QUERER Y QUERERSE

 

                                                                                   

                                                                   Conroy Maddox

Igual que no podemos vivir otra vida que no sea la nuestra, no estamos obligados a querer a nadie ni a que nadie nos quiera, el amor es libre y hay que ganarlo cada día. Lo que sí es importante es quererse a sí mismo: quien no se ama y se respeta, tampoco es capaz de amar y respetar a los demás. Buscamos las alturas con nuestro espíritu, tendemos a una plenitud que nunca se alcanza, a momentos cumbres que solo ocurren cuando logramos armonía entre lo que pensamos, sentimos y expresamos. Somos y hemos sido billones, pero por dentro estamos solos con nosotros mismos, aceptando y respetando la diversidad de historias y condiciones que hay a nuestro alrededor, como la mejor forma de mantener el equilibrio. Cada uno monta su vida como quiere, puede y sabe, otorga su rostro a todo lo que hace o deja de hacer, desde esa ilusión de libertad que nos hace olvidar que en el fondo todos estamos programados. Solo el amor a los demás y a nosotros mismos nos salva del absurdo, del caos existencial y de esa incertidumbre permanente que es la vida.

Hay que amarse, quedar en silencio de vez en cuando y escuchar el ruido del entorno, intentando hacer de todo esto una experiencia que valga la pena.

Quien no da no recibe, "el que quiere ser amado, que ame", como dijo M. Gandhi. En el amor hacia nosotros mismos y hacia los demás radica nuestra mayor fuerza, la felicidad está en esas pequeñas cosas que ganan la importancia que queremos y sabemos darles.

No establezcamos sentimientos inútiles, busquemos lo que la vida tiene de más hermoso, porque solo en lo que nos gusta nos encontramos. En vez de inventar situaciones ficticias, amemos lo que valga la pena, escuchando siempre nuestro propio corazón: más que preocuparnos por el que dirán, preocupémonos por el que diremos de nosotros mismos.

Feliz 2025.