sábado, 14 de junio de 2014

EL AMOR






obra de Frederick Cayley Robinson




Cuando un vendaval recorre nuestra vida tranquila y sencilla, los días se convierten en una montaña rusa de emociones y hay muchas cosas que nos agitan la cabeza y el corazón, cosas tan esenciales como quién somos de verdad, qué tenemos, qué vale la pena, de qué somos capaces, donde están los límites de lo que podemos y de lo que queremos poder, cuanto queremos a quién queremos, cuanto nos quieren los que nos quieren, donde reside el verdadero sentido de nuestra frágil existencia, donde buscarnos, donde encontrarnos, porqué amando a veces se goza y a veces se sufre.
La capacidad de sufrir es proporcional a la de amar, quién no ama no sufre, pero es el mundo de los afectos el que da más sentido a la aventura de existir, muy frágil y compleja.
Más tarde, cuando notamos que la tormenta va amainando sin dejar destrozos irreparables y que puede volver el sosiego todavía, es hora de hacer balance de todo lo que hemos aprendido.



obra de Anne François Louis Janmot

3 comentarios:

  1. É com momentos de dor que aprendemos a dar valor ao que temos de bom na nossa vida.

    As pinturas são muito lindas e o texto também!
    Um beijinho grande e continuação de bom finde :)

    É bom saber saber que estás mais animada!

    ResponderEliminar
  2. Una fantástica síntesis de lo que es pasar por un gran dolor y descubrir hasta donde somos capaces de amar. Creo que es muy positivo que seamos capaces de querer tanto, aunque eso conlleve la posibilidad de sufrir también mucho, pero como bien dice, también la de gozar mucho. Después de un gran susto viene una inmensa alegría, y me alegro que haya sido solo eso, un gran susto, querida María. Un bellísimo texto, de una gran emoción contenida, como es su estilo.
    Un abrazo muy fuerte,
    Manuel

    ResponderEliminar
  3. Mi querida! É muito verdade o que escreveste! E disseste-o tão bem. Sim quem não ama não sofre por ninguém, pode só sofrer por si.., mas saber até onde amamos , como amamos, porque amamos obriga-nos a ir ao fundo de nós mesmos. Saber do que somos capazes e levar os limites - que julgámos pararem ali -ainda mais longe, deixa-nos mais ricos e mais fortes, é certo! Mas...e o medo? O desespero? A solidão de certos momentos? Tudo isso dói...
    Tão lindas as imagens! Um beijo

    ResponderEliminar