lunes, 15 de agosto de 2011

CARTA A MI MADRE






obra de John Singer Sargent




Querida Mãe

Te escribe la niña que con veinticinco años te vio marchar para siempre y que ahora tiene diez más de los que tu llegaste a cumplir — ahora sé que los hijos siempre vemos a los padres como gente mayor, para algo tienen toda la vida más edad que ellos... 
Te reconstruyo muchas veces para orientarme en este laberinto deseando que la salida pudiese ser tus brazos, pero sabes que yo no creo en esos finales felices en que creías tú. Lo que sí sé ahora es que los padres somos siempre un referente para los hijos, que con el tiempo nos juzgan y hasta pueden llegar a comprendernos: ahora sé que no podemos bajar la guardia ni en la forma de morir. 
Valoro todo lo que fuiste, como te metiste de obras en la casa porque tus sueños eran más grandes que tus días, como quisiste un salón con chimenea para los nietos que estaban al caer y no conociste, como querías más habitaciones y más baños porque la familia crecía, como eras soñadora con un punto de maravillosa locura que ignoraba la muerte. Dejaste a papá treinta años gobernando un caserón donde vivió solo y nunca te pudo olvidar.
Supiste a bocajarro y sin anestesia que tenías los días contados, que te quedaba un año de esa vida que amabas tanto y lo apuraste con coraje, como quién apura un buen vino, hablabas del jardín que llevabas en mente y a mí se me encogía el corazón mientras te seguía el juego. 
Después de ver tu muerte perdí el miedo a la mía, solo no quiero sufrir lo que sufriste porque no lo veo necesario.
La vida es como un río, no lloramos dos veces las mismas lágrimas: hoy soy más vieja de lo que tu nunca fuiste, no asististe a tu propia decadencia, así que no sé como te enfrentarías a este caminar hacia ninguna parte, aunque supongo que igual que yo, intentando saborear la vida mientras valga la pena saborearla.



Madre mía que estás en una carta
y en un regaño antiguo que no encuentro,
quédate para siempre aquí en el centro
de la rosa total que no se aparta.


Madre mía que estás tan lejos, harta
de la nieve y la bruma, espera, que entro
a ponerte a vivir con el sol dentro,
madre mía que estás en una carta.

Puedes darle al misterio tu infinita
amistad con las sombras hechiceras;
puedes ser uma piedra que se quita

o borrarme ahora mismo las ojeras,
pero madre recuerda nuestra cita:
¡no te atrevas a todo, no te mueras!

(Carilda Oliver)
 
obra de Thorvald Niss


8 comentarios:

  1. Maria,
    Tú honras tu nombre e teu coração. Nunca longe, sempre dentro da alma, sempre a vista do coração.

    5 bjs

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  2. Me quedo con:" Te reconstruyo muchas veces, mamá, para orientarme en este laberinto, deseando que la salida pudiese ser tus brazos"

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  3. Querida María, hermoso himno a la dignidad.
    Somos un modelo donde se miran nuestros hijos, para copiarlo o rechazarlo, pero para ellos es relevante hasta como nos enfrentamos a la muerte, y eso su madre lo sabía.
    Lo que escribe me da alas.Manuel

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  4. Gracias a todos. Quiero decirles que yo me vine lejos el día que mi madre se acostó para no levantarse más. Fué mi querida hermana Toy que estuvo ahí, día y noche, los cinco meses que duró aquello. No volvió a Coimbra para seguir sus estudios, perdió un curso universitàrio para estar a su lado dia y noche. Solo ella sabe si aquella experiencia la marcó o la hizo más fuerte.Besos

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  5. María, difícil dizer o que sinto.
    Gostei deste retrato da tua mãe e da fotografia que mostra uma linda mulher!

    Penso que agora estamos "nós" na linha da frente e a querer ser um "marco" na vida dos filhos, um ponto de referência e a segurança quando se sentirem inseguros.

    Penso muitas coisas como tu e não acredito que vá encontrar seja quem for, nem o meu cão Zac que fazia parte da família!

    Também "perdí el miedo, solo no quiero sufrir lo que sufriste, porque no lo veo necesario."
    Tens razão.
    "La vida es como un río, no lloramos dos veces las mismas lágrimas", mas quando choramos é a sério.

    beijinhos

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  6. O que posso dizer de um texto belo e que muito me emocionou.
    Beijos

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  7. Não digas nada minha querida, tu já disseste tudo.

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