeropuerto, mientras ella murmuraba que "se le habían cruzado los cables y que no le extrañaba, porque ella no había nacido para móviles y líos "...
Y así protestando se metió en el avión, muy a su pesar y muerta de miedo como siempre.


Y ahora una confesión personal,  una pesadilla, cosa a la que no soy muy dada, y que se me repite de vez en cuando: me encuentro completamente sola en una ciudad desconocida, enorme y fría, se está haciendo de noche y estoy llena de miedo y ansiedad. Llamo a Enrique desesperadamente pero mi móvil no da señales de vida, no sé su número de memoria y entonces siento que estoy perdida para siempre. ¡Menos mal que en ese momento despierto!
He buscado en La interpretación de los sueños de Freud y algo me aclaró, aunque este es un sueño del siglo XXI, no de hace más de cien años. 
Lo cierto es que cada vez somos más dependientes, y por encima lo que hoy es lo último en tecnología mañana ya está anticuado, muchos no podemos ni queremos ir tan aprisa, nos mareamos, nos negamos a engancharnos a toda esta parafernalia de la modernidad, y cada vez nos atrae más lo antiguo, lo sosegado, lo que está en vias de extinción, las personas tal cual, las de toda la vida, en una convivencia  auténtica, personal, cercana, amable, generosa, amiga, noble, solidaria, discreta, educada, sincera, sencilla, divertida, creativa, interesante, sensible ( no creo que sea mucho pedir), esa gente que " hace camino al andar", pero sobre la tierra — no hacia las galaxias...

¡Feliz Navidad!


Pintura atribuida a Nicolas Froment



 

lunes, 13 de diciembre de 2010

VIVIR , MORIR





obra de Carroll Cloar






Ha muerto mi amiga de la niñez, la primera, la de la inocencia incontaminada, la de cuando reímos tanto, aún sin saber porqué. 
Hace nueve años nos abrazamos con el cariño de una vida entera, sin sospechar que aquel abrazo de reencuentro era también de despedida — casi nunca sabemos si lo que estamos haciendo es definitivo. Decir adiós, visitar un lugar, hacer el amor o bailar un tango, sentirnos todavía jóvenes y fuertes,  contentos o ilusionados — para todo hay una última vez, pero solo lo sabemos más tarde. 
Cuando perdemos a un amigo se nos encoge el corazón de frío, nuestra historia va así cambiando poco a poco, hasta llegar al punto de echarnos de menos a nosotros mismos...
Mi amiga había perdido su único hijo en un accidente de coche, y cuando la desolación la tenía prisionera, tocaron a la puerta para cambiarle la vida: era una chiquita menuda y triste que le soltó que estaba embarazada de su hijo, pero que no podía hacerse cargo de la situación, a lo que mi amiga le contestó, sin pensar, como si alguien hablase por ella: "Ten ese niño, que si es de mi hijo lo adoptamos, y si no lo es...también".

No temo a la muerte que simplemente está, es la otra cara de la moneda, llevarse bien con ella es aceptarla como el final de un viaje, la solución lógica para la lógica irrefutable de la vida. Sé de su presencia, oculta detrás de una cortina del salón de mi subconsciente, está pero la ignoro, no dejo que me perturbe paseando por los pasillos de mis días y mis noches; porque no la temo, la olvido. Sin embargo me tranquiliza conocer donde está la salida si un día la vida deja de interesarme: entonces iré hacia ella como si la felicidad estuviese a su lado, descorreré la cortina y le diré "¡llévame y acúname, quiéreme, acaríciame, sosiégame, sonríeme, hazme sentir niña otra vez antes de quedar dormida para siempre!"                 

       


fresco de Odilon Redon





jueves, 9 de diciembre de 2010

EL QUINTO PODER







El quinto poder surge con la posibilidad de comunicarse globalmente a través de la Red, de poder informar o desinformar y también de poder ser informado o desinformado sin límites ni censura, dando la cara o anónimamente.
Todo usuario de Internet tiene acceso a la cultura universal y por otra parte todos podemos también expresar nuestras propias ideas o sentimientos sin traba alguna, lo que es fantástico, pero por eso mismo también peligroso — se pueden difundir calumnias, superar entidades, condenar inocentes, intoxicar la opinión pública, manipular, especular, hacer demagogia, conspirar, estafar…
¡Nunca un medio de comunicación estuvo tan fuera de todo control ni fue tan usado por las masas! Nunca un medio de comunicación gozó de una función tan esencial de contrapoder.
En 1940 Orson Welles denuncia en Ciudadano Kane un magnate de la prensa propietario de algunos periódicos en Estados Unidos. ¡Eso hoy no es nada, comparado con lo que está pasando con un Silvio Berlusconi, con Wikileaks, etc. etc.! La realidad supera con creces la ficción de novelas tan exitosas como las de Millennium, que tanto entusiasmaron a los lectores de medio mundo.
Se accede a fuentes, y a las fuentes de las fuentes. Como escribe Manuel Vicent este domingo en El País: “Fondos reservados, la doble vida de reyes o tenderos, laberintos de la política, informes confidenciales, amores nefandos, crímenes y conjuras, preparativos de guerra, todo ese acerbo maldito será molturado por la informática en un disquete que podrá adquirirse en los grandes almacenes. Al final seremos libres cuando estemos todos atrapados”
Quizá seremos todos libres cuando seamos capaces de separar el trigo de la paja, cuando seamos un conjunto de personas perfectamente capacitadas para enfrentarnos en igualdad de condiciones a los retos del desarrollo. En la nueva era global, los medios de comunicación son utilizados como un arma de combate, la función no ha hecho más que empezar: solo nos queda un camino, aprender y aprender, no consentir que sigan embruteciéndonos, saber pensar y saber discernir por nosotros mismos, no dejarnos manipular, no dejarnos utilizar. Unidos y educados somos la mayor fuerza, el quinto poder tenemos que ser todos, y no los de siempre.
Estamos ante un mercado gigantesco de verdades y de mentiras, de especuladores, de visionarios y psicópatas, de piratas, de virus y ciber ataques, de posibles guerras virtuales: hay que estar alerta y exigir a los dirigentes códigos éticos que impongan la decencia y la cordura en esta feria de pasiones. Andamos muy escasos de referentes válidos, de lideres carismáticos que nos inspiren entusiasmo y confianza, y sobrados de tontos encantados de sí mismos.
¡Enfin! Tenemos dentro de casa, al alcance de nuestros dedos, todo un mundo de grandezas y miserias — pero también somos muchos millones los que, en cualquier lugar de la Tierra, solo vamos buscando algún buen amigo.




sábado, 4 de diciembre de 2010

VOLVER A VALENCIA






Joaquín Sorolla


Viví en Valencia toda mi treintena (1974-84), esa edad en que por lo general la noria de la vida nos tiene en lo más alto, por fuera y también por dentro: nos sentimos aún jóvenes pero ya lo bastante maduros para saber cuando decir , cuando decir no, cuando decir quizás, cuando decir nunca, cuando decir ahora...
Ese tiempo tan interesante lo viví en la “ciudad del fuego”, las Fallas y las mascletás que suben la adrenalina, en ese lugar donde sin duda volvería si algún día volviese a alguna parte.
Llevaba años sin visitarla y al poco de llegar me sentí aturdida, el G.P.S. nos iba conduciendo y yo no reconocía nada por el camino ¡hasta que vi delante mía el edificio donde hemos vivido! Los años del boom inmobiliario lo cambiaron casi todo mientras yo me hacía más pequeña, más de pueblo, aunque se me ponen los dientes muy largos cuando pienso que al Palau de la Música vienen directores como Daniel Barenboim, Rudolf Buchbinder, Rafael Frühbeck de Burgos o René Jacobs, y que la temporada de Ópera  del 2010-2011 en el Palau de las Artes Reina Sofía, incluye  Aida y Manon, conciertos con Jesús Cobos y Plácido Domingo, Tosca y Fidelio con Zubin Mehta... 
Mucha envidia y también orgullo, sobre todo porque en el Centro de Investigación Príncipe Felipe gente tan brillante como Santiago Grisolía trabaja sobre el genoma humano. 
Pero tengo que confesar que solo empecé a sentir la emoción del recuerdo y la nostalgia cuando pisé el Puente del Real hacia las vetustas Torres de Serranos, la calle San Vicente, la Plaza de La Virgen con el Micalet, la calle Colón, la Plaza del Ajuntament, lo de toda la vida, que es lo que siempre buscamos los nostálgicos — como el restaurante "La Marcelina", que sigue en la Malvarosa, donde nos deleitamos con una paella de conejo y pollastre hecha en fuego de leña, con sus verduritas, sus garrofones, sus caracoles, su pizca de pimentón, de azafrán y de romero. Exquisita.
Y así bien empapada de emociones, me llegó el momento de visitar a una vieja compañera, bajo una lluvia menuda como un manso y cálido llorar para dentro: la Albufera, mi Albufera, donde tantas veces me perdí y me encontré, la de las cañas y barro, la de las dunas y juncales, de las barracas, las barcas, los chorlitos, los tordos, los ruiseñores, los patos, las garzas reales, las puestas de sol... la de las novelas imprescindibles de Blasco Ibañez, del tío Barret, de los Paloma, de la Neleta y el Tonet.
Siempre llevaré dentro esta tierra que siento como  mía: lo bueno que tienen las cosas que no son de nadie es que son de todos los que saben quererlas. 


 Jose Manuel Capuletti

miércoles, 24 de noviembre de 2010

LAS VUELTAS QUE DA EL MUNDO












Dijo Einstein no saber con qué armamento se peleará en la tercera guerra mundial, pero que la cuarta será a base de palos y piedras: como no tomemos en serio el tema de la superpoblación, vamos de cabeza hacia un desastre irreparable, nos multiplicamos en una progresión geométrica, vivimos en un planeta con unos recursos limitados, y en este momento ya sobramos dos tercios (!), que vamos morir más tarde que todos nuestros antepasados, y cada vez más dependientes en nuestra forma de vida — un apagón generalizado llevaría el mundo al caos en menos de una semana. Nos sentimos fuertes, seguros, autosuficientes hasta que "nos toca". Thomas Robert Malthus, considerado el padre de la demografía, hace doscientos años ya previó lo que nos venía encima (la inteligencia se mide por la capacidad de anticipación, y la eficacia por la de tomar medidas a tiempo), y pensaba en dos posibles frenos: uno sería el hambre, las guerras, las plagas, las enfermedades, o sea, el que no desea nadie bien nacido; el segundo, la abstinencia sexual, que por suerte hoy ya no hace falta.
A su vez Isaac Asimov afirma que "la democracia no puede sobrevivir a la superpoblación, la dignidad humana no puede sobrevivir a la superpoblación” (in ¿Hay Alguien Ahí?), y Sartre ya opinó que estábamos cerca de que el planeta se colapsase y que sería la Naturaleza la que tomase cartas en el asunto decidiendo por nosotros: nos eliminará como el virus, la plaga que somos. (L´enfer c´est les autres). En el año cincuenta se estima que la población mundial habrá aumentado un 39%, llegará a los 10.000.000.000 de personas — y eso pese al  mayor descubrimiento del siglo para resolver el mayor problema del siglo, el que esperemos que al final nos salve del apocalipsis now : el dia 15 de octubre de 1951 el químico mexicano Luis Ernesto Miramontes hizo la síntesis de la noretisterona, que es el compuesto activo base del primer anticonceptivo oral sintético, más conocido como la píldora anticonceptivaLa posibilidad de la planificación familiar tiene y tendrá ya siempre unas consecuencias ecológicas valiosísimas a todos los niveles, así como un simple preservativo frenará también a la vez el avance  de la pandemia del Sida, que está devastando África.



 ¡ Menos mal que a estas alturas de la película Joseph Ratzinger, actual Papa de la iglesia católica — siempre tan pendiente, tan preocupada con la justicia, con los avances de la ciencia, del conocimiento y la cultura, la libertad, la generosidad y el perdón — se levantó  una mañana reciente con el espíritu abierto, dispuesto a consentir el uso del condón en casos puntualísimos!
 ¡Qué alivio para el mundo!
                                                                
Los zapatos de Su Santidad tienen un chic entre sutil y atrevido

                                                                                                                    

domingo, 21 de noviembre de 2010

CALIDAD DE VIDA









obra de Kandinsky



Somos casi siete mil millones de personas en el planeta rodando a una velocidad de mil setecientos kilómetros por hora alrededor del sol. ¡Da vértigo pensarlo! Venimos al mundo por un rato, unos lo pasan bien y otros mal, la mayoría bien y mal, subiendo y bajando en su particular noria — cuando se llega a lo más alto solo se puede ir hacia bajo y cuando se toca fondo solo queda remontar. Personalmente prefiero la sensación de ir subiendo a la de ir bajando, aunque viniendo de muy arriba;  siempre es más reconfortante moverse hacia la esperanza que hacia el miedo y el vacío.
Venimos aquí por un rato que a veces se hace largo pero que en general es corto, pasamos lo que nos toca, nos marchamos y al poco tiempo ya nadie se acuerda de nosotros: pero aun así casi siempre la vida compensa y casi nadie tiene prisa de dejar esto, hay mucho para ver y sentir y alguna posibilidad de pasarlo bien — guardándose de alimentar sueños imposibles, que es cosa de tontos.
Nuestro modus vivendi es ahora mismo muy variopinto, desde el de las tribus primitivas aún estancadas en el túnel del tiempo al de los habitantes de megaurbes, en megaedificios con  megaventanales que no se pueden abrir para tomar el fresco. Supongo que arrancar a alguien (con mucho dinero, eso sí) de Nueva York, un suponer, y meterlo donde vivo yo, por ejemplo, debería causarle un shoc tan brutal como si de repente a mí me colgasen de un piso número cien, sin pisar tierra, sin mi acacia y mis buganvillas, sin la olor de mi dama de noche, mi jazmín, mis rosales y de mi  césped cuando llueve, los pinos de en frente, los mirlos de pico amarillo, las gaviotas, el mar, los barquitos y las espectaculares puestas de sol al fin del día... 
La calidad de vida tiene que ver con lo esencial, con la oculta armonía, con lo que cada persona valora y disfruta de verdad, que a la larga siempre viene a ser lo más sencillo y natural.
Para encontrar un lugar amable en el mundo basta con aceptarse y querer a los que nos rodean. El dolor, que contiene lecciones vitales, nos enseña que la calidad de vida es ese disfrute especial de un bienestar físico y psíquico y que a cierta edad es bueno sentir que uno ha hecho bien los deberes. Los que dejan la piel y hasta el honor en amasar grandes fortunas, olvidan que el dinero no vacuna contra la ignorancia, la estupidez, la ignominia, el miedo, la soledad, la ansiedad, el sufrimiento y tantas cosas que nos hacen frágiles y pobres aunque cubiertos de millones. Todo está en nosotros.



                           Si muero,
                           dejad el balcón abierto.

                           El niño come naranjas
                           ( Desde mi balcón lo veo).

                          El segador siega el trigo
                          ( Desde mi balcón lo siento).

                          ¡ Si muero,
                          dejad el balcón abierto!

                                ( F. García Lorca)



lunes, 15 de noviembre de 2010

" SEÑORA DE...."






                                                                obra de Moses Soyer




Termina de salir una ley por la cual el orden de los apellidos de nuestros hijos queda al libre albedrío de los padres. Puede parecer una tontería, pero lo verdaderamente tonto es que fuese al revés : primero el del papá y luego el de la mamá, o viceversa, como en Portugal, lo mismo dá, pero obligatorio, el caso es controlar todo. 
Cuando había aduanas, al pasar a Portugal nos hacían rellenar un "papelinho" donde solo faltaba poner a qué  íbamos; siempre me pregunté qué harían luego con tantos millones de papelinhos...
Tengo historias surrealistas con el infierno de la burocracia y de los apellidos de mis hijos que no contaré para no aburrir, solo un apunte: con cuarenta años tuve que pasar por el forense para que testificase otra vez que yo era una mujer, con vistas a volver a hacer mi carnet de identidad español, puesto que en consecuencia del robo del que yo tenía desde que me casé, llegaron a la conclusión en el Registro de que nada de lo  hecho servía para cosa alguna. ¡Etc!
 El caso es que todo lo que signifique una conquista a favor de la igualdad y la libertad es siempre bienvenido.
Los que nacimos en los años cuarenta del pasado siglo, sabemos bastante de rigores machistóides. Cuando me casé y me convertí en " la señora de...", me encontré que la casa era toda mía, o séase, me tocaba todo a moi, y esta, que no había pisado nunca una cocina — por poner un ejemplo "suave", tiraba las patatas a la sartén y salía corriendo... Llevé las manos hechas un cristo, quemadas y cortadas, sin que por eso mis guisos, hechos a golpe de libro, fuesen más valorados (¡ingratitud machista, claro!). Luego vino la niña y yo, aparte de adorarla, tampoco tenía mucha idea de qué hacer con ella, no nos preparaban para la vida práctica, y mi madre ya no estaba en este mundo para  echarme una mano, aunque fuese por teléfono. Fué durillo, y para más inri me convertí en lo que nunca pensé que me tocaría ser, por clarísima falta de vocación para ello:  ama de casa, de profesión "sus labores", apesar de lo que me costó convalidar la carrera sin dominar el español todavía.
Llevar la casa a secas, sin tener un trabajo fuera de ella, condiciona mucho, nos convierte de cierta manera en más conformistas, pasamos por donde no deberíamos, por las circunstancias: cuesta más educar al otro, yo no lo aconsejo a nadie, hombre o mujer.
 Enfin, lo cierto es que en una sociedad civilizada tiene que haber una tolerancia cero con las atitudes machistas. No en vano fueron hombres que en su momento  dicidieron por nosotras, cuando todo nos estuvo prohibido — tener voz propia, votar, separarnos, vestirnos enseñando lo que nos diera la gana, besar en público, abortar, reunirnos, ser homosexuales, pensar libremente, ¡vivir libremente!, en dós palabras . Y por supuesto que a los hombres también les toca siempre un buen trozo de la tarta de la estupidez y la intolerancia.
Esperemos que algún dia triunfe  el "prohibido prohibir" del Mayo de 68, con Sartre detrás de las barricadas, o del paraíso paternal del poeta portugués Miguel Torga, o de la canción de protesta del gran cantante brasileño Caetano Veloso (:"vais siempre a matar al viejo enemigo que murió ayer")
Igual que la fuerza bruta ya no tiene aplicación en la sociedad de hoy día, alguna vez toda clase de nepotismo y estupidez dejará de encontrar cabida en una población cada vez más informada, a la que será por lo tanto más difícil  engañar y manipular.
Algún día la sociedad será mayoritariamente inteligente, sana, justa y libre. Algún día.

                      E eu digo Sim
                      E eu digo Não ao não
                      E eu digo: É !
                      É proibido proibir
                      É proibido proibir...etc.              
                                 (Canção de Caetano Veloso)


Le Mariage, de Jean Fouquet
      

miércoles, 10 de noviembre de 2010

TERNURA



obra de Frederick Cayley Robinson



"Por un poco de ternura", cantaba Jacques Brel que los marinos en el puerto ofrecían tesoros a falsas princesas.  
Ternura es como la espuma blanca con que el mar borda las olas cuando ya están en la orilla... Sentir ternura es algo personal e intransferible, como los celos o el orgullo, algo sutil, breve, intenso, callado: esa chaqueta con que alguien nos tapan mientras dormimos en un aeropuerto, esa mirada o esa caricia pequeña, cuanto más pequeña más grande, que nos hace sentir bien por dentro y más ricos como personas.
"Ternura es despertarse por la noche abrazado, levantarse cada mañana con el suave beso del amanecer y poder compartir la vida con el apoyo incondicional de otro "( Javier Serrano Copete).
Sentir ternura es amar sin querer poseer, como por ejemplo la que nos inspira un perdedor, el que sufre callado, la humildad del ignorante, la dignidad de un mendigo, la timidez de un feo, el esfuerzo de un torpe, el miedo de un valiente o la valentía de un miedoso, la impotencia del que un día lo pudo todo, los pucheros de un niño que no quiere llorar, esa persona que se perfumó para agradarnos, la nostalgia del anciano, los collares de una negrita muerta de hambre, una mano tendida, una palabra amable, nuestro perro, nuestro gato, la mirada fija de un gorrión esperando su galleta en la explanada de un café...
Hay siempre una constante en lo inmensamente tierno: la limpieza de alma, el salir de lo más noble que cada uno lleva dentro — la timidez bien administrada inspira mucha ternura, así como la gente callada, humilde, generosa, frágil o inocente.
Alguien dijo que solo las personas capaces de sentir ternura son realmente humanas y fuertes. Se dice que la ternura con tacto ayuda a disminuir el estrés, la ansiedad y el dolor y que lo raro será siempre la incapacidad de empatizar. Una carencia crónica de cercanía afectiva puede desembocar en que se pague cualquier precio a cambio de cariño o intente llenarse con sustitutos esa ausencia.
A cierta edad cuando nos sentimos queridos nos salen alas en el corazón...



óleo de Ambrogio Lorenzetti

jueves, 4 de noviembre de 2010

APRENDER A VIVIR

 






En el último diálogo de La Educación Sentimental, Frederic y su amigo Deslauriers hacen la crónica del fracaso de sus respectivas vidas. Flaubert ya en aquella época, también convulsa, perseguía el sueño de un equilibrio entre el conocimiento y las emociones, de poder vivir la vida auténtica e inteligentemente, en aras de conseguir la ansiada meta del bienestar interior, que debe ser el fin último de una vida coherente.
Al día de hoy aún "estamos en ello" sin haberlo logrado, dando palos de ciego, avanzando dos pasos y retrocediendo uno, incapaces de reinventar una sociedad que se ha quedado obsoleta, donde es difícil encontrar paz y felicidad.
En la educación del siglo XXI sigue habiendo una asignatura pendiente: la que enseñe a vivir, esa "educación sentimental" que reclamaba Flaubert, que no es otra cosa que enseñar a pensar y a sentir. Aún sigue haciendo falta cuestionar muchos de los valores establecidos, escasean los referentes válidos para el largo y duro recorrido de nuestra propia andadura vital.
Afirma Damasio que el objetivo de una buena educación es organizar desde la infancia nuestras emociones de tal modo que podamos cultivar las mejores y eliminar las peores, pues las emociones están al comienzo y al final de todos los proyectos y de todos los mecanismos de decisión.
Los niños no sabrán convivir de mayores si nadie les menciona nunca en qué consiste saber ponerse en el lugar del otro, si nadie les ha dado cariño o advertido de que su salud se degradará a raíz de situaciones repetidas de un estrés generado por miedos imaginarios o ambiciones desmedidas.
Hay que enseñar la alegría, la ternura, el amor a la vida y a la hermosura de las cosas, somos en gran medida lo que aprendimos a ser .
Los jóvenes tienen derecho y obligación de conocer unas verdades que solo la experiencia de los mayores les puede transmitir. Dejo como ejemplo algunas que vienen sobre la marcha a mis curtidas mente y memoria de vieja:

Ser competitivo crea desasosiego, y la excesiva necesidad de bienes materiales solo fomenta la insatisfacción, la estupidez y la injusticia.

La paz consiste en tener orden por dentro, en saber lo que la vida nos puede dar y las limitaciones que presenta.

Nada de lo que vale la pena se consigue sin esfuerzo.

La decencia está para praticarla, no para proclamarla.

Mejor que saber mucho es actuar sabiamente.

Cuando las cosas ocurren de cierta manera y no se puede luchar contra ellas, hay que saber asumirlas.

Pobres son las personas que solo tienen dinero.

No se puede ganar siempre ni tener siempre la razón, ceder es sabio y la auto-crítica indispensable.

Sólo se sienten superiores los que no valen nada.

Decir a alguien que sí puede, es ayudarle a poder, todos tenemos talentos y habilidades a veces insospechados.

Hay que aprender a elegir entre ir de víctima o de protagonista.

Hay muchas formas de ser desgraciado pero también hay muchas de ser feliz.

Nuestra escala de valores va a ser el condicionante de nuestros estados de ánimo.

No somos responsables de la cara que tenemos, pero sí de la cara que ponemos.

Quién se aflige antes de tiempo, se aflige más de lo necesario.

Hay que saber dar a cada cosa la importancia que realmente tiene.

Nadie te puede hacer daño sin tu consentimiento, la primera vez será culpa suya, pero la segunda tu eres el responsable.

Aprender a decir No es saber definir los propios límites de independencia y libertad.

No hay que perder la visión global de la vida durante los tiempos difíciles, ni dejar nunca de aprender de las experiencias buenas y malas.
Es importante saber qué libros leer y con cuales no hay que perder el tiempo.

La vida es una larga lección de humildad,
¡Feliz Fin de Semana!
 María


óleo de Corot

viernes, 29 de octubre de 2010

HOMENAJE A UN GRAN HOMBRE






Ha muerto Marcelino Camacho, el paladín de las utopías en tiempos de miseria y miedo, cuando para hablar hacía falta ser valiente.



martes, 26 de octubre de 2010

MI PEQUEÑA PRINCESITA









obra de George Clausen



Cariño mío:
En las navidades del 2007 fuimos a Granada para pasar la Nochebuena con tus papás. Al entrar en la ciudad, después de un viaje de intensa lluvia dejó de llover de repente, salió un rayo de sol por entre las nubes negras, se hizo una luminosidad mágica y en el cielo apareció el arco-iris más bonito que yo había visto nunca, de lado a lado de la tierra, enorme y brillante con sus siete colores: entonces yo sentí dentro de mí que tu ya estabas en camino, fue todo muy intenso, siempre que veo un arco-iris me acuerdo de aquél momento .
Efectivamente durante la cena supe lo que ya sabía en mi corazón.
Luego en la habitación del hotel donde dormimos el abuelo y yo, aparté la cortina para mirar a través del cristal la plaza Bib-Rambla con sus árboles sin hojas adornados de mil lucecitas doradas, la Alhambra al fondo en todo su esplendor y la catedral a mi izquierda con las campanas repicando alegres para la Misa del Gallo. Fue como cuando todo se conjuga para sentirte plena.
La primera vez que te cogí en brazos y me apretaste un dedo con la manita, mirándome con esos ojos negros e intensos, me has atrapado   incondicionalmente.
San Pablo dijo un día a los Corintios:
"Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.
Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de mover montañas, si no tengo amor no soy nada.
El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta."

Algún día sabrás como el amor es lo que hace grande nuestra pequeña vida.



obra de Susan Ricker Knox

viernes, 22 de octubre de 2010

Y EL CEREBRO CREÓ AL HOMBRE

       



                                                  óleo de Lucas Cranach



He estado enfrascada leyendo este libro de Antonio Damasio que acaba de ser publicado,  obra densa pero amena, de lectura lenta y sin embargo apasionante.
Damasio explica concienzuda y convincentemente como se formó el cerebro en los seres vivos por necesidad de supervivencia, y como este órgano que dirige el cuerpo va evolucionando hasta llegar a crear lo que es la mente, y como a su vez a partir de la mente el hombre desarrollará a través de los tiempos y las circunstancias el mundo de las ideas, las emociones y los sentimientos hasta llegar a lo que es hoy la condición humana. Afirma que una vez que las neuronas entraron en funcionamiento en el interior de los organismos que eran capaces de moverse, la vida animal cambió de diferente manera a la de las plantas. Se inicia entonces una progresión en la complejidad funcional con comportamientos cada vez más sofisticados hasta procesos mentales que con el tiempo llevaron a la conciencia.
A mí me parece una obra indispensable para entender la historia de nuestra evolución — aunque no soy ninguna experta en estos temas, que simplemente me apasionan. 
Por eso me voy limitar a transcribir algunos párrafos suyos, más interesantes que todo lo que yo pueda añadir:

— Pese al extraordinario éxito de la neurobiología, la comprensión que tenemos del cerebro humano es aún considerablemente incompleta.

— La luz blanca es una luz compuesta por los colores del arco-iris y sin embargo ello no resulta evidente a simple vista.

—  Un siglo y medio de investigaciones acerca de las consecuencias de las lesiones cerebrales nos aportan las pruebas que necesitamos para distinguir  las partes del cerebro que son competentes en la elaboración de la mente.

— El cerebro tiene miles de millones de neuronas, que forman entre sí miles de billones de conexiones.
Al igual que ocurre con nuestro rostro ( nadie tiene los ojos cuadrados o asimétricos, por ejemplo), los cerebros humanos son extremadamente similares y aun así muy individuales, cada cerebro es único.

— La conciencia es un estado mental en el que se tiene conocimiento de la propia existencia y de la existencia del entorno.

— Un conjunto de imágenes conscientes nunca deja de ir acompañado de un coro obediente de emociones y de los consiguientes sentimientos.
La manera en que se desencadenan las emociones resulta interesante: la elaboración de imágenes puede enviar señales a cualquiera de las regiones   que desencadenan emociones. Esas señales asumen el papel de estímulo emocionalmente competente, y se desencadena una cascada de acontecimientos que dan lugar a una emoción, y la lectura perceptiva de una emoción es un sentimiento.

— Sin la subjetividad, la creatividad no habría florecido y no tendríamos canciones ni pintura ni literatura. El amor nunca sería amor, solo sexo. La amistad habría quedado en mera conveniencia cooperativa. El dolor nunca se habría convertido en sufrimiento, no se hubiera considerado algo malo, sino sólo una dudosa ventaja dado que el placer tampoco se hubiera convertido en dicha o en gozo.

— La construcción neural de estados de dolor y de placer tuvo que haber surgido en etapas tempranas de la evolución y debió de desempeñar un papel decisivo en su decurso.

— Cuando miramos el árbol de la vida no podemos dejar de reconocer que los organismos progresan desde lo simple hacia lo complejo.

— Cuando las neuronas hicieron su aparición, la vida cambió de forma extraordinaria. Con el tiempo, se convirtieron en portadoras de señales, pasaron a ser dispositivos de procesamiento capaces de transmitir mensajes y recibirlos por vía electromagnética, organizándose en circuitos y redes de una enorme complejidad. Las neuronas son unas células más del cuerpo, solo difieren en su capacidad de hacer cosas que las demás células no pueden, así como en su firme actitud de vivir mucho tiempo, a ser posible tanto como vivan sus dueños.

— Resulta curioso que sea cada vez mayor el número de pruebas de que los avances socioculturales pueden llevar a profundas modificaciones del genoma humano.

— Una vez que en la mente cobró sentido el sí mismo , el juego de la vida cambió, si bien de una manera tímida al principio, centrándose en el individuo que, poco a poco, se define más y mejor.

— Se puede considerar a la naturaleza como indiferente, despreocupada y desmesurada, pero la conciencia humana creó la posibilidad de poner en tela de juicio esa manera de proceder de la naturaleza. La aparición de cerebros conscientes, que con el tiempo fueron capaces de una reflexión flexible sobre sí mismos, constituye el siguiente acontecimiento trascendental, ya que supuso dar una oportunidad a una respuesta rebelde, aunque aún imperfecta, frente a los dictados de una naturaleza indiferente.

— Una vez que el sí mismo fue ya lo bastante complejo como para revelar una visión más completa de la condición humana, esto es, cuando los organismos vivos pudieran aprender que el dolor y la muerte estaban en juego, pero que también lo estaban el placer, el prestigio y la insensatez, cuando hubo preguntas que plantear acerca del pasado y del futuro humanos, una vez que la imaginación pudo mostrar de qué modo era posible reducir el sufrimiento, minimizar las pérdidas y hacer más probable la felicidad y la fantasía — entonces la mente rebelde empezó a llevar la existencia humana hacia nuevos horizontes, algunos desafiantes, otros acomodaticios, pero todos basados en la consideración detenida del conocimiento, primero un conocimiento mítico, luego un conocimiento científico, pero en todo caso conocimiento.

— No es que las artes sean una compensación completa o adecuada para el sufrimiento humano, para la felicidad innalcanzada, para la inocencia perdida; pero aun así fueron y son una cierta compensación, un contrapeso frente a las calamidades humanas. Las artes son uno de los extraordinarios dones que la conciencia ha concedido a los seres humanos.
 ( "Y el cerebro creó al hombre")


Quiero rendir aquí mí homenaje a dos inmensos talentos españoles, Santiago Ramón y Cajal y Severo Ochoa, premios Nobel de Medicina y Fisiología en 1906 y 1959 respectivamente, que tanto han contribuido con sus descubrimientos a lo que se ha avanzado en los últimos tiempos en el conocimiento del cerebro humano. 

fresco de Masaccio

viernes, 15 de octubre de 2010

VOLVER A NINGUNA PARTE






                                                                               

                                                                      


óleo de Brita Barnekow







Hay gente que nace y muere en la misma calle, y eso no es malo ni es bueno, y hay gente que nunca vuelve al mismo lugar, y eso ni es bueno ni es malo tampoco, son los avatares de la vida, porque casi nadie puede elegir su destino.
Cuando faltó mi padre, me despedí de las habitaciones de la casa de siempre una por una, sabiendo que a partir de entonces cuando volviese al pueblo ya solo iba a encontrar abiertas para mí las puertas del cementerio. La casa se vendió porque me pillaba demasiado lejos, yo siempre he estado muy lejos. Me suele pasar lo que menos me había imaginado, las cosas que van ocurriendo me pillan tan de sorpresa que hace ya tiempo decidí no hacer planes, aprendí que es una casualidad improbable la de que los sueños se cumplan. Dejo pues que la vida me sorprenda cuando le viene en gana, y entre lo que me pasa a mí y lo que veo pasar a otros, bueno o malo, voy perdiendo la capacidad de asombro...
Las pocas veces que he vuelto a mi pueblo es como si él y yo hubiésemos cambiado juntos: los atajos, los regatos, los gallos cantando el amanecer, las carreteras con más carromatos que coches, las tardes de verano con más moscas que frescor, los paseos en las noches calientes con más luciérnagas que farolas, los grillos, las estrellas y la luna como únicos testigos de los primeros besos a escondidas.
Mis raíces las llevo conmigo allá donde me lleva el destino, porque como dijo Salustio, sé bien que no es mi vieja casa lo que extraño, si no mi niñez.
Lo importante es no quedar solo nunca, ya sea en la calle de siempre o cambiando de calle toda la vida.

"A veces, muy de tarde en tarde, se tiene la impresión de que también los lugares un día conocidos y olvidados luego acusan nuestra presencia cuando volvemos a visitarlos, y se establece una corriente de complicidad que avisa del entendimiento mutuo, las manos del viento se vuelven más largas y tenaces al rozarnos la piel, se oyen murmullos casi imperceptibles, la luz se tornasola: toma, te estoy devolviendo algo tuyo que guardaba, me lo diste a guardar, ¿te acuerdas?, y el lugar sabe que sí, nota que le estamos dando las gracias como a un amigo."

 (Carmen Martín Gaite, "Irse de Casa")





                                                      oleo de Botero                                                                              

lunes, 11 de octubre de 2010

VALER LA PENA

                                                 


obra de Georges Braque



Muy de vez en cuando los medios difunden una buena noticia, alentadora, una gota cristalina en el océano del dolor del mundo: el chino Liu Xiabo siempre ha luchado por los oprimidos de su país, que son la mayoría de una población de más de 1300 millones de personas. Está encarcelado hace dos años y le esperan otros nueve de condena, por atreverse con algunos más a enfrentarse al coloso implacable que materialmente crece y crece a costa de pisotear a todo el que ofrezca resistencia. Son fusilados anualmente 10.000 indefensos, y sus humildes familias son obligadas a pagar la bala que se incrusta en la cabeza de sus seres queridos.
Liu Xiabo estaba muy triste en la prisión, desanimado, impotente, se sentía solo y perdedor, con ese frío que entra en el alma cuando la vida nos da la espalda. 
Siempre se había preocupado por los oprimidos y   había sentido el dolor ajeno, como cuando de verdad  uno quiere y no le dejan, como cuando uno es valiente pero no puede demostrarlo, era un ver pasar la vida detrás de los barrotes como si todo se hubiese marchitado.
Entonces llegó su mujer para la diminuta visita mensual, él le sonrió intentando mantener el tipo para no preocuparla aún más, y entonces ella pronunció estas palabras con la voz entrecortada:"¡Te han concedido el premio Nobel de la Paz!"
Las consecuencias de este extraordinario gesto de la Academia Sueca en nuestro mundo globalizado — para lo malo pero también para lo bueno — se verán con el tiempo. Ojalá China ya no pueda ser la misma nunca más y que Liu Xiabo haya empezado a remover los cimientos de su historia triste.               






"...Se es revolucionario hasta el final o no se es. (Jacobo)
...Ni tú ni yo teníamos razón papá, es el olor de la derrota papá. ( Santiago Zavalita)
...Un remolino interior, una efervescencia en el corazón del corazón, una sensación de tiempo suspendido y tufo.
...A lo mejor te había jodido la falta de fe, Zavalita. ¿Falta de fe para creer en Dios, niño? Para creer en cualquier cosa, Ambrosio.
...Piensa : pensabas no, Zabalita. Cerrar los ojos, el marxismo se apoya en la ciencia, apretar los puños, la religión en la ignorancia, hundir los pies en la tierra, Dios no existía, hacer crujir los dientes, el motor de la historia era la lucha de clases, endureces los músculos, al liberarse de la explotación burguesa, respirar hondo, el proletariado liberaría la humanidad, y embestir : e instauraría un mundo sin clases. No pudiste, Zavalita, piensa. "
 (Conversación en la Catedral, Mário Vargas Llosa)




jueves, 7 de octubre de 2010

MANUEL VICENT

                     


                                                            

                                                                  




Con la radio, el ordenador, la tele, el teléfono gratis, el cine, el deporte, el yoga, los nietos, los amigos, los viajes, la vista cansada, la pereza y también el propósito de vivir a fondo lo que me quede de vida, cada vez aprecio más los mensajes cortos y sin embargo interesantes, la capacidad de síntesis, de emocionarme en un plis plas, de aprender y aportarme cosas que me ayuden a enriquecer por dentro y que incluso en un momento dado me puedan servir de consuelo: me refiero a un buen artículo periodístico.
A Manuel Vicent le necesito como a un amigo indispensable, su estupenda literatura concentrada está surtida con todo lo que puede dar de si un articulista semanal inmejorable — es coloquial sin dejar de ser profundo, imaginativo sin frivolidad, culto sin pedantería, muy personal pero variado, imprevisible, entrañable, profuso en pinceladas que rozan la genialidad. Atrapa con la primera frase, sin falacias, siempre inconfundible pero siempre nuevo, intenso, reflexivo, agudo, diciendo lo que piensa con la delicadeza moral de no recurrir nunca al insulto gratuito y sí a la burla inteligente, obviando el ataque frontal y mezquino, "...porque el odio mata, y el amor tiene cabalgadas de corcel".
Leer a este extraordinario articulista es un placer para el alma, es renovar cada mañana de
domingo la esperanza de que siempre quede gente como él para que la humanidad un día no pierda definitivamente el norte (..."Frente a la estupidez humana, una sonrisa irónica; frente al desastre planetario, una leve mirada al cielo sin pedir explicaciones; frente a la injusticia, el gesto impasible de la inocencia. Cada mañana la luz del sol establece en la ventana un asa donde agarrarse"). 
Cuando murió su amigo Alfonso el cerillero le dedicó estas palabras: "No son las grandes tragedias que echan abajo las cajas de teatro de nuestra vida, sino la muerte de algún amigo fiel que sin darnos cuenta nos sustentaba".
También él, sin darse cuenta, sustenta la ilusión de nuestro primer café de los domingos, uno de esos placeres que con su transparencia y bondad sabe elevar a la categoría de filosóficamente esenciales...("Mi lucha por la existencia consiste que a la hora del desayuno sea mucho más importante el aroma del café que las catástrofes que leo en el periódico abierto junto a las tostadas").
Con un humor inteligente a lo Woody Allen, gasta una filosofía de vida que mantiene vigente a partes iguales el escepticismo y la esperanza, una lucidez socarrona y pasota pero a la vez el amor indispensable para disfrutar "a la desesperada" de lo bueno de la vida, de lo natural, de los amigos, de la belleza de las cosas, de como "hay que dibujar un círculo a nuestro alrededor que no pueda atravesar lo que solo nos va herir gratuitamente", porque que el tiempo es un filtro finísimo que va relativizando la importancia de casi todo.
"A mi juicio", escribe ," la vanguardia de la historia está constituida por los panaderos, los cultivadores de patatas, los asentadores de frutas y demás personal del gremio de abastos.
Mientras unos señores toman medidas exactas para destruir el planeta, otros seres maravillosos cada mañana dejan en la puerta de nuestra casa dos litros de leche.
(...)Uno se acuesta lleno de angustia, totalmente derrotado por las noticias del periódico, pero al saltar de la cama al día siguiente contempla con asombro el sol en el tejado. La civilización avanza de forma ciega y los poetas e intelectuales van agarrados de su rabo. Los poetas transforman la basura en estética y los intelectuales nos explican porqué no estamos muertos todavía. Formulan graves pensamientos sobre esta gran sorpresa."
Larga vida a Manuel Vicent, una pluma indispensable entre tanto memo.