obra de Frederick Cayley Robinson |
"Por un poco de ternura", cantaba Jacques Brel que los marinos en el puerto ofrecían tesoros a falsas princesas.
Ternura es como la espuma blanca con que el mar borda las olas cuando ya están en la orilla... Sentir ternura es algo personal e intransferible, como los celos o el orgullo, algo sutil, breve, intenso, callado: esa chaqueta con que alguien nos tapan mientras dormimos en un aeropuerto, esa mirada o esa caricia pequeña, cuanto más pequeña más grande, que nos hace sentir bien por dentro y más ricos como personas.
"Ternura es despertarse por la noche abrazado, levantarse cada mañana con el suave beso del amanecer y poder compartir la vida con el apoyo incondicional de otro "( Javier Serrano Copete).
Sentir ternura es amar sin querer poseer, como por ejemplo la que nos inspira un perdedor, el que sufre callado, la humildad del ignorante, la dignidad de un mendigo, la timidez de un feo, el esfuerzo de un torpe, el miedo de un valiente o la valentía de un miedoso, la impotencia del que un día lo pudo todo, los pucheros de un niño que no quiere llorar, esa persona que se perfumó para agradarnos, la nostalgia del anciano, los collares de una negrita muerta de hambre, una mano tendida, una palabra amable, nuestro perro, nuestro gato, la mirada fija de un gorrión esperando su galleta en la explanada de un café...
Hay siempre una constante en lo inmensamente tierno: la limpieza de alma, el salir de lo más noble que cada uno lleva dentro — la timidez bien administrada inspira mucha ternura, así como la gente callada, humilde, generosa, frágil o inocente.
Alguien dijo que solo las personas capaces de sentir ternura son realmente humanas y fuertes. Se dice que la ternura con tacto ayuda a disminuir el estrés, la ansiedad y el dolor y que lo raro será siempre la incapacidad de empatizar. Una carencia crónica de cercanía afectiva puede desembocar en que se pague cualquier precio a cambio de cariño o intente llenarse con sustitutos esa ausencia.
A cierta edad cuando nos sentimos queridos nos salen alas en el corazón...
Cá estou de de regresso!
ResponderEliminarTan bonito hablar de ternura...
É o sentimento que compensa de tantas falhas da vida, não é? Que nos enche a alma, que faz sair, quase involuntariamente um sorriso, uma palavra, fazer um gesto impensado.
A imagem do beijo do leão fez-me...ternura!!!
"Pour un peu de tendresse..." Tens razão: É linda a canção!
Úm beijinho
m.j
Sus palabras son pura poesía.
ResponderEliminarYo he sido muy afortunado. He sentido a lo largo de mi vida la ternura de mis padres, de mi difunta mujer, de mis hijos, de mis nietos.
Incluso de Peter, mi viejo pastor alemán que me acompaña en mis últimos años, fiel, siempre fiel.
Gracias por hacérmelo recordar con este artículo.
Estupenda foto....
Siempre admirándola....Manuel.