domingo, 1 de mayo de 2022

LA PARANOIA DEL PODER Y LA GLORIA

 




                                                                      óleo de Kasimierz Stabrowski





Amoral. Cuando el que tiene el mando aprovecha para amasar una fortuna indecente, con la connivencia de los que miran hacia otro lado por interés propio.
Aberrante. Hacer ostentación de esos lujos superfluos y horteras sabiendo que hay mucha gente que se mata a trabajar y no tiene ni para comer. 
Escandaloso. El Poder al alcance de psicópatas egocéntricos, tiranos, dictadores, mesiánicos, mafiosos y crueles. Algunos consiguen gran apoyo gracias a un lavado de cerebro salvaje que impide formular opiniones contrarias: también en el pasado líderes totalitarios de nefasta memoria han tenido enorme respaldo. 
Desmoralizador. La confianza de los ciudadanos se derrumba con los escándalos de corrupción de los que gobiernan y quieren gobernar, que se atacan mutuamente sin respeto ni elegancia moral, como si la receta para una convivencia en paz estuviese en el pensamiento único. Como dice Caroline Emcke "no hay que ser tolerante con la intolerancia", cuando se respira en la sociedad una polarización asfixiante e incontrolada y el odio y los deseos de revancha se extienden como mancha de aceite, impulsados por la falta de cultura, la envidia, la ambición, el egoísmo. Considerar malvado al que piensa diferente es lanzarse al despeñadero de una convivencia tribal.
Terrorífico. La Tierra agoniza, superpoblada, anegada en basura, plásticos y tóxicos de todo tipo, por tierra, mar y aire. No hay escapatoria.
A todo esto el petróleo se agotará, tiene fecha de caducidad como todos los materiales fósiles de hace miles de millones de años. Los vamos extrayendo como buitres hasta agotarlos, lo que va motivar serios conflictos internacionales y globales, con proyecciones a la futura escasez. La incapacidad de los políticos de turno para tomar medidas drásticas y efectivas llevará nuestro mundo al garete. 
INAPLAZABLE. Un solo individuo no puede, no debe tener en sus manos un poder desmedido, con la escandalosa capacidad para decidir personalmente algo que nos afecte a todos. Hacen falta controles múltiples y efectivos, comités, consejos, juntas, delegaciones, pactos de Estados, grandes consensos, que unidos se luche por un planeta sostenible: organismos constituidos por las cabezas más dotadas, expertas, sabias, iluminadas, sensatas, prudentes, pacifistas, honradas, solidarias, emocionalmente estables. ¡Las mejores! Lo triste es que esa gente, que felizmente aun existe, no aparece, no interesa, hace sombra a los mediocres necesitados de auto bombo, unos paranoicos del poder y la gloria.
Y mientras el tiempo se va agotando.

"Nunca ha estado tan claro que para resolver los grandes problemas es necesario que las personas trabajen juntas más allá de las fronteras y los sectores."  Bill Gates