viernes, 1 de agosto de 2025

SI ESTO ES UN HOMBRE

 




                                                                  Meijer de Haan



Primo Levi vivió el Holocausto en primera persona y su testimonio fue posteriormente uno de los de mayor alcance y lucidez de la historia de la literatura. 
Más allá de la crónica del horror, explora la condición humana en situaciones límite y su efecto  en cada individuo, con la deshumanización de verdugos y víctimas. Pero entre todas las pesadillas que le tocó sufrir, refiere como las más traumáticas a largo plazo la humillación y la ausencia de solidaridad. 
En su vasta obra literaria navega constantemente entre el optimismo y las tinieblas, siempre con una confianza ciega en la razón y la justicia antes que en la inmoralidad y la venganza. 
Humanista incansable, combina la posibilidad real del bien con el reconocimiento de la ruindad de que algunos seres humanos son capaces. Jamás se le borró de la memoria como hubo quien colaborase con los verdugos por su propio interés, en contra de los compañeros de infortunio. 
Sin pretender predicar acerca de nada, se declaraba ateo radical, "un judío sin Dios" como Freud. Volvió así que pudo a su Turín natal, al que amaba profundamente y donde vivió el resto de la vida. Sin embargo era capaz de dialogar con cualquier cultura, (comparó Auschwitz con la Torre de Babel por la cantidad de idiomas que allí se hablaban). 
Arrastrando los fantasmas de un pasado que le atormentaba, se sintió cada vez más obsesionado por contradicciones y sombras oscuras, una "zona gris", esa área de indefinición, de límites borrosos como los que existen entre víctimas y perseguidores, hundidos y salvados, el bien y el mal, la masacre y la sumisión. Valoraba por encima de todo la dignidad, llegando a afirmar, a propósito del genocidio, que "se han hecho y dicho entonces muchas cosas de las cuales es mejor que no quede recuerdo alguno". 
Con 67 años se suicida, aunque gente de su entorno cree que pudo ser un accidente el caerse por el hueco de la escalera desde un tercer piso. El poder de la mente humana es inaccesible e ingobernable. 
Nos preguntamos qué opinarían personas como Levi de todo lo que está pasando en este mundo cada día más inquietante, lleno de incertidumbres  gestionadas por mandamases ignorantes y agresivos, los Trump, los Putin, los Netanyahu, los Kim Jong-un y un largo etcétera. Salvo raras y honrosas excepciones, el poder siempre está en manos de locos. Seguro que Primo Levi hablaría desde la moderación y la cordura, sensible hacia la dignidad humana, comprometido en la lucha contra la discriminación y la violencia. 
Todas las situaciones tienen matices, nada es solo blanco o solo negro, la percepción de la realidad puede cambiar según la perspectiva.
"Ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos".

Yacíamos en un mundo de muertos y de larvas. La última huella de civismo había desaparecido alrededor de nosotros y dentro de nosotros.
  (Si esto es un Hombre)

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