viernes, 11 de marzo de 2022

martes, 1 de marzo de 2022

EL HOMBRE TRANQUILO

 



                                                                  óleo de Abraham Neumann



 "El hombre demuestra su carácter en el mundo en como lidia con las banalidades" Séneca 

Es un hombre tranquilo, poco intenso y poco sentimental, introvertido, sin necesidad alguna de impresionar, convencer, defenderse o demostrar nada. Nunca se queja ni habla de sí mismo, no se da la menor importancia, pasa completamente de las apariencias, de la ropa o de cualquier fruslería. No se ama ni se detesta, simplemente se resulta indiferente, y sin complejos de ninguna clase relativiza y mira todo desde una cierta distancia y con una cierta sorna. Jamás halaga pero tampoco ofende, ataca o amenaza, atrincherado en una torre de estabilidad emocional sin altibajos ni fisuras, donde permanece lúcido, coherente y noble, con "las manos limpias y el alma buena" como el tango. 
Hasta los cuarenta años bebió como un cosaco y ha fumado tres paquetes diarios hasta que hace poco lo pagó caro (nunca había estado enfermo). Ahora solo le gusta la comida y pasear en bici, además de consumir informática por un tubo y escuchar buena música, como toda la vida. Sigue interesándose por la historia, geografía, literatura, cine, política, ciencias exactas y así, apartado hace años de otras aficiones como la fotografía, el tiro, la náutica, la pesca, el submarinismo, el campismo, el motociclismo, la filatelia, la ajedrez (electrónica) o las manualidades. Cuando hace falta es un buen mecánico, electricista o fontanero, además de jardinero a tiempo completo y hombre de los recados...
Ha sacado alguna vez el título de patrón de embarcaciones de recreo y coleccionado, además de libros con las temáticas más diversas, discos de vinilo, después casetes y por último CD´s, herramientas (a tope), pipas, máquinas fotográficas, relojes, cañas de pescar y una buena escopeta. Siempre con curiosidad e intereses variados, fue consumidor compulsivo en el pasado, que jamás se aburre en soledad.
Tener al lado un compañero así es un privilegio, pues además de desinteresado y servicial, está siempre presente desde su ausencia, a su lado como que sientes seguridad y apoyo. Y te desintoxicas de palabras. 
"Un vividor que no encuentra acomodo en la realidad", como Luis Landero...