martes, 12 de junio de 2018

LA NEGRA SOMBRA DE LA ENVIDIA












Cuando alguien afirma que le tienen envidia es porque es envidioso, lo que atribuimos a los demás tiene mucho que ver con lo que somos: cada uno ve en otras personas sentimientos que son los suyos pero que se niega a aceptar, como en un mecanismo de defensa, un auto engaño. Nuestras sombras interiores se proyectan en un mundo externo hecho a medida, construido con las características propias que en el fondo son las únicas que conocemos bien: "No vemos a los demás como son, sino como somos nosotros" (Kant). Se dice que la mayoría de los seres humanos padecen envidia, pero eso no se puede demonstrar, ya que la envidia es un sentimiento inconfesable, corrosivo, feo y oscuro que habita solapado en el fondo de la mente — nada que ver, por supuesto, con la llamada envidia sana, que no es más que un anhelo, un deseo utópico nacido de la admiración: así es como se "envidia" a personas interesantes que ni se conocen personalmente, al talento, a la belleza, a la generosidad, a la elegancia, y si acaso también al poder, a la riqueza, al estatus social y así. No es lo mismo, sin embargo, desear cosas de que carecemos que envidiar y querer ser el que tiene la suerte de disfrutarlas, tener fijación con personas determinadas: quien quiere cambiar de piel o de lugar no puede ser feliz nunca, somos tan solo lo que hacemos con nuestra vida, la nuestra, desde nuestro rincón perdido en el inmenso mundo.
Cuando alguien afirma en voz alta que le tienen envidia se descalifica solo, tiene el mismo mal gusto que el narciso complaciente poniéndose méritos y medallas. Al fin y al cabo todos somos apenas "unos bichos de la tierra tan pequeños" como dijo el gran Camões.

  No mar, tanta tormenta e tanto dano,
  Tantas vezes a morte apercebida;
  Na terra, tanta guerra, tanto engano,
  Tanta necessidade avorrecida! 
  Onde pode acolher-se um fraco humano,
  Onde terá segura a curta vida,
  Que não se arme e se indigne o Céu sereno
  Contra um bicho da terra tão pequeno?

     ( Os Lusíadas, Canto I, 106)



1 comentario:

  1. Compreendo -te! A inveja é o 'mal' mais horrível do "mínimo bicho da terra"!Estes versos de Camões são extraordinários pela verdade, observação e lucidez do Poeta.
    Ver nos outros o mal pode ser ter o mal em nós mesmos...tudo isso são as fragilidades desse tal bicho da terra.
    "No vemos a los demás como son, sino como somos nosotros" (Kant) tem muito de verdade. Eu diria ainda mais (???): vemos nos outros aquilo que "queremos ver" nos outros e isso é uma fraqueza enorme!
    Um beijo.
    Vou ver o Portugal-Espanha!
    Já 1-1...Ohhhhhhhh

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