óleo de Monserrat Gudiol |
Un radiante sol de otoño calentaba sin abrasar, acariciando la piel con esa temperatura ideal que es la mejor de las energías.
Ella había preparado una paella de marisco que casi sin proponérselo le había salido la más exquisita de su vida y estaba deseando ver la cara que pondría él cuando la probase. Pero António no llegó a probarla, lo encontró en la habitación haciendo aprisa una maleta y le comunicó con el rostro blindado de una esfinge que se marchaba, así sin más, sin calentamiento previo, que se iba, que se largaba, vamos, que todo se había acabado, y todo tenía que ver, casualmente, con la que ella creía su amiga del pecho.
Lo primero que le vino a la cabeza fue preguntarse en qué se había equivocado, qué había hecho mal. Se sintió doblemente gilipollas, por lo que estaba pasando y por lo que había pasado sin que ella se enterase. Notó como la autoestima la iba abandonando como el calor abandona un muerto, bloqueada, sin norte, sin mañana.
Luego con el tiempo pasó página y supo que aquello fue lo mejor que había podido pasar, pero si algo se le quedó atravesado fue aquél arroz que le había salido el mejor de su vida y que echó enterito a la basura...
pintura ( técnica mixta) de Gina Intveen |
Querida María! tomemos este texto como uma parábola... Adorei esta frase, como final de um drama que passou como no fim todos os dramas passam, nas vidas das pessoas, as tais pequenas grandes coisas: "si algo se le quedó atravesado fue aquél arroz, que le había salido el mejor de toda su vida, y que había ido entero a la basura..."
ResponderEliminarSim, o pior é o arroz, a paella de mariscos...
As imagens são muito bonitas, a de baixo é estranha e cheia de poesia e mistério.
beijos
E sempre que passa, o que fica perde o peso e renascemos.
ResponderEliminarAcho que é assim que devemos passar os dias, passar por eles e nunca permitir que passem por nós.
bjs muitos,
com saudade, aquela estranha, mas que acabo entendendo.
Los grandes acontecimientos terminan por pasar y ser asumidos, porque no hay otro remedio. Con las pequeñas cosas es distinto, son la sal de la vida, lo que nos llega más adentro y queda para siempre en la memoria. Con las personas pasa lo mismo, no son los grandes gestos que dicen más de nosotros, a veces es un pequeño detalle que parece irrelevante, lo que verdaderamente nos define. También es muy cierto que nunca olvidamos lo que dejamos a medias, lo que pudo ser y no fue.
ResponderEliminarNo es la primera vez que pone Montserrat Gudiol, y siempre me llama la atención. Voy a ver más.
Un abrazo muy amigo,
Manuel
Como se costuma dizer: o que não nos mata torna-nos mais fortes! Eu acredito nisso e acredito que mesmo as grandes dores, acabam por se ir desvanecendo.
ResponderEliminarAo longo da vida, tal como diz um poema, perdi isto, perdi aquilo...mas ficou de cada coisa o melhor e o resto passou.
Acredito que o que nos foge é porque não nos pertence e aceito o que a vida me dá, sem complicações. Serei básica, mas talvez consiga ser mais feliz!
Um beijinho grande
Gostei das pinturas!
Isabel, tu nunca és básica! Procuras ter uma certa visão e não dramatizares mais a vida...
EliminarTalvez sim: "o que nos foge é porque não nos pertence". Mas não gosto! beijos
Também não gosto, Maria João! Mas se não posso fazer nada...é continuar o caminho!
EliminarAi, que a Maria ainda nos expulsa daqui...a utilizarmos o espaço dela!...
Bom Natal, querida Zé!
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