foto de Robert Capa ( guerra civil española ) |
Hace poco vi salir de clase estudiantes quinceañeros en Sevilla, preciosa ciudad grande y abierta, y debo reconocer que me quedé mirando: algunas de las chicas iban cogidas de la cintura y se besaban en los labios, y lo mismo pasaba con algunos de los chicos, cogidos de la mano en actitud cariñosa y enamorada, todos felices y naturales.
Me quedé pensando con inevitable emoción en el calvario por donde tuvieron que pasar muchos y muchas, como se dice ahora, en las persecuciones de que fueron víctimas indefensas, en el miedo, las humillaciones y el dolor que hizo falta para que estos chavales puedan hoy ser como son e ir por la vida con su orgullo gay bien alto, tan natural como la vida misma. ¡Libres!
Me quedé pensando en como detrás de cada gesto, desde abrir un grifo a llegar a la Luna, hay una historia de esfuerzo y superación de muchas personas, detrás de cada conquista, una guerra sin cuartel, un reguero de sangre derramada, de espíritus valientes y tenaces a quienes debemos Todo lo que somos.
Como si de una pirámide se tratase, veo la gente, montañas y montañas de gente apuntando en la misma dirección, siempre hacia arriba, luchando por las mismas metas — no es la pirámide de Maslow ni la torre de Babel; salvando todas las distancias, es mi pirámide de la esperanza en el triunfo final de la condición humana, una hermosa pirámide colectiva donde quepamos todas las personas de buena voluntad.
Cuando los avatares de la vida nos empujan para bajo, miramos hacia la cima y nos damos cuenta de que aun estando más lejos del vértice en altura siempre habrá más gente en la base, de que la unión hace la fuerza y que es necesario el esfuerzo de todos para poder izar la bandera de la Libertad, la Justicia, la Verdad, el Coraje, la Dignidad y tantas otras banderas.
Cuanto más grande sea la pirámide y sus conquistas, más habremos triunfado todos.
Solo no tendrán cabida en ella los indeseables, esos siempre irán por libre, ascienden solos y solos caen en el olvido, y si alguno pasa a la Historia es para que todos recordemos lo que no podemos olvidar nunca.
Cuanto más avanza la comunicación, más crece la esperanza de que muy pronto sea gigantesca e indestructible la pirámide de las personas decentes.
Gostei muito do teu texto, como sempre.
ResponderEliminarCabem no mundo todos os que sabem respeitar os outros, nos seus direitos, nas suas escolhas, porque a liberdade de cada um acaba onde começa a do outro.
Um beijinho grande
Me quedo con: " aún estando más lejos del vértice en altura siempre habrá más gente en la base"
ResponderEliminarOjalá sea cada vez más grande y fuerte la pirámide de los justos, María. Es verdad que nunca podremos ser todos iguales, que siempre habrá más gente en las bases que en las cimas, pero si jugamos en el mismo bando ya nos podemos dar por satisfechos. Y mirar siempre para los que están peor, que como bien dice, suelen ser mayoría en todo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Manuel
La foto del miliciano que hizo Capa en el momento que cahía abatido es sobrecogedora.
ResponderEliminarManuel
Também eu gostei muito do que dizes. Tanta coisa para pensar, para falar...
ResponderEliminar"mi pirámide de la esperanza en el triunfo final de la condición humana, una hermosa pirámide colectiva".
É bela uma pirâmide da esperança!
beijinhos
Respeito, palavra essa tão grande e de tão profundo significado. Palavra essa que devemos aprender a rimar com leito de rio, nascente da dignidade humana, carinho de alguém e fé no amanhã.
ResponderEliminarbjs nossos com carinho e com orgulho de termos você como amiga