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obra de Nikolai Nicolaevich Ge |
Para conseguir cambiar algo a mejor en nuestras sociedades cerriles, ya sea un simple concepto, un prejuicio, un abuso, una injusticia o una ley, hace falta tener las ideas muy claras y saber transmitirlas con el valioso don de la palabra inteligente y precisa y el convencimiento absoluto de que sí se puede, y se debe.
Normalmente la gente que alcanza sus logros es también poseedora de gran magnetismo personal, que a la vez que seduce inspira confianza, porque la gente extraordinaria es honrada y cabal, a la par que valiente — las ideas novedosas son siempre revolucionarias y por lo tanto arriesgadas.
La gente extraordinaria tiene vocación de servicio, es sencilla y disponible, amable y compasiva, y nunca jamás corrupta ni traidora a sus principios, que son también los de la mayoría silenciosa; prefiere convencer que imponer y estafar, busca el consenso en lugar de la hostilidad, respeta el adversario y rehuye el uso de la fuerza bruta o del insulto mezquino.
Por eso el pueblo reconoce enseguida a la gente extraordinaria que tanto escasea, a la que nunca defrauda, la que deja una huella difícil de borrar a su paso por este mundo raro.
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obra de Paul Gauguin |