El "insumergible" Titanic pesaba tanto que en caso de percance se iría a pique más aprisa, como así fué.
Algunos ricos se ahogaron porque no quisieron subir a los botes salvavidas antes de volver al camarote a rescatar sus carísimas joyas.
A los músicos de la orquesta se les dijo que no pasaba nada y que siguieran tocando mientras el agua no anegase sus violones, y con el coloso ya sentenciado, había gente guapa que seguía bailando y bebiendo champagne francés en el salón.
Pasados cien años de aquella triste odisea, media Europa es un coloso a la deriva y los que viajan en primera clase aún creen que la cosa no va con ellos — al revés, el lujo se ha disparado, porque en los sótanos cada día hay más pobres que les sirven de colchón.
Pero lo que acontece — hoy que la Edad Media ya va quedando muy lejos — es que después de los naufragios son muchos los que nos preguntamos el como y el porqué, los que repasamos los acontecimientos y empezamos a investigar las razones por las que siempre se ahogan los mismos. Entonces es cuando llega la hora de decir basta ya, hasta aquí hemos llegado, y nos animamos por fin a buscar a la desesperada otro tipo de vida posible.
Ahora bailamos al son del capitalismo salvaje como de la orquesta del Titanic, mientras unos pocos tienen la desvergüenza de hacer alarde de poderío económico con la que está cayendo, en medio del hundimiento general de un modelo de sociedad que ya no sirve a la mayoría.
Recortan en Sanidad, en Educación, en Fomento o Investigación, nos hacen trabajar más horas y ganar menos, porque la penitencia siempre toca a los que menos culpa tienen — el capital privado es intocable, el que es de todos se roba y malgasta sin sonrojo, porque como en aquella noche aciaga del 14 de Abril de 1912, ellos saben que siempre tendrán a punto los botes salvavidas, y los demás, al mar.
No prometen ninguna luz al final del tunel de tanto sacrifício, lo importante es que sobreviva la clase pudiente y los trabajadores necesarios para hacerles la cama, no se preocupan en crear y repartir riqueza para todos, simplemente aquí ya sobramos muchos (ellos no sobran nunca, claro).
¿Donde están los verdaderos líderes, esos que dedican sus vidas al servicio de los demás, impulsando proyectos que realmente benefician la sociedad?
" Faltan ideas innovadoras, estamos en una crisis que no es solo económica, demográfica, ecológica, moral: es una crisis de civilización, una crisis de la humanidad" ( Edgar Morin).
Tenemos que cambiar el mundo entre la mayoría, todos juntos, los consumidores somos la fuerza de la economía, por lo tanto tenemos un poder para devolver a cada país la capacidad de cambiar y sobrevivir de otra manera.
No vamos a pretender que el mundo se arregle de forma tajante de la noche a la mañana, pero hay que empezar ya a construirlo sobre los valores fundamentales de la democracia y los derechos humanos, de una economía social y solidaria, que deje de estar en manos de las leyes de los mercados y sus mafias que lo controlan todo.
"No hay que quedarse solo en la catástrofe posible, sino ver también el inicio de una mejora real sobre la que se pueda fundar una nueva esperanza. Hay que resistir, la resistencia es creadora" (Stéphane Hessel).
La nuestra es una Historia de éxitos y fracasos, de naufragios y de llegadas triunfales a metas imposibles, tenemos que creer una vez más que siempre hay un puerto esperando a los que son capaces de alcanzarlo.
"Pueden porque creen que pueden" (Virgilio)
Gostei do teu texto, como sempre.
ResponderEliminarAs perspectivas são tão negativas. Continuamos a afundar-nos, sem botes salva-vidas à vista.
(Do Titanic mesmo, vi o filme )
Um beijinho grande
Me quedo con: " Los consumidores somos la fuerza de la economía,por lo tanto tenemos un poder para devolver a nuestros países la capacidad de cambiar y sobrevivir de otra manera"
ResponderEliminarTodo tristemente cierto, María. He leído Morin y Hessel, gente así es la que hace falta, y eso que son octogenarios, a lo mejor es por eso que tienen más sentido común.
ResponderEliminarLe deseo un feliz día, que pueda vivir tranquila por mucho tiempo apesar de la que está cayendo.
Abrazo fuerte, Manuel
Já nos tempos dos "nossos" descobridores se afundavam as naus por excesso de peso e de riquezas e especiarias trazidas do Oriente: na loucura do ganho, do lucro & etc.Dizem os "cronistas" dos naufrágios que o mar ficava a cheirar a pimenta...
ResponderEliminarHoje faz-se o mesmo de outro modo: à custa do desgraçadinho, dos cortes "indecentes" na educação e na saúde & etc. Na hipocrisia que "vende" a ideia que a lei laboral (nojenta) é para resolver o desemprego...
Enfim se o Titanic fosse deles era bem feito!
"Faltan ideas innovadoras, estamos en una crisis que no es solo económica, demográfica, ecológica, moral: es una crisis de civilización, una crisis de la humanidad" - tem razão E.Morin! Mas mais importante é o que citas de Hessel: "No hay que quedarse solo en la catástrofe posible, sino ver también el inicio de una mejora real sobre la que se pueda fundar una nueva esperanza. Hay que resistir, la resistencia es creadora". Têm que nos deixar a esperança!"Podem porque julgam que podem..." Isso é fundamental...
Beijos