óleo de Kokoschka |
Uno no puede renunciar a levantarse cada mañana, porque como dice Antonio Muñoz Molina, "si es importante denunciar el desastre, es más importante todavía no convertirse uno mismo en parte del desastre". También en el asfalto, por ejemplo, todos los días hay víctimas y sin embargo nos metemos diariamente en las carreteras.
No podemos quedar indiferentes a la dosis diaria de pésimas noticias en los noticiarios, ni a los millones de fracasos ni a una violencia que nos encoge el alma mientras pasa la vida. Ahora les toca a los sirios recordarnos lo crueles que podemos llegar a ser, en Siria, en México, en Colombia o en el pueblo de al lado, donde nunca pasa nada malo hasta que a uno se le cruzan los cables y rebana el cuello a una mujer con tres niños en medio de la plaza — "la primera víctima del machismo del año 2013" (que solo tiene seis días), anuncian con una precisión indecente, a sabiendas que se le van a sumar muchas más.
Crueldad es ese monstruoso placer de hacer sufrir por hacer sufrir, acaso por falta de afecto y de vínculos emocionales, por severos castigos físicos en la infancia, por humillaciones continuadas, baja autoestima, por carencia de neuronas espejo o psicopatías varias. ¡A saber!
Cada año pierden la vida de forma violenta más de 1,6 millones de personas en el mundo, y muchas más resultan heridas, física y mentalmente.
En el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud se indica que crueldad es también la ausencia de procesos democráticos y la desigualdad en el acceso al poder, las grandes injusticias sociales en la distribución de los recursos naturales, la incapacidad de acceder a los servicios básicos y a oportunidades de trabajo digno.
Nos toca siempre vivir sobre un mar de dolor donde intentamos mantenernos a flote a costa de no interiorizar todo lo malo que ha pasado y está pasando, alcanzando una mínima dosis de entusiasmo con cosas que muchas veces sabemos que son mentira, como una novela, una película, un sueño o una ilusión: un auto engaño que influya positivamente en nuestro estado emocional, nuestras conductas y juicios de valor, para así no percibir el mundo y los otros como una constante amenaza.
La humanidad está siempre convulsa, pero como dijo Stefan Zweig, " obedeciendo a una ley irrevocable, la Historia niega a los contemporáneos la posibilidad de conocer en sus inicios los grandes movimientos que determinan su época".
Algún día otros sabrán analizar con rigor lo que estamos pasando ahora exactamente.
óleo de Kokoschka |
É horrível pensar em tanta crueldade, tanta desigualdade que acontece diariamente por esse mundo fora, por questões políticas, religiosas, racistas...
ResponderEliminarMudará o mundo algum dia? Às vezes acredito que sim, outras, duvido.
Um beijinho e boa semana
mE QUEDO CON "...INTENTAMOS ALCANZAR UNA MÍNIMA DOSIS DE ENTUSIASMO CON COSAS QUE MUCHAS VECES SABEMOS QUE SON MENTIRA"
ResponderEliminarEn primer lugar decirle que me encantan los Kokoschkas que ha elegido, María.
ResponderEliminarSobre la crueldad, no nos podemos acostumbrar jamás, pero es cierto que al principio de ver ciertas barbaridades te escalofrías y luego nos vamos acostumbrando a mirar y olvidar, creo que es un acto de defensa propia. Y como en las carreteras, mientras no nos toque hay que seguir viviendo, sin llegar a entender porqué hay gente tan mala. A veces dan ganas de apearse del mundo, pero entonces es cuando más hay que buscar razones para seguir viviendo, día tras día, mientras pasa la vida...
Un fuerte abrazo, Manuel
Tens toda a razão na tua indignação! tudo muito engraçado, a gente habitua-se ou não (tudo por defesa, como dizes ecom acentua o amigo Manuel "mirar e olvidar"...) mas as pessoas continuam a sofrer "por causa das pessoas"! Desequilíbrios? Prepotências? intolerâncias? Há sempre um pouco disto até nos casos em que costumam comentar: "houve sempre, há-de haver sempre..." quando a verdade é que NÂO deveria haver nunca! SE está anunciado já que, depois de 6 dias, no ano 2013, há já uma vítima (quantas serão no final???) ninguém quer pensar nisso e POUCO se faz!)essa é a vítima "a mais"!
ResponderEliminarO Kokoschka é terrível, mas fala verdade: é horrível!
Como dizes: "es importante denunciar el desastre, es más importante todavía no convertirse uno mismo en parte del desastre..." Claro.
Mas como tu bem pensas: não se pode aceitar o desastre...
Continuamos a indignar-nos por um lado ( e muiotoooo!) e a entusiasmar-nos por outro.
Beijos e bom ano apesar de tudo acredito que vamos "sobreviver" a este ano!