óleo de Picaso |
En Palma de Mallorca hasta los trileros timan a los germanos en alemán...
Y una se pregunta porqué un pobre gitano, más listo que el hambre, chapurrea el alemán para quitarle la guita a los grandotes rubios, y esta gente que ha invadido la isla para pasar un retiro dorado es incapaz de decir algo tan elemental como gracias, por favor, hola, buenos días, lo siento, soy alemán, no le entiendo — ¡algo!
La verdad es que de cierta forma nos merecemos esta actitud prepotente por nuestro ancestral servilismo, porque somos un pueblo acomplejado, por mucho que "bla-bla-bla"; los deutsches nos imponen porque son más altos y más guapos y más ricos y juegan al golf como nosotros a la petanca, y eso en el fondo nos encoge, nos acojona, por lo cual muchos negocios en la isla ponen los letreros solo en alemán, como si pesase más la ganancia que el orgullo.
Del hecho tristemente comprobado de que se puede tener residencia fija en territorio español sin decir una palabra en nuestro idioma, me pasé sin querer pasarme a nuestros políticos, esos responsables únicos de tantos desmanes, como de tantos servilismos y dislates que chirrían: los hay que directamente nos hablan como si fuésemos niños y niñas, gilipollos y gilipollas con una sola neurona, la única que a lo mejor les funciona a muchos que se piensan que nos camelan.
Si los entendidos no paran de destacar las conveniencias de aprender idiomas, que es muy saludable y enriquecedor, que desarrolla la inteligencia, previene el alzheimer y culturiza, nos preguntamos la mayoría porqué algunos senadores necesitan un pinganillo en la oreja que les traduzca el español (!). Es inadmisible e inexplicable que cosas así puedan ocurrir en el Senado con sus señorías y que para más inri cuesten una pasta, cuando miles de extranjeros vienen a nuestras universidades a aprender el idioma de Cervantes. Cualquiera mindundi como yo lee Rosalía de Castro, Castelao o Álvaro Cunqueiro en gallego, Josep Plá o Mercé Rodoreda en catalán, Ausias March en valenciano y se comunica con todos los españoles en castellano — lo que es absolutamente más exigible en un político.
El castellano es el idioma nacional y por lo tanto debería ser oficial en cualquier estamento público, independientemente de que cada región cuide y cultive su rica y hermosa lengua.
Lo que ocurre es que hay un servilismo y falta de sentido común en muchos y muchas, políticos y políticas, señorías y señoríos, miembros y miembras, todos y todas, nosotros y nosotras... Y así nos va.
El siempre recordado Tierno Galván decía que "tenemos dos casas, el hogar privado y la ciudad, que es el hogar público", donde por lo visto cada vez podemos menos entendernos y comunicarnos.
Ojalá tengamos pronto un político como El Viejo Profesor.
ResponderEliminarMe quedo con los trileros, esos benditos.
¡Qué razón tiene, María! Nos hablan como si fuésemos retrasados mentales, lo que dice muy poco a su favor. Están haciendo mucha falta políticos de la talla del profesor Tierno Galván.
ResponderEliminarUn saludo amigo, Manuel
E eu que julgava que era só com o português que isto acontecia...
ResponderEliminarEnfim, hermanos (que às vezes olhavam de alto o "pobre" portuguesito, agora unidos até na desgraça,
Enfim Maria querida, correm tempos maus, maus ventos. Aqui parece que o discurso do anormal do cavaco foi o que se esperava: de burro.
Eu nem liguei a Tv...
E Palma?
Beijinhhos e deixo-te uns olhares sobre o Porto! É O MEU NOVO BLOG!
http://olhardofalcao.blogspot.com/2011/03/olhares-sobre-o-porto.html
Passamos para deixar um não, mais 5 bjs,
ResponderEliminarCozinha dos Vurdóns