martes, 3 de julio de 2012

¿QUIÉN ES MÁS FELIZ?








pintura chilena anónima



En la más reciente etapa de desmadre capitalista, los nuevos ricachones afirmaban sin bochorno que el dinero lo era todo, mientras los medios audiovisuales les hacían la ola, repasando a todas horas como era el lujo y el desenfreno; quedaba muy clarito que el que no se subía a ese carro era porque le era imposible.
Ahora han cambiado los vientos, los nubarrones de la crisis han encogido los humos a los ricos sin fundamento, los de la sonrisa blanco nuclear que ya no se estila tan blancahechos aprisa y corriendo, a golpe de cara dura. Sin embargo a los otros, los de toda la vida, también bajo sospecha y amenaza, les da por la discreción y la humildad, y ahora los medios se preocupan mucho en vendernos el pescado de que el mundo está lleno de gente rica y egoísta que no es feliz para nada y no consigue afrontar cada día sin "colocarse" antes con ayudas artificiales.
Se dice, se rumorea – eso sí, con base en psiquiatras de peso como puede ser Barry Schwartz u otros– que tener más dinero del que se puede gastar es una enorme desgracia, que las necesidades totalmente satisfechas no generan comportamiento alguno, que una persona sin ninguna motivación para la lucha diaria moriría de hastío,  bla, bla, bla...
Intento poner orden en mi propia cabeza, que si no tengo las ideas medianamente claras no puedo ser feliz yo. A saber:
– ¿Me gustaría ser muy rica?
– Supongo que sí.
– ¿ Me gustaría ser muy bella?
– Rotundamente sí.
– ¿ Me gustaría haber triunfado en la vida en algo, a ser posible interesante?
– Pues sí.
– Me gustaría tener una vida de novela, unos amores de novela, una familia de novela, una casa de novela, unos amigos de...
– ¡¡ Sí, sí, sí,!!
Una vez llegada a este punto de sinceridad y clarificados estos conceptos básicos, hay que desmenuzarlos con el sano propósito de conseguir una indispensable cordura:
Parece ser que no existen ni la felicidad completa ni la infelicidad eterna, con dinero o sin dinero, y que eso pasa porque las emociones están hechas para fluctuar como la aguja de una brújula, e igual que ella termina indicando siempre el norte, nuestras emociones siempre vuelven a lo que los científicos llaman el "estado basal" del cerebro de cada uno, y la razón de que así sea es que disponemos de un sistema llamado "inmunológico sicológico" que tiene la función de protegernos del dolor. Así pues, cuando el infortunio se nos hace insoportable, el cerebro activa los mecanismos de recuperación del bienestar necesario para seguir viviendo. Curiosamente los trastornos de poca monta, las cotidianas contrariedades de la vida, no tienen la fuerza suficiente para disparar esa reacción mental, donde entra en juego el mismísimo instinto de supervivencia. De ahí la paradoja de que a veces nos quejamos y sufrimos mucho con los problemas pequeños y sin embargo nos enfrentamos con una gran entereza a un revés serio, para sorpresa muchas veces de propios y extraños (¿les suena eso de que "lo poco cansa y lo mucho amansa"? ).
Y sí, es cierto, hay miles de estudios que lo corroboran: la gente sin dinero puede ser mucho más feliz que la que lo tiene, el triunfo lleva a algunos, no todos, claro, a la infelicidad y a la autodestrucción. Igual que dice el refrán que "la suerte de la fea la guapa la desea", el dinero es un medio, jamás un fin en sí mismo, soluciona algunas cosas, pero quedan otras muchas, esenciales y fuera de su ámbito.
Las personas con una mente sana aman la vida lo bastante para ser capaces de renacer y ser tal como eran después de cada mazazo, la aguja de su brújula interior, si el cerebro les funciona bien, siempre volverá a apuntarles la Luz y la Esperanza.

"He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido
feliz". ( Jorge Luis Borges)




Foto marroquí anónima



7 comentarios:

  1. A pintura tem as cores e o sol da felicidade. A aranha que será?
    A minha mãe costuma dizer, quando aparece uma aranha pequenina aqui em casa, que é carta, dinheiro ou visita. Um destes chegará. Não sei se se concretiza, porque depois esqueço aranha.

    É triste esta frase do Jorge Luis Borges. Eu acho que alguma felicidade depende de nós. Se andarmos bem dispostos, se formos positivos, se aceitarmos o inevitável sem dramas...porque a vida é feita de alegrias e tristezas. E sofre-se mais se formos negativos e pessimistas.

    A felicidade é tão relativa. Na verdade, mesmo no dia-a-dia, as pessoas que conhecemos, têm formas diferentes de encarar a vida, e a felicidade também depende disso. Conheço pessoas que dentro dos limites do razoavel, têm tudo para ser felizes e não conseguem sê-lo, outras com problemas graves, de saúde por exemplo, conseguem ser felizes e encontrar força para contornar os obstáculos e os dias menos bons. Estou a lembrar-me de gente que conheço.

    Por isso, é um pouco como dizem: ser feliz é uma escolha. Há alguma verdade nisso.

    Um beijinho grande

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  2. O quadro da criança já basta.
    Felicidade é uma opção que se faz, já dizia nossa avó.

    bjs nossos

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  3. Me quedo con que un sistema inmunológico sicológico nos protege del gran dolor y con esa brújula interior que siempre termina por indicarnos la Luz.

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  4. O que vale é dispormos do tal sistema que referes, o "llamado "inmunológico sicológico" que tiene la función de protegernos del dolor. Así pues, cuando el infortunio se nos hace insoportable, el cerebro activa los mecanismos de recuperación del bienestar necesario para seguir viviendo."
    Ao menos isso! Assim, "entretemo-nos" com os sofrimentos menores que tanto nos "fazem sofrer"...
    Quanto à frase do J.L. Borges não concordo mesmo nada: a felicidade existe sempre, nem que seja por momentos -e isso enche a vida! Já disse!
    Prefiro a "brújula interior"...que "siempre volverá a apuntar la Luz y la Esperanza. Hasta el final."
    Para sempre, claro!
    Hasta la vitoria final!

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  5. Tan interesante como nos tiene acostumbrados,querida María. ME hizo reflexionar, aprendí cosas esperanzadoras. Muchas veces vemos cosas terribles y lo primero que pensamos es:yo esto no lo podría soportar. Luego vemos como las personas se reponen y a veces hasta llegamos a pensar que no tenían sensibilidad o amor bastante. Ahora lo entiendo todo, aprendí una maravilla más de nuestro cerebro, y me quedé más tranquilo, gracias por esta aportación que desconocía. Sistema inmunológico sicológico, no lo olvidaré más, me gusta.
    Y que nuestra brújula nunca se escacharre y apunte siempre a nuestro Norte, esa luz y esa esperanza que al final serán las que llevemos dentro.
    Un abrazo amigo

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  6. SE me olvidó firmar, y comentarle que me gustó mucho conocer su tipito juvenil, parece una chavala.
    Su amigo Manuel

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  7. Por dentro, querido Manuel, por dentro...
    Gracias de todas formas, un fuerte abrazo

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