domingo, 1 de enero de 2023

SALUD MENTAL

 



                                                                       Marc Chagall


Hay más recursos para arreglar el cuerpo que la mente, y sin embargo se puede ser feliz en una silla de ruedas pero nunca con una depresión severa, por ejemplo, que cada vez con más frecuencia termina en suicidio, en este mundo raro y sin arreglo a la vista. 
Antes que ideas los humanos hemos tenido emociones, a ellas debemos las herramientas adaptativas imprescindibles para nuestra estabilidad psíquica. Luego con la experiencia cada persona va desarrollando los equilibrios internos necesarios para enfrentarse a la vida. 
Un indicio de inteligencia emocional es ser metódico, tener hábitos saludables, seguir unas rutinas programadas con ilusión y disciplina, disfrutar con unos rituales sencillos pero gratos y relajantes. Conocer de antemano lo que viene a continuación, saber que controlamos los tiempos y no al revés, ayuda a no estar estresados y a tener paz, sobre todo si la edad ya va siendo bastante, con toda su idiosincrasia: no es lo mismo tener cuarenta que ochenta, cuando las "sorpresas" ya casi siempre son desagradables y se disfruta de lo esencial con más placer que antes, ya que las cosas verdaderamente gratas no cansan nunca y las prisas no son aconsejables. El psicoanalista David Dorenbaum refiere la mismísima simplicidad o insulsez como una forma legítima y útil de interactuar de manera menos angustiosa y más auténtica.  
También da buenos resultados desarrollar la constancia, ser metódico y ordenado, mantenerse activo, hacer ejercicio, comer sano (ya Hipócrates recomendaba: que la comida sea tu alimento, y el alimento tu medicina).
Y sobre todo hay que gustarse, estar satisfecho con uno mismo, amar y amarse, el amor en todas sus vertientes es el verdadero sentido de todo. Igualmente fundamental es el contacto con la naturaleza y saber rodearse de un ambiente de armonía y confort: que nuestra casa sea el mejor de los refugios y que los sentimientos sean duraderos, alegres y libres, y con la curiosidad y las ganas de aprender siempre despiertas.
Solo a nosotros mismos nos incumbe apartar el desánimo, la tristeza o el pesimismo, vivir con ilusión y hacernos a un lado siempre que posible para que pase sin mojarnos el río de las zozobras constantes en el mundo entero. Hay que relativizar y no amargarse con lo que no depende de uno, mirar hacia otro lado si no podemos hacer nada para que algo se arregle. Las cosas tienen la importancia que queremos darle, no vale la pena tomarlas demasiado en serio. al final todo terminará algún día.
Dice Aldous Huxley que "la felicidad nunca es grandiosa", que no son los momentos extraordinarios los mejores sino las pequeñas alegrías, las cosas sencillas, los placeres cotidianos.
Conviene así mismo saber perder, cada palo aguanta su vela, la vida es una lotería y como afirma Nietzche "quién tiene un porqué para vivir puede resistir casi cualquier cómo". 
Y que cada uno se acostumbre a hablar para dentro con lucidez y la auto estima en su punto — ni demasiado subida ni por los suelos... "Toda infelicidad se debe a la incapacidad de permanecer en silencio a solas en una habitación" (Pascal).
Todo se acaba, lo bueno y lo malo, estamos de paso y no dejamos huella casi nadie.  

Que 2023 traiga muchas cosas buenas, un saludo agradecido a los que me leen.