obra de Munch |
He releído esta pequeña novela, la primera de mi admirada Rosa Montero, y me gustó tanto como hace treinta años.
Se trata de una periodista joven, madre soltera que intenta sobrevivir sola en una España que se despereza de la dictadura, pero que va descubriendo como el uso de la libertad tampoco la lleva a ninguna parte en el campo afectivo y hasta profesional: las mujeres no estaban preparadas para ser libres sin herirse, los hombres no estaban preparados para no herirlas, la sociedad en general estaba muy lejos de haberse quitado de encima los corsés de la época franquista.
Han pasado ya unas cuantas generaciones en libertad y sin embargo todavía no hay una receta para el desencanto, todavía demasiados hombres siguen llevando puesto el chip del machismo o de un feminismo de boquilla, que en la práctica viene a ser casi lo mismo. Hoy en día la mayoría de los matrimonios son la crónica de un desamor anunciado, se tambalea el concepto de casarse para toda la vida, algo está en crisis y no se sabe bien si es la institución, si somos nosotros o si son las dos cosas. Las relaciones de pareja siguen siendo el gran rompecabezas de la afectividad.
El paso del tiempo, las contrariedades de la vida, la mala comunicación (a veces hay un abismo entre las motivaciones de uno y la interpretación del otro), van desgastando la ilusión con que se empieza la andadura. Pronto surge la tentación de querer cambiar la otra persona, de no aceptarla tal como es, y ese error es el principio de un camino sin retorno. También es frecuente pedir lo que no se está dispuesto a dar — hay que fijarse más en lo que no se da y menos en lo que no se recibe, aunque el amor bien entendido requiere reciprocidad.
Perez Reverte afirma que la mujer lúcida es el único personaje literario que queda: "La capacidad de sorpresa que ofrece el héroe masculino está agotada tras más de veinte siglos de literatura. El hombre, o lo que resta de él, se repite a sí mismo, mientras que la mujer entró en esta centuria haciendo frente a desafíos nuevos, todavía no escritos."
Hay que renovarse, resolver la convivencia de una forma inteligente, consensuada y sin auto engaños, siendo consciente de que la pasión dura poco pero que hay otras formas de querer, de compartir un tiempo amable, unos servicios mutuos, una complicidad sin palabras gastadas, un llegar a no poder imaginar la vida sin la otra persona, porque como dice Núria Chivas, a veces ocurre que "lo que buscaba en los demás era lo que no me daba a mí misma".
Lo que es bien cierto es que vale más querer y dejar de querer que no haber querido nunca.
Amor é fogo que arde sem se ver;
é ferida que dói e não se sente;
é um contentamento descontente;
é dor que desatina sem doer;
é um não querer mais que bem querer;
é solitário andar por entre a gente;
é nunca contentar-se de contente;
é cuidar que se ganha em se perder;
é querer estar preso por vontade;
é servir a quem vence, o vencedor;
é ter com quem nos mata lealdade.
Mas como causar pode seu favor
nos corações humanos amizade,
se tão contrário a si é o mesmo
Amor?
Luis de Camões
óleo de Marc Chagall |
Sempre lúcida, minha querida amiga!
ResponderEliminarNão é fácil amar, claro, e creio que nunca se ama da maneira que a pessoa amada gostaria.
Nem se é amado como se gostaria...Há uma certa forma de masoquismo no amor.
É-se tão diferente às vezes, e, como dizes bem, cai-se no erro de querer "mudar" o outro, quando no fundo se deveria amar e aceitar o seu amor, sem exigir que o outro seja igual a "nós".
Gostei.
És sempre muito clara e muito directa no que escreves. Expões-te.
As ilustrações são muito boas!É um pintor muito duro.
Um beijo
Obrigada pelo teu comentário, sempre inteligente e sensato.Dizes que me "expônho"...vou-me expôr mais: a minha história leva mais de quarenta anos,(por isso sei alguma coisa), e depois de alguns desencontros inevitáveis, hoje é a única história que eu quero para mim.Beijinhos.
ResponderEliminarnao mudo nem uma vírgula, Zézinha..... e muito menos aos versos do nosso Grande Camoes que, durante todos estes séculos que nos separam dele , nao "apanhou nem uma ruga" :-))
ResponderEliminarDedico este que adoro ... a ti e às senhoras tuas amigas
um abraço
A vós seu resplendor deu sol e lua
Luís Vaz de Camões
Pelos raros extremos que mostrou
em sábia Palas, Vênus em formosa,
Diana em casta, Juno em animosa,
África, Europa e Ásia as adorou.
Aquele saber grande que juntou
espírito e corpo em liga generosa,
esta mundana máquina lustrosa
de só quatro elementos fabricou.
Mas fez maior milagre a natureza
em vós, Senhoras, pondo em cada uma
o que por todas quatro repartiu.
A vós seu resplendor deu Sol e Lua:
A vós com viva luz, graça e pureza,
ar, fogo, terra e água vos serviu.
ANA!!!
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