lunes, 8 de abril de 2013

DE TREPAS Y LACAYOS






óleo de Natalya Nesterova


Todos soñamos o alguna vez hemos soñado con el éxito, con llegar lejos, con mirar al mundo desde la cima. Los que tienen la suerte de encontrarse con la escalera que lleva directamente a la gloria, suben los escalones de dos en dos, que es lo propio de la humana condición. Pero ojo, una cosa es ascender por la conjunción propicia de los astros, dígase talento + esfuerzo + suerte, y otra muy distinta querer hacerlo a base de pisotones, zancadillas y otras malas artes.
Como ahora todo se define y se cataloga, al trepa vulgaris se le considera portador de una psicopatía subclínica y se le denomina "autopromotor aberrante", se dice que la gente servil y rastrera practica lo que dio en llamarse alpinismo laboral...
Se trata de un deporte bajuno, bastante de moda en el trabajo por cuenta ajena, público o privado, lo mismo da, así como en el ámbito político, artístico e incluso en el social y familiar. No es necesario entrenamiento, es una vocación que se tiene o no se tiene, solo hace falta una doble cara, ser falso por naturaleza, convincente, manejar con soltura la auto propaganda, la mentira y la calumnia, ser desmedidamente ambicioso y competitivo, hacer suyas las ideas y los éxitos de otros, presentarse como voluntario para servicios inmorales a cambio de recompensa, y un largo etc. Camaleónicos e insensibles, pueden pasar de seductores baratos a amenazantes, traidores o hasta bufones de feria, llegado el caso, pues con tal de lograr sus ambiciosos fines les van todas las vestiduras. Les conocen hasta los que les utilizan, por lo que suelen terminar muy solos.
Cuando no logran sus metas y no alcanzan el reconocimiento que esperaban, suelen auto convencerse de que eso se debe exclusivamente a la envidia ajena — la ambición y la auto complacencia suelen ir de la mano. Si por el contrario llegan a conseguir alguna cuota de poder, se convierten automáticamente en un peligro social.
El "auto promotor aberrante" puede sufrir enfermedades psicosomáticas causadas por la frustración prolongada del abismo que se abre entre las expectativas que tiene sobre si mismo y la pobre realidad que cosecha.
Algún día los especímenes más tóxicos de la tribu tendrán que abandonar este deporte, porque algún día todos los ascensos se ganarán a pulso y el vampirismo laboral y emocional ya no servirá de nada, ni en las oficinas ni en los corazones.

"Por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida" ( D. Quijote)


témpera del siglo XVI, autor desconhecido ( Yale Art Gallery)

3 comentarios:

  1. Terrível e verdadeiro!
    Claro que é justo (?) prourar "ascender por la conjunción propicia de los astros, dígase talento + esfuerzo + suerte" mas essa do trepa vulgaris, rastejante do tal alpinismo laboral (adorei!) é a vergonha dos homens!
    "Camaleónicos e insensibles" e ladrões e egoístas e prepotentes que tudo querem e...nada merecem!
    Fantásticas as imagens -sobretudo a da Nesterova! A treparem, treparaem...até quebrarem o pescoço!
    beijinhos

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  2. Há por aí muita gente assim! Infelizmente!
    Também gostei muito da primeira pintura.
    Um beijinho grande
    Chabela

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  3. Mi querida María, creo que la figura del trepa existe desde que aún éramos monos, y existirá mientras haya gente sin escrúpulos a quién le encante ser adulado. Enchufismo, servilismo, ambición desmedida, falta de honor, mediocridad ambiciosa, falta de sentido de la justicia, va todo en el mismo pack. Todos nos hemos tropezado con esos "alpinistas", lo mejor es echarse a un lado y dejarlos pasar, y procurar vivir la vida como cantó Sinatra, A mi Manera.
    Tiene usted razón apuntando que este oportunismo barato campa en todos los terrenos, cuanto tiempo hemos perdido todos leyendo bazofias y dejando por leer obras maestras por falta de tiempo, o hemos escuchado música que no valía la pena. Siempre hay culpables cuando lo malo triunfa, aunque sea por un rato.
    Si no confías en tu pareja, en tu médico, o en los políticos que ganaron unas elecciones, la situación se hace muy crítica. Esperemos que algún día todos seamos D. Quijote.
    Un abrazo amigo.
    Manuel

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