lunes, 16 de febrero de 2015

NO







obra de Gertrude Abercrombie



Me niego a que la ignominia y bestialidad planetarias me envenenen los días haciéndome interiorizar una dosis diaria de crueldad y sufrimiento. 
Me niego a bajar a la plaza pública para asistir impávida a la quema de brujas de la santa inquisición del momento.
La crueldad humana es de largo recorrido, tiene un doloroso historial en cada época y lugar, menos mal que nuestro cerebro aunque con la misma predisposición para el bien que para el mal, es cambiante y maleable, por lo que hay constancia de que cualquier tiempo pasado fue peor — ¡por lo menos hasta ahora! Solo que nunca habíamos podido ver en directo flashes de tantas barbaridades, que si bien son una denuncia valiosa de todo lo que está pasando, pueden llegar a agobiar gratuitamente, demasiado gratuitamente.  
Los amantes de la violencia, los que la practican y también los que la recrean morbosamente, suelen ser cobardes que ceban sus frustraciones con los indefensos, acostumbran ser estúpidos, fanáticos, miserables incapaces de ponerse en el lugar del otro aun cuando se trate de un niño aterrado. 
La gente en cuyo cerebro no hay circuitos oscuros, inquietantes, insondables, ancestrales, no soporta el espectáculo de la depravación moral ni cuando acontece en la ficción: ahondar gratuitamente en el sadismo más escalofriante como se hace en muchas películas de éxito no deja de ser extraño.
Mi alma siempre que puede escapa hacia lo sublime, ese lugar hermoso donde anida la paz y la armonía.


óleo de Claude Monet

3 comentarios:

  1. Já tinha comentado, mas foi tudo ao ar... Ainda hoje estava a pensar em coisas que aqui dizes e como me sinto por vezes nauseada e desiludida com este mundo (por vezes) execrável! Tanta luta pelos nossos valores e ideias de um mundo melhor, mais justo, mais tranquilo, mais "humano"... E tanta desumanidade a perseguir-nnos sempre! Imagens correntes em que já não reparamos focam a desgraça destes tempos.
    Felizmente, ainda acreditamos... O que me leva sempre em frente é pensar que essa gente não me há-de transformar numa pessoa desconfiada e pessimista! Cada um tem a sua parte "a jogar" neste jogo... Joguemo-la!

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  2. Suscribo totalmente, querida María. Hay mucha tendencia a transformar el dolor ajeno en espectáculo porque el morbo vende, y si vende es porque hay mucha gente a la que le va la marcha. Yo como usted, paso con respeto y de puntillas por las cosas que no puedo cambiar de ninguna manera, no ahondo en lo que apesta, me refugio en las cosas bonitas de la vida siempre que puedo, para poder tener un poco de paz y felicidad mientras me sea posible. No soy científico, pero ellos dicen que hay mucha gente que en el fondo necesita el espectáculo de la violencia para alimentar no sé que zona oscura de su cerebro, como bien refiere. A mí desde luego el horror me pone malo directamente, y por mis nietos más, es que no soporto la maldad, al mismo tiempo que la temo.
    Perdone mi perorata, reciba mi abrazo amigo.
    Manuel

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  3. Também fujo da violência e da fealdade. Prefiro a beleza, seja nos filmes ou na vida.
    Apesar de tanta tristeza e tanta desgraça a rodear-nos, não quero deixar de procurar a tranquilidade e a paz. Não quero ficar uma pessoa amarga.

    Um beijinho grande e um bom finde:)

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