jueves, 21 de mayo de 2020

SOLO SE MUERE UNA VEZ







obra de Guim Tió



Estamos entre los animales más feos y que peor envejecen, pero somos el único que piensa y razona, para bien y para mal.
No existen dos personas que sean exactamente iguales ni completamente distintas, hay un gran surtido dentro de la uniformidad de la especie, todos únicos y sin embargo todos parecidos.
No hay psicópata que no presente algún rasgo de coherencia ni persona considerada normal sin una pizca de locura.
El poderoso puede albergar grandes miserias morales o llegar a sentirse muy solo y carente de afecto y el indigente ser feliz dentro de su sencillez y alegría de existir.
La gran mayoría vivimos vidas independientes y anónimas pero nos reconforta saber que estamos rodeados de otros humanos y que si necesitamos ayuda seguramente la vamos a tener: pasaremos desapercibidos siempre y cuando no salgamos del círculo existencial donde nos movemos, pero sí "pisamos la raya" enseguida llamamos la atención y somos señalados, rechazados o aplaudidos, según caso. En catástrofes de grandes dimensiones quedamos atrapados en un mismo vínculo, fuerte aunque sutil, donde se nos atiende o ignora, dependiendo siempre de los sentimientos de la manada hacia nosotros. 
Cada uno muere su propia muerte, una sola, aunque mueran  miles de personas a la vez en el mundo. Luego el tiempo casi siempre es lejanía y olvido.
No solo contagian los virus, también la estupidez, el odio, la violencia, la mentira, la ambición, el egoísmo y así. Pero no hay mascarillas que protejan de la contaminación de la mente, la más letal de las pandemias.  

1 comentario:

  1. Ó querida María! "entre los animales más feos y que peor envejecen"? Até fiquei encolhida. Mas, como sempre, tens razão.
    Não é altura para ilusões falsas, todos podemos morrer agora dentro desta pandemia: podemos ter sorte hoje e não amanhã, mas o que é certo é que morremos sós. "Cada uno muere su propia muerte, una sola", claro, mesmo quando parece que estamos a viver a morte dos outros.
    Impressionamo-nos, afligimo-nos, sofremos a ver os outros morrerem. Eu, para além disso tudo, indigno-me porque não aceito que se nasça para se morrer assim (ou assado, é igual). Não é que não aceite a morte, sei que existe e virá, não aceito é que "nos" tenham posto nesta terra para viver, amar, sofrer, morrer - sem nos perguntarem nada. Por isso eu não acredito que um Deus qualquer o tenha feito. Portanto, resta-me aguardar com raiva e dor o que vier quando vier. Já o dizia Tolstoi: não tem sentido a vida quando se nasce para depois morrer.
    Enfim, tentarei viver o melhor possível, mas não vivo bem. Beijinhos minha querida, nunca te esqueço!

    ResponderEliminar