"Tan pronto estaba en el cielo como en el infierno, la mayoría de las veces en los dos lugares al mismo tiempo."
Hermann Hess también buscaba respuesta a la gran y sempiterna pregunta: ¿Qué somos?
Cada ser humano gestiona la existencia como puede, a sabiendas de que tener la capacidad de adaptarse a ella es esencial para sacarle provecho, aunque deambulamos por un mundo que nunca llegaremos a comprender en su totalidad.
Harry Haller (las mismas iniciales que el autor) es un personaje atormentado, un discapacitado emocional que sin embargo despertó gran entusiasmo en la juventud de la época, a la publicación de la novela en 1927.Trata de un insatisfecho permanente con el entorno y consigo mismo, prisionero de unas necesidades muy animales y sobrenaturales a la vez, lo que le provoca felicidad y sufrimiento en una misma oleada. La navaja de afeitar, la idea del suicidio, no deja de estar presente en cada uno de sus desconsuelos. Realidad y ensoñación se mezclan hasta convertir la vida, al final de la obra, en un inquietante "Teatro Mágico" que tuvo un enorme éxito a nivel internacional y que todavía perdura en algunos países y medios. Domina en ese escenario irreal lo etéreo y fantasmagórico, unas locas fantasías que solo existen en su mente.
Haller piensa, analiza, filosofa, pero es incapaz de sentir jamás algo de paz por dentro.
El autor afirma que la humanidad "esfuerza a la inteligencia en exceso, intentando ordenar cosas que están muy distantes de ser accesibles a la razón, y que nadie escribe tan mal como los defensores de ideologías que envejecen": ¿y qué pasó con las suyas, Premio Nobel de Literatura de1946, que después de un éxito arrollador empezó a perder miles de lectores?
De aquellos tiempos extraños de entre guerras se llegó pasado un siglo, a estos tan cibernéticos y con una Happycracia tan estomagante, donde ser negativos está mal visto y exhibir felicidad es una rutina obligada en las redes...
Nunca los extremos han sido recomendables "aunque sean de virtud", como dijo Santa Teresa de Jesús.
" Ella era la pequeñísima ventana, el pequeño agujerito resplandeciente en mi oscura cueva de inquietud."