BILLIE HOLIDAY

EL TÚNEL DEL OLVIDO

obra de Carroll Cloar

Se aleja despacio, lenta pero irremediablemente, por el túnel sin salida del Alzheimer.

Atrás va quedando lo que ha sido, lo que ha amado, lo que ha aprendido, lo que la hizo vibrar y lo que la hizo sufrir, su nobleza de alma, su sensibilidad, su imaginación y su alegría de vivir, todo disuelto en la bruma espesa de la nada donde se ahogan también los sueños de quién tanto la ha querido. 
Duele más que un cuchillo ese momento en que por primera vez te mira como a una extraña, en que ya no recuerda ni tu nombre: algo dentro se te rompe con el crujido seco de todos los finales.

Somos demasiados para que los dioses se ocupen de nosotros personalmente.

obra de John Rogers Cox

MOZART SIEMPRE

EN NOMBRE DEL PADRE

fresco de Fra Angélico

En nombre de su dios el hombre siempre ha matado, torturado, violado, humillado, amordazado, estafado, intoxicado, mentido. En el interior de cada uno crece una mala hierba que se nutre de ignorancia, estupidez, crueldad y cobardía; encubamos un gen maldito que nos lleva a ejercer la violencia gratuita, el mal por el mal, la envidia, la ambición, la vanidad, el desprecio al otro, ya sea en nombre del padre, de una raza, de una bandera, de una ideología o simplemente de un momento de gloria. Nos afanamos en vender humo embotellado: no somos nada pero aun podemos hacernos más insignificantes. Mascullamos desde una supina inutilidad palabras-flecha de largo recorrido que transforman la vida en un parque temático para descerebrados con creencias mezquinas y convenidas. Somos grandes odiadores con una adicción indecente a nuestro minúsculo ego.
Y todo para nada, no hay cosa que no acabe por pasar a excepción de una rabia colectiva y crónica por tanta miseria moral. 

Obra de Antonin Slaviceck

CONCHITA PIQUER

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EL DOLOR DEL MUNDO

fresco de Giotto

El dolor del mundo es como un magma espeso y oscuro saliendo sin parar de un volcán que nunca duerme, un río de lava viscosa y siniestra que va arrastrando guerras, hambrunas, grandes catástrofes naturales, duras enfermedades o tan solo una punzada aguda en el fondo del alma.
A diario se rompen muchas vidas que nutren sin tregua el monstruo insaciable del dolor universal, nadie está libre de ser engullido cuando menos lo espera por el abismo maldito del sufrimiento.
Por eso la única forma de estar aquí es tener ganas de estar y amar incondicionalmente, que es la mejor forma de amar, y sobrevivir con ilusión mientras la mala fortuna no nos salpique y nos atrape. 
Feliz año. 

obra de Emilio Boggio