domingo, 9 de enero de 2011

HÁGASE TU VOLUNTAD: AMEN.





Miniatura de Jean Fouquet


Antes todo estaba prohibido, había un solo modelo para cada concepto, el que le gustaba al Poder y a la Iglesia, que siempre iban de la mano. Pero ahora la gente de a pié, que somos casi todos, caminamos unidos, agrupados, estamos más informados y por lo tanto tenemos más madurez, más preparación y más fuerza, el progreso va ganando enteros a un conservadurismo rancio e impresentable.
Vamos aprendiendo a base de golpes que una condición imprescindible para ser felices es la ausencia de miedo, y por eso aborrecemos a la gente agresiva y sin sosiego, a la que sostiene que no hay mejor defensa que un buen ataque, a la que insulta y ofende, a la que declara guerras unilateralmente y encima piensa ganarlas, a la gente con vidas poco modélicas en la práctica que pretende dar lecciones de moralidad y honradez, a las altas esferas con silencios cómplices en asuntos oscuros, que van de paladines de la transparencia.
Hoy los Mandamientos los pone nuestra propia conciencia, hoy queremos ser libres, pensar con nuestra cabeza, elegir nuestros líderes y nuestro destino.
Manifestarse a favor de la familia tradicional, es como reivindicar la heterosexualidad o el derecho a ser católico, cosas que nunca fueron cuestionadas en sociedad democrática alguna: se puede libremente tener un hogar tradicional y casarse para toda la vida, tener veinte hijos que a su vez pueden hacerse todos curas y además hacer y decir lo que les dé la gana.
Está claro que la cultura y la ciencia nunca gustaron a sus reverendísimas, porque se fundamentan en verdades demostrables, porque son el polo opuesto del oscurantismo, la hipocresía y la estupidez, porque es gracias a la ciencia y a la cultura que la Humanidad avanza, y cada avance del Hombre significa siempre un retroceso de las "doctrinas".
La Historia nos enseña que solo permanece el pensamiento iluminado.
Ahora sus eminencias aspiran, con el poderío de una indiscutible e incomparable capacidad  económica, a participar en política directamente a través de un fuerte y aguerrido partido propio, ya no se pueden fiar ni de sus ovejas, repartidas a derecha e a izquierda: España se les va de las manos y hay que enderezar  "esta viña desvastada por los jabalíes del laicismo" (Benedicto XVI).
La jerarquía católica sueña con volver a los gloriosos tiempos de la dictadura franquista y hacer de su capa un sayo, siempre en nombre de la verdad absoluta de que tienen la exclusividad, campar a sus anchas y a su estilo — con sus infiernos, sus demonios, sus amenazas apocalípticas, sus castigos, sus chantajes.
¡ Qué duro debe ser vivir en el rencor, anclado en nostalgias y frustraciones!





óleo sobre tabla de Jean Fouquet

5 comentarios:

  1. Un artículo muy bien expresado...
    Te lo dice tu hija. Y te lo dice una católica.
    Una católica que, tuvo la gran suerte de ser educada por mis padres en la libertad. Libertad de pensamiento. Libertad de religión. Libertad de acción.
    Debieron de ser tiempos durísimos aquellos en los que sólo había un pensamiento único, impuesto, dictatorial.
    Ojalá siempre podamos elegir nuestras propias opciones de vida, sin que nadie nos imponga las suyas. Y a su vez, siempre respetemos la opción de los demás, por muy diferente que sea de la nuestra.
    Un beso. Te quiero.

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  2. Estoy muy orgullosa de tí y de tu forma de ser católica. Sé que eres un espíritu libre y eso me tranquiliza mucho: nadie podrá manipularte porque te hemos enseñado la libertad.
    Te deseo lo mejor, un besito.

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  3. ¡Qué razón tiene en todo lo que dice!
    El caso es que a mí me gustaría creer en algo, pero no puedo. Lo estoy pasando muy mal y sin embargo me sigue gustando leerla. Gracias por estar ahí, un saludo cariñoso. Manuel

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  4. Lo noto preocupado, Manuel.Si cree que le puedo servir de ayuda, no dude en escribirme a esta dirección, yo estaría encantada de poder ayudarle

    aindadedia@gmail.com

    Espero sus noticias,un abrazo, María

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  5. Maria querida! Ainda não tinha lido o teu post, por isso não disse nada! Estive fora de domingo passado até 6ª feira -sem internet- e só hoje, agora mesmo, vim ler-te!
    Estou de acordo com o que dizes, com tudo o que foi certo percurso da Igreja, do lado dos poderosos nunca dos pobres a quem era apenas dado "o reino dos céus", como paga do sofrimento e dor...
    Pertenço ao grupo dos ateus que de vez em quando "rezam" a alguém...
    Todos os "nãos", ressentimentos, proibições sem explicação são negativos como regra...
    Como tu dizes bem:~
    "¡Qué duro debe ser vivir en el rencor, anclado en nostalgias y frustraciones!"
    Resta-nos a crença de que
    "Habrá un día
    en que todos
    al levantar la vista,
    veremos una tierra
    que ponga libertad."
    Para todos!!!
    UM beijo grande
    Gostei muito da tua "conversa" com a Sara.
    Revela muito de muita coisa...

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