domingo, 19 de agosto de 2012

MI PRIMO





litografía de Richard Franklin



Hay personas que son seductoras de condición, de por vida y en todas las circunstancias, es un don de nacimiento que se tiene o no se tiene, un no sé qué imposible de adquirir a ningún precio — una forma de ser y de estar, además de un físico agraciado, una voz, una mirada, una cierta cadencia, una cierta sonrisa, una elegancia natural, una conversación, un algo enfín que siempre se lleva puesto como una segunda piel, tanto si uno se enfrenta a un gran triunfo, a un problema gordísimo o si sencillamente se levanta para ir al baño. Es un magnetismo, una elegancia total y sin embargo distraída, casual, pero que casualmente siempre habita donde la vulgaridad no tiene cabida.
Mi primo tenía eso, tenía clase, era agradable y sensible, se "quedaba" con la gente, (como Mário Conde, que ex-ladrón encarcelado se quiere presentar ahora a Presidente del Gobierno con el mismo glamour que gastó en la trena, donde se convirtió en héroe y referente entre los presos, sin cabrearse nunca ni dar lecciones apuntando con el dedo).
Hay quién escribe novelas, hay quién lee novelas y hay quién es el protagonista de su propia historia, intensa, apasionante: porque puede y porque quiere dedicarse exclusivamente a vivir.
Mi primo me quería como a la hermana que no tuvo y yo albergaba dentro de mí esa devoción que se siente por quién en el fondo se admira, pese a saber que él no era lo que se suele considerar una persona sensata. Me lo contaba todo, lo de sus esposas, cuatro, lo de sus amantes (se enamoró de la mujer del jefe y amigo íntimo, echando así a perder un futuro profesional que podía haber sido brillante). En el fondo era romántico.
Con sesenta años, pre jubilado con una pensión de miseria y las manos vacías, tocó a la puerta de mi tía la soltera, guardiana de la casa de mis abuelos en un pueblo pequeño donde yo no era capaz de imaginarlo viviendo ni una semana. Metió la buena mujer, que le idolatraba, en una residencia de ancianos, desempolvó antigüedades, y con los ahorros que encontró bajo el colchón hizo de la casa un lugar único, entre museo y de revista de decoración, elegante y cálida, con el jardín renovado y lleno de plantas hermosas.
Cuando me avisaran de que había muerto en un accidente de coche, necesité ir a comprobar personalmente la noticia corriendo 1000 kms para poder asumir la realidad de que mi primo ya no volvería a estar nunca más en sitio ninguno.
Al llegar al pueblo había dos muertos en diferentes capillas, en una estábamos media docena de personas, con mi tía desolada que empezó a morir de pena ese fatídico día. En la otra estaba ella, su última historia, acompañada de todo el pueblo, menos algunos que no le perdonaran que hubiese perdido la cabeza por un hombre nada más morir el suyo, dueño de un gran supermercado en el pueblo que la dejó nadando en la abundancia. Para más inri el accidente ocurrió el día justo en que se cumplía un año que quedara viuda, lo que alimentó muchas elucubraciones entre los más supersticiosos. 
Mi primo murió bien, como vivió, sin el mínimo sufrimiento y a bordo de un deportivo descapotable con una mujer al lado que loca de un amor otoñal, acababa de hacerle ese regalo. Parecía dormido, sosegado y romántico, con esa pequeña brecha en la frente de donde de vez en cuando caía una gota de sangre muy roja a un pañuelo blanco de encajes bordado por mi abuela.
A la hora de cerrar la capilla para irnos a descansar, otro primo mío, este del pueblo de toda la vida, muy rico y sin complicaciones, que por cierto el otro siempre ignoró por poca cosa, me enseñó un espray que iba a usar, porque entre la calor y la olor a sangre fresca temía lo peor.
No me quedé para el funeral, por lo que le miré por última vez antes de dejar la capilla, tan guapo y elegante como siempre. Se fue sin asistir a su propia decadencia, pero a mí me ha tocado vivir la escena kafkiana de ver a mi primo el simple fumigando con anti hormigas a mi primo el divino y bajar llena de rabia aquella calle estrecha y empinada, triste y oscura como un trozo de mi alma donde aquella noche se apagó otra luz.




8 comentarios:

  1. Acho que não percebi tudo. Cá estou eu às voltas com a minha falta de compreensão de algumas coisas. Que aborrecido!

    Pareceu-me que era um primo de quem gostavas muito e de quem toda a gente gostava, era? Mas ao mesmo tempo pareceu-me que não foi muito correcto com a tua tia (irmã dele não era? ).
    É isso? Ou percebi tudo mal?

    Gostei muito das imagens escolhidas. A foto deve ser tua...

    Um beijinho e boa semana

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    1. Estou a ver que afinal não percebi nada...não importa!

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    2. Tenho a certeza de que percebeste o essencial, querida Chabela, um homem interessante a quem eu quiz muito, que morreu de repente e me deixou um pouco mais pobre de afectos. Beijinho

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  2. Vim procurar antes de dormir. Queria ler-te!
    Consegues "dar" tu primo tan bién!
    Que figura de romance, o da vida dele que tão bem desempenhou até ao fim.
    O teu humor não nos deixa ficar tristes: no fundo, que bela morte para quem soube viver tão loucamente, verdad?
    A cena dos dois caixões e depois a vinda do primo simples com a ideia do mata-formigas é genial!
    Enfim, sei que gostavas dele e a sua morte te fez sofrer, se não não irias à tua terra para o ver morto...
    Penso que "apanhaste" a figura porque sempre a entendeste de dentro, com empatia, mesmo que com alguma censura...
    Paz à sua alma impaciente de Don Giovanni!

    Um beijo para ti
    J

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    1. Mais que un Don Giovanni, que só se queria a si mesmo, talvez antes um Casanova.
      Um dia disse-me que "não podia viver sem estar apaixonado". Era un tipo único, adorei-o desde que tenho uso de razão, sem nunca baixar o nível.
      O teu estupendo comentário fez-me ficar satisfeita de ter contado esta história um pouco surrealista. A vila é tão pequena, Alter do Chão, que aquilo foi incrível, estou convencida que vai ficar nos anais da sua história, passará de pais a filhos, certamente con mais tintes melodramáticos, até ser como um Amor de Perdição...
      Não disse, para não cargar as tintas, que a ela o cinto de segurança a decapitou, enquanto que ele saiu por cima, porque iam com a capota baixada.
      A minha tia Francisca estava destroçada, e ele tão sereno, que de vez em quando ela perguntava-me se não estaria vivo. Foi um espanto.
      Beijinhos

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  3. Me quedo con. " le quise con esa devoción que se siente por quién en el fondo se admira"

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  4. Muchas veces me pregunto, María, porqué no escribe usted una novela. Con lo que dice de su primo, por ejemplo, seguro que tenía material para un libro estupendo, con su forma de decir las cosas y de sentirlas.
    ¡Anímese!
    Con todo mi cariño, un gran abrazo

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  5. Pessoas asim são raras e quando temos a sorte de ter um "protaginista de sua própria vida" perto de nós, devemos saber que quem cumpre por estrada a felicidade sempre se vai cedo para quem fica. Leva sempre um pouco da nossa felicidade, mas deixa uma lamparina ascessa, onde se pode ver: é possível.

    bjs muitos querida, e fique em paz.

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