sábado, 26 de marzo de 2011

¿QUIÉN ME HA ROBADO EL MES DE ABRIL?









Joaquín Sabina es un maestro del verso y de un cotidiano bien exprimido, un gran vividor que bebe la poesía en las fuentes mismas de la vida.
Resultón sin ser guapo, es dueño de una cierta mirada, de una cierta sonrisa, de una voz quebrada que le añade encanto a las palabras, y de un cuerpo canijo pero sensual —  por eso posó desnudo, porque sabe que atrae a las mujeres, que es "asquerosamente seductor"...
Sabina sabe gustar, sabe que el bombín le sienta bien y que el chaqué con los vaqueros estudiadamente gastados le favorece, le da esa imagen de informalidad original y un tanto estrafalaria que le va como anillo al dedo.
Sabina sabe seducir porque confía en lo que compone, porque su herramienta de seducción es la palabra, porque con ella nos va desgranando con mágico encanto sus propias historias de bohemio convicto, de canalla inteligente, de sentimental histriónico, infiel y narciso.
Sabina se gusta, por eso hay algo de morbo y de alegría detrás de sus tristezas, ("yo creo que mis canciones son cerebralmente pesimistas y muy optimistas con el corazón"). Protagonista empedernido de todo lo que relata, también hay sin embargo una cierta tristeza detrás de sus alegrías.
Vive con los pies en la tierra y el corazón siempre en las nubes, es un encantador de serpientes por el que muchas mujeres estarían dispuestas a coger ese tren y bajar en la próxima estación...
Excesos, locuras, noches cerrando bares al amanecer, humo, alcohol, transgresión, mujeres fáciles y difíciles, prostitutas y princesas, las que caen y las que vuelan, "las que suben, las que saben", amor pagado y amor sufrido, amores fugaces, polvos de antología y grandes chascos, y un nombre distinto detrás de cada canción — mujeres ardientes, mujeres frías y crueles, amores de quita y pon, amores inolvidables y otros de paso, complicidades y desencuentros o sexo sin nada más, sexo para no tener frío, sexo para olvidar, sexo para recordar, sexo siempre...
Sabina vive por y para las mujeres, necesita herirlas para que le hieran después y poder entonces componer sus mejores canciones, poder decir aquello de "ahora es tarde, princesa, / busca otro perro que te ladre, princesa"...
Hay unos versos en que reconoce que es él el malo de la película:

    "Tenian razón
      mis amantes
                   en eso de que, antes,
           el malo era yo:
 esta vez,
                             yo queria quererla querer,  (!!)
  y ella no

Entonces regresa una vez más como siempre "a la maldición / del cajón sin su ropa, / a la perdición de los bares de copas", y así " volviéndose loco,derrochando la bolsa y la vida, la va poco a poco dando por perdida"...
A Sabina la vida lo ha tratado bien, pertenece al clan de los elegidos que nacen con una flor en el culo, pero se le adivina sin embargo una cierta tendencia al pesimismo detrás de la máscara de pasota cínico y socarrón.

 
   Vivo en el número siete, calle melancolía,        
    quiero mudarme hace años al barrio de la alegría,
    pero siempre que lo intento ha salido ya el
    tranvía.    

En 2003 cayó en una depresión que le mantuvo tres años retirado y en silencio, supongo que  atrapado en ese pozo de amargura que hace de Sabina lo que es, que nos hace sentir juez y parte, que de cierta forma nos retrata a todos

               Esta necesidad de necesitarte,
               este llamarte sin quererte llamar,
               este olvidarme del deber de olvidarte.

Sabina canta por nosotros, compone por nosotros los versos que no sabemos hacer, esos con los que nos gusta decir 

                 Si la derrota tuviera vacuna,
                 si se dejara engañar la fortuna,
                 si el corazón descubriera un camino
                 que desmintiera la ley del destino.....

Sabina necesita tener una mujer hermosa a mano para burlar la fea soledad, se entrega para huir, por eso las quiere a todas y a ninguna. Después de la fiesta siempre le llega la resaca, y entonces es cuando coge la guitarra.
Dijo en una entrevista que si fuese siempre feliz no haría canciones, se dedicaría a vivir, porque para él la vida es lo primero, porque cuando se siente pleno no le hace falta nada más. 
Después de superar la depresión cambió de vida, como si hubiese encontrado algunas respuestas fuera del útero de una mujer.                   





domingo, 20 de marzo de 2011

PRIMAVERA DE LIBIA

No entiendo de política, no me interesa más de lo imprescindible, en una reunión de amigos  solo hablamos de ese tema lo estrictamente necesario, tenemos cosas más interesantes y amenas de que hablar.
Cuando escribo aquí sobre algo que está pasando es porque me viene bien a modo de desahogo, y nunca lo adorno con imágenes sugerentes, porque hay cosas que me parecen incompatibles con la belleza y el arte.
Es lo que me pasa hoy con Muamar el Gadafi, ese personaje impresentable, mire por donde se mire y sea cual sea la realidad circundante:
— Los pozos de petróleo siempre han estado ahí, y él lleva cuarenta años haciendo lo que le parece con ellos y con el pueblo líbio.
— Túnez y Egipto han dicho BASTA a sus explotadores, se rebelaron contra unas  dictaduras vergonzosas y una miseria más que evidentes. Se rebelaron ellos, ellos han decidido cambiar de rumbo.
Ahora les toca a los líbios levantarse contra la ignominia, les llegó la hora de enfrentarse al tirano,  de descubrir que no son un pueblo cobarde, que también en su país son muchos (sobretodo entre los jóvenes) los que quieren que se vaya un señor que lleva cuarenta años de abuso de poder y que tiene planes de que el día de mañana los impresentables de sus hijos sigan esclavizándolos en su provecho, chupando del bote a unos niveles de inmoralidad insoportables.
— De todo lo que ha salido de la boca de ese payaso estos últimos días en que ha demostrado con creces que tiene una sola neurona y atrofiada, me quedo con estas dós perlas:

"Entraré en Bengasi como Franco entró en Madrid en la guerra civil".
"El pueblo líbio, hombres, mujeres y niños (!!!) están dispuestos a morir por mí"

Son unas afirmaciones tan miserables, impresentables y rastreras, que no las voy a comentar, no hace falta, hablan por sí solas.
La gente solo está dispuesta a morir por nobles ideales, (¡a no ser que disponga de personas castradas mentalmente hasta el punto demencial de dar la vida por un ególatra enloquecido!).
Ojalá la intervención más que digna de países de la OTAN en defensa de los oprimidos pueda ser corta y contundente. 

jueves, 17 de marzo de 2011

A VECES LA TRISTEZA

                 


óleo de Karl Hofer



A veces es imposible evitar que la tristeza nos cale como un chaparrón sin paraguas, pero hay que buscar razones para la alegría, aunque sea bajo la cama o en una buena charla con café y cigarrillo que nos ayude a gestionar las emociones. Sufrir en compañía despeja muchas sombras.
Hay en el aire una preocupación y desencanto enormes, los tiempos no van fáciles, pero si en medio de una hecatombe los japoneses nos dan lecciones de entereza y disciplina, si los libios rebeldes sonríen y hacen la señal de la victoria camino de una batalla final ya sin fe en apoyos, si en Haití siguen bailando y amando sin casas y sin nada, a nosotros nos queda la obligación de ser felices: ahora,  mientras no nos toque ser noticia. Echar la casa por la ventana, liarse la manta a la cabeza, vivir con ganas y con brío, no dejar para mañana lo que podamos vivir hoy — eso sí, ayudando todo lo que esté en nuestras pequeñas posibilidades para que otros puedan disfrutar también, mirar alrededor y rascarse el bolsillo y el corazón, no ver solo lo que pilla lejos e ignorar el dolor que por veces nos está rozando. 
Por vía del entrenamiento y la disciplina interna, se produce una transformación de nuestra actitud y nuestro enfoque de la vida: la felicidad está más determinada por estados mentales que por acontecimientos externos. Cuanto mayor sea el nivel de calma y serenidad interiores, tanto mayor será nuestra capacidad para sentir un bien estar que permanezca a pesar de los altibajos de la existencia y de las fluctuaciones de nuestro estado de ánimo.
En la práctica budista existen métodos que enseñan a mantener la mente serena incluso cuando sucede algo muy perturbador, mediante un aprendizaje lento y riguroso.
El sufrimiento individual y colectivo forma parte de la existencia, es conveniente familiarizarse con él, pero hay que saber percibir la vida como un conjunto donde todo fluye, los momentos buenos y los malos, y donde la esperanza de liberarnos del dolor vendrá dada por la certeza de que nada es definitivo.
Afirma Dalai Lama que "cuanto más nos aferramos a algo, tanto más grotesca y distorsionada se hace la vida": al lograr una mente flexible podemos reforzar nuestra capacidad de resistencia incluso en las situaciones más duras (vuelvo a acordarme del pueblo japonés y de su ejemplar civismo y control mental).

"Aquello que no me destruye me hace más fuerte",  Luther King.


miércoles, 9 de marzo de 2011

DE POLÍTICOS Y DEL SIN SENTIDO







óleo de Picaso





En Palma de Mallorca hasta los trileros timan a los germanos en alemán...
Y una se pregunta porqué un pobre gitano, más listo que el hambre, chapurrea el alemán para quitarle la guita a los grandotes rubios, y esta gente que ha invadido la isla para pasar un retiro dorado es incapaz de decir algo tan elemental como gracias, por favor, hola, buenos días, lo siento, soy alemán, no le entiendo — ¡algo!
La verdad es que de cierta forma nos merecemos esta actitud prepotente por nuestro ancestral servilismo, porque somos un pueblo acomplejado, por mucho que "bla-bla-bla";  los deutsches  nos imponen porque son más altos y más guapos y más ricos y juegan al golf como nosotros a la petanca, y eso en el fondo nos encoge, nos acojona, por lo cual muchos negocios en la isla ponen los letreros solo en alemán, como si pesase más la ganancia que el orgullo.
Del hecho tristemente comprobado de que se puede tener residencia fija en territorio español sin decir una palabra en nuestro idioma, me pasé sin querer pasarme a nuestros políticos, esos responsables únicos de tantos desmanes, como de tantos servilismos y dislates que chirrían: los hay que directamente nos hablan como si fuésemos niños y niñas, gilipollos y gilipollas con una sola neurona, la única que a lo mejor les funciona a muchos que se piensan que nos camelan.
Si los entendidos no paran de destacar las conveniencias de aprender idiomas, que es muy saludable y enriquecedor, que desarrolla la inteligencia, previene el alzheimer y culturiza, nos preguntamos la mayoría porqué algunos senadores necesitan un pinganillo en la oreja que les traduzca el español (!). Es inadmisible e inexplicable que cosas así puedan ocurrir en el Senado con sus señorías y que para más inri cuesten una pasta, cuando miles de extranjeros vienen a nuestras universidades a aprender el idioma de Cervantes. Cualquiera mindundi como yo lee Rosalía de Castro, Castelao o Álvaro Cunqueiro en gallego, Josep Plá o Mercé Rodoreda en catalán, Ausias March en valenciano y se comunica con todos los españoles en castellano — lo que es absolutamente más exigible en un político.
El castellano es el idioma nacional y por lo tanto debería ser oficial en cualquier estamento público, independientemente de que cada región cuide y cultive su rica y hermosa lengua.
Lo que ocurre es que hay un servilismo y falta de sentido común en muchos y muchas, políticos y políticas, señorías y señoríosmiembros y miembrastodos y todas, nosotros y nosotras... Y así nos va.
El siempre recordado Tierno Galván decía que "tenemos dos casas, el hogar privado y la ciudad, que es el hogar público", donde por lo visto cada vez podemos menos entendernos y comunicarnos.






miércoles, 2 de marzo de 2011

EL PODER Y LA GLORIA




Napoleon, óleo de Jacques - Louis David

Luisa de Guzmán, duquesa de Medina-Sidonia, se casó con el duque de Braganza y apoyó en todo momento la revolución de 1640 con que Portugal recuperó su independencia después de 60 años de dominación española.
Se dice que cuando aclamaron a su esposo como nuevo rey portugués (D. Juan IV, 1640-1656), ella exclamó emocionada: "¡ Más vale ser reina una hora que duquesa toda la vida !"
Viene a ser lo mismo que decir eso de que más vale una vez rojo que ciento amarillo, ser cabeza de ratón que cola de léon, que es mejor un grito a tiempo que un sermón mal hilvanado, tierra en cuerpo que cuerpo en tierra...
Se ve que al hombre primitivo no le faltaban en la selva las emociones fuertes, y todavía hoy una vida plácida continúa pareciéndonos gris, nada comparable a esos momentos que suben la adrenalina y que absolutamente todos anhelamos.
¡Poder, Gloria, Triunfo!, alcanzar la cima, tener el mundo a los pies, sentirse fuerte e importante, ascender, volar, lograr metas y objetivos, estar por encima de la masa, destacar, pasar a la Historia, ser el mejor, cambiar el mundo.
El que no haya tenido algún sueño de grandeza, será porque carece de imaginación...
Hasta Sancho Panza confiesa en un momento dado: "Por verme puesto en libros y andar por ese mundo de mano en mano, no se me dá un higo que digan de mí todo lo que quisieren" (a lo Eróstrato...)
La ambición de Julien Sorel, en EL Rojo y el Negro, hace de su vida una mentira interior, porque detesta lo que a la vez desea, ( lo mismo que el inolvidable padre José de la gran novela de Graham Greene), y por eso el protagonista de Stendhal encerrado en la cárcel esperando la guillotina, reconoce amargamente: "¿Pero porqué maldigo la hipocresía de los demás si yo soy también hipócrita? (...) Me encuentro a dos pasos de la muerte y soy hipócrita ".
Todos a menudo somos contradictorios, a veces no hay una conexión exacta entre lo que hacemos y lo que  pensamos; por  razones varias que en el fondo conocemos, el autoengaño es una forma de protección y de defensa que de algún modo practicamos, consciente o inconscientemente.
Solo el tiempo nos va enseñando a distinguir sueños y realidades, a valorar lo que tenemos y a no empecinarnos en lo imposible, a aprender el significado de las pequeñas cosas, y que lo importante no es la llegada sino el viaje.
A la hora del balance, es conveniente poder reconocer el peso de lo que valió la pena, y poner en su sitio los sueños imposibles.
Para que el saldo sea más positivo es  aconsejable  mirar para abajo, que en la mochila no falte nunca amor, humildad, sosiego y buena consciencia, y haber aprovechado el tiempo viviendo, no soñando la vida, antes de tener que marchar para siempre por donde marchamos casi todos, que es por la puerta del olvido.
Son contados los elegidos que alcanzan el olimpo de la gloria duradera, pero todos tenemos derecho a cabalgar en el caballo de la coherencia y la paz interior.
La belleza es de todo aquél  que la sabe encontrar, y el amor, tan esencial, de todo el que sabe amar.
Si miramos la vida como una oportunidad extraordinaria de Ser ( "to be or not to be"), todos podremos cantar como Louis Amstrong:
  "Wath a wonderful world!"

Felipe IV, óleo de Velázquez