Érase una vez un planeta de gran belleza natural y ecológica, el único con vida en el universo insondable que sigue en expansión, un caso extraordinario en la evolución cósmica, un lugar cuya condición de habitabilidad parece ser la consecuencia de una cadena de coincidencias casi irrepetibles.
En un momento dado, hace unos 300.000 años, lo que es un suspiro comparado con la eternidad, algunos homínidos se volvieron Homo sapiens y empezaron a pensar, a emocionarse y a desarrollar el cerebro hasta protagonizar avances asombrosos, siempre gracias a sus mentes más privilegiadas, claro. Toda una historia apasionante llena de grandezas y miserias.
Pero ahora los humanos nos enfrentamos a unos problemas tan graves que estamos poniendo en riesgo la supervivencia planetaria, no solo la nuestra sino la de toda fauna y flora. Con tal panorama a la vista no podemos seguir en manos de mandamases aprovechados, ambiciosos y con pocas luces, responsables máximos de lo que pasa, y para muestra un botón: ya sobramos dos tercios de la población mundial, contaminando y agotando los recursos que aun quedan, y sin embargo en países como España, por ejemplo, con 3 millones de parados, los políticos de turno intentan fomentar la natalidad por la sencilla razón de que "hace falta que nazcan muchos niños hoy, para pagar mañana las pensiones de los trabajadores de ahora, porque cada vez habrá más ancianos y durarán más tiempo"... Así de simple.
Nuestro mundo está en peligro y gobernado por unas lumbreras que huyen hacia delante en lugar de enfrentarse a los problemas con clarividencia y determinación. Es urgente un consenso universal, que Todos se pongan de acuerdo para, entre otras muchas cosas, regular precisamente la natalidad, así como la distribución del trabajo, de la riqueza, frenar el consumo salvaje, el cambio climático y etcétera, etcétera. Se necesitan mandatarios lúcidos, cultos y valientes, ellos y por supuesto toda la población: respetarnos y aprender que la Naturaleza es indomable, mucho más fuerte que nosotros, y que cuanto más tecnología y armamiento vamos teniendo, más peligroso se está volviendo el futuro.
Afirma Woody Allen que hemos pasado por momentos desoladores a lo largo de la Historia y que "da la impresión que siempre salimos adelante después de pagar unas multas terribles". Y tan terribles. Con la posibilidad de que pueda llegar el día en que no haya salida para absolutamente nadie.
Por ahora algunos aun disfrutamos de una grata existencia, rodeados de comodidades, belleza y paz, pero la incertidumbre y el miedo están allí. La encrucijada es de tal magnitud que ya no se puede dejar por más tiempo ciertos asuntos en manos de avispados mediocres y estafadores.











