domingo, 4 de diciembre de 2011

NUESTRO SINO

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Dice el proverbio que "el matrimonio y la mortaja del cielo baja", aunque yo, que respeto todas las formas de pensar y todas las creencias, soy de los que opinan que cada vida siempre podía haber sido otra, mejor o peor, pero distinta.
Cuando el camino ya andado mide más años que el que queda, si echamos la vista atrás y lo vemos todo de corrido como en una película, comprobamos claramente como al final fueron los hechos pequeños los que causaron los grandes cambios, como lo más importante dependió de lo más sencillo y a la inversa, y así sucesivamente, en una cadena irrompible de eslabones caprichosos.
Aquél primer amor de verano hizo que estudiásemos inglés en lugar de matemáticas, con todo lo que vino después. En aquél país, en aquél momento, en aquél lugar, encontramos a la persona que decidimos que era la que andábamos buscando, y que también por casualidad estaba donde estaba para cambiarnos la vida.
Un coche que adelantó mal se encontró por azar con un camión de frente: la muerte de ese conductor que ni siquiera conocíamos, casi nos llevó más tarde a la ruína.
Un par de momentos clave conformaron nuestra historia, unas veces fueron circunstancias favorables a las que no dimos ninguna importancia en su momento, y otras, golpes directos al corazón que siempre nos pillaron de sorpresa.
Luego pasó que los azares de la mala suerte terminaron por arreglarse, y sin embargo hubo regalos envenenados que llegaron de la mano de la fortuna.
Todo imprevisible, todo fragil y aleatorio, los planes como un puro trámite y los sueños algo que raramente se cumplió. Todo pendiendo de un hilo, todo casualidad e incertidumbre, siempre haciendo el camino paso a paso como en un campo minado: el cambio de un simple matiz en un momento dado, de una fecha, de un segundo, de un encuentro, de un desencuentro, de un movimiento, de un o un no, de un irse o un quedarse, y la vida cambió como una veleta bailando al viento.
Demasiado pan hoy y hambre mañana, lo que empieza bien termina mal y al revés, nada es lo que parece, y nunca se sabe ni como ni cuando terminará el viaje.
Si fuésemos más lúcidos seríamos más humildes, y quizá asumiésemos mejor los inevitables reveses de la suerte. Como dijo La Fontaine, "a veces encontramos nuestro destino en los caminos que usamos para evitarlo". 
Solo nos queda poder decidir los tiempos interiores, hacer la Navidad en agosto o el verano en diciembre, no esperar otras luces que las que  se nos enciendan por dentro, colgar los adornos en las farolas del alma y vivir despacio, detenerse a apreciar un repentino aroma, un sutil gesto de bondad, un sabor recuperado, una palabra, una pincelada de color...
Contra la vulgaridad y el ruido de la codicia, el pensamiento, la belleza y la buena gente, para empedrar siempre con esperanza los callejones del destino.

óleo de Jose M. Rodriguez Acosta

5 comentarios:

  1. Me quedo con:"Contra la vulgaridad y el ruído de la codícia, el pensamiento, la belleza y la buena gente"

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  2. Sim, as "pessoas" é que salvam a vida!
    Penso que precisamos dos outros sempre.
    A "sina" marcada na palma da mão...é uma conversa: nós (e os outros) é que ajudamos a esse destino, se não dermos por nós a tempo!
    Olhando para trás, vemos "al final fueron los hechos pequeños los que causaron los grandes cambios..." é verdade muitas vezes.
    Fartei-me de festejar "natais" um mês antes ou dois depois: o Natal é quando nós decidimos "estar juntos".
    Beijinhos

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  3. Suscribo todo lo que expone, María, la felicito por esta bello texto que me emocionó.
    Un abrazo amigo, Manuel

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  4. Gostei muito do texto. Mais uma vez não sei se percebi exactamente tudo, mas penso que sim.
    Eu acredito um pouco no destino ( não nas sinas que o tentam adivinhar). Não lamento o que fiz ou deixei de fazer. Há coisas que certamente agora faria diferente, mas já passaram, que importa agora lamentar o que se fez ou o que se deixou por fazer. O presente é que importa.
    Penso que tudo tem também a ver com a nossa forma de encarar os acontecimentos, e a mesma situação encarada por pessoas diferentes, de maneiras diferentes, vai condicionando de forma mais positiva ou negativa a vida das pessoas, e assim a vamos também construindo.
    Dou cada vez mais valor às coisas pequenas que trazem momentos de felicidade e acho que devemos sempre dizer às pessoas que gostamos, que as amamos. Isso é que dá sentido e embeleza a vida.
    Beijinhos

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  5. Todos nós trazemos o nosso destino gravado na palma de nossas mãos - maktube - ditado e crença dos rhom, o que pouca gente sabe é que podemos muda-lo, ao calejar as mãos, mudan-se os destinos, já dizia meu pai. As linhas servem de advertência, de presente gráfico dado por Deus, para que possamos seguir em paz e aprender a remodelar situações, ajudando assim na construção dos nossos dias.
    lindo o que disse a falcão - natal é quando nós decidimos...assim dizemos nós da cozinha - natal são todos dias, dias em que nascemos com a chama de um cristo vivo, presente e não ausente, de um homem que mostrou ser possível e dessa forma venceu seus dias e nos iluminou um caminho.

    seu texto é belíssimo Maria e é uma honra contar sempre com vc,bjs muitos e sempre.
    de todas nós da cozinha.

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