sábado, 25 de agosto de 2012

CUENTO DEL CENICIENTO








Érase un muchacho tan desgraciado que daba pena mirarlo. Su viuda madre se había vuelto a casar con un hombre cruel que le maltrataba  igual que sus tres forzudos hijos, sin que a su progenitora pareciese importarle, pues la mujer pasaba todo el santo día de picos pardos por ahí.
Al pobre infeliz le tocaban todos los trabajos pesados de la casa y de la tienda, fregaba, limpiaba, planchaba, guisaba, repasaba la ropa, todo lo tenía que hacer él solo sin la ayuda de nadie, y encima los hermanastros le despreciaban y se mofaban porque era poquita cosa, delgaducho y pálido por falta de sol, siempre sucio y desarrapado. Ellos sin embargo lucían ufanos cuerpos de gimnasio y de rayos UVA, depilaban todos los pelos de su cuerpo, que no eran pocos, nutrían toda la piel a base de potingues y la tapaban después con ropas de marca, dejando allá por donde pasaban un rastro de suave fragancia de embriagadora sofisticación. 
He aquí que un buen día llegó a la ciudad para dar un Concierto nada menos que la Reina del Pop, el ídolo de aquél pobre chaval, que olvidaba las penas y su triste destino cada vez que la escuchaba, ¡siendo entonces capaz hasta de soñar!
Cuando vio los tres gerifaltes salir todos acicalados para ver a la mujer que él más admiraba en el mundo, miró su triste imagen quijotesca, patética, y alzando los ojos llorosos al cielo oscuro le pidió a su padre, la única persona que le había querido, que le llevase con él porque la esmerada educación que le había propiciado no servía más que para añadir dolor a la que ya tenía que soportar todos los días de su vida.
En esto tocaran a la puerta y era un apuesto caballero flaco como él pero elegantísimo, un metrosexual de esos que son lo último en tendencias  (¡¿o lo penúltimo?!). El caso es que era un hermano de su difunto padre llegado de las Américas y que al verlo en aquél estado tan lamentable se quedó de una pieza. 
"Tu vas a ir a esa fiesta, ¡por estas!, dijo besando el pulgar derecho lleno de rabia.
El chico se puso la ropa de su tío, que le sentaba como un guante, después de asearse y lavar ese pelo de poeta con unas ondas naturales que le caían sobre el cogote, dándole un aire de no sé qué muy atractivo, entre romántico sentimental y galán distraído pero sensible. 
El tío de América le despidió en calzoncillos rogándole, eso sí, que volviese sin falta a las doce en punto, pues tenía una cita irrevocable.

El resto de la historia es como la contó Charles Perrault hace más de 300 años, con los cambios inevitables por el paso del tiempo. De hecho fué la Reina del Pop la que se quedó colgada del muchacho (además del chute de heroína que se había pegado antes de la actuación); la hipnotizó aquél dulce mirar y esa voz tan melódica con que le dijo un "te querré siempre" que la dejó en el limbo, a ella que solo se sentía querida por narcisos a quien lo que de verdad les gustaba era su fama y su pasta. 
"Tráemelo como sea —  le dijo a su representanta con la mirada perdida, agarrada al zapato que se le cayera del pie derecho al chico (le venían un pelín grandes) — "sé que si no vuelvo a verlo habré perdido mi último tren y ya nunca más seré feliz".
Ella lo encontró, porque en los cuentos los buenos siempre son recompensados y terminan disfrutando de la felicidad que se merecen.
El Ceniciento se hizo un maravilloso compositor de las canciones de su amada, y creo que siguen juntos, lo que no está nada mal —  en el siglo XXI.

Y COLORÍN COLORADO, ESTE CUENTO SE HA ACABADO.



6 comentarios:

  1. Me quedo con " en los cuentos los buenos siempre son recompensados y terminan por encontrar la felicidad que se merecen" .

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  2. Adorei, querida Maria! estive sempre a rir/me e com pena e ternura pelo Ceniciento, coitado!
    Reescreveste maravilhosamente a hist]oria!Vou p|or no facebook! ]e fant]astica!E *e o teclado enloqueci]o...
    Gostei tanto!
    besitos e bom finde!

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  3. As imagens são mesmo giras! Beijinhos

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  4. Querida María, el cuento está de muerte, ¡como han cambiado los tiempos,
    y el tío de América en calzoncillos, que distinto del hada madrina!
    Me reí de lo lindo, enhorabuena por esta delicia.
    Un fuerte abrazo, su amigo Manuel

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  5. Gostei desta nova versão revista e actualizada!

    Um beijinho e bom finde

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  6. Ainda acredito nos contos,
    quero acreditar neles, sempre.
    Os contos pertencem as estradas e as luas,
    assim pertencemos nós.

    bjs,
    adoramossssssssssssss

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