óleo de Chagall |
A veces vivimos momentos de plenitud cuando el mundo está patas arriba, y otras sin embargo es en el mundo que todo va como un reloj, corren tiempos de bonanza y progreso, los datos del PIB son inmejorables, pero es nuestra vida la que se está derrumbando, estamos padeciendo nuestra crisis particular, la que de verdad nos jode la vida. Si además se juntan las dos tormentas, la personal y la del mundo, entonces nos enfrentamos a la crisis de las crisis, a "la ola perfecta", la ciclogénesis explosiva, la madre de todas las crisis, como dirían los árabes...
¿Qué toro es más duro de torear, el que toreamos todos juntos, o ese que nos azota solo a nosotros, sin el consuelo de compañía?
Con los años y las sucesivas crisis, individuales y colectivas, vamos aprendiendo que la palabra significa eso, ¡por lo menos hasta ahora!: situación temporalmente complicada que implica cambios, mutaciones, que no tiene nada que ver con lo apocalíptico, que las crisis son inevitables y muchas veces necesarias, que mientras duramos duran los altibajos, que la vida es una noria, que después de las vacas gordas siempre vienen las flacas y así...
Por eso con los años sabemos relativizar y no ponernos nerviosos antes de tiempo, vivir los éxitos y los fracasos con la misma filosofía, la de la temporalidad de todas las cosas, sabiendo distinguir lo que podemos solucionar de lo que no depende de nosotros, por más vueltas que le demos.
¿Si por el tamiz implacable del tiempo solo se va a colar lo que realmente tiene un interés universal, para qué tomar a pecho las insignificancias de lo cotidiano?
Con los años vamos aprendiendo que todos somos frágiles, quebradizos, dependientes, que el invierno solo es menos frío con el calor de los afectos y las alegrías, que se envejece mejor cultivando la paciencia y el sosiego y que la arrogancia es una de las emociones básicas para el sufrimiento.
Las crisis, las de fuera y las de dentro, ponen a prueba nuestra capacidad de resistencia, nuestra inteligencia, humildad y sentido del humor imprescindibles en tiempos difíciles. Séneca consideraba destructivas todas las emociones que atentan contra la serenidad, algo que muy pocas veces ponderamos. Lo que no podemos poner en cuestión es que, pese a todos los desastres habidos hasta ahora, la humanidad no dejó de avanzar, y que de cada gran crisis mundial ha salido algo bueno, menos miseria, menos injusticia, menos violencia, menos tiranía, menos abusos de poder, menos enfermedades, menos ejecuciones públicas, menos quema de inocentes en nombre de Dios...
Não há mal nem bem que sempre dure, e o tempo tudo cura.
ResponderEliminarUm bom domingo
Me quedo con:"El invierno solo es menos frío con el calor de los afectos y las alegrías"
ResponderEliminarÉ melhor tourear o touro em companhia...
ResponderEliminarSaber apanhar o nosso momento de força...
Acho que o Séneca tinha razão, também acho "destructivas todas las emociones que atentan contra la serenidad" por isso o bom humor ou mesmo o humor negro me ajudaram sempre...
E já agora o tal Horácio que não era nada parvo: "Carpe diem, quam minimum credula postero!" Acreditemos "um pouco só" (o mínimo...)no futuro.
"O ontem passou, amanhã pode não chegar, vivamos o dia de hoje com intensidade e verdade, porque é o que temos". (Isto dizem os meus amigos judeus que percebem disso um pouco.)
E já agora - para o teu domingo- e para a semana toda esta canção fabulosa:
http://youtu.be/hHroxnp1h3E
um beijo
Estaremos sempre aí com você, algumas coisas são difíceis de aceitar e não podemos mesmo aceitar. Não sei do amanhã, hoje temos vc e vc nos tem.
ResponderEliminar5 grandes bjs
maria,
ResponderEliminardeixamos um selo de muito obrigada a vc, é de coração, das 5.
http://cozinhadosvurdons.blogspot.com/2011/10/conversas-na-cozinha-i-ano.html
¡Obrigada,Gracias a vosotros por traer calor a mi invierno!
ResponderEliminar