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| COBI |
En 1992 los Juegos Olímpicos nos tocaron en Barcelona y hoy miramos con nostalgia y asombro todo lo que llevamos pasado desde aquello, personal y colectivamente, las alegrías, los fracasos, las esperanzas, los desengaños.
Los que entonces teníamos cuarenta y tantos nos metimos en los sesenta, pasamos de la edad en que la juventud aun casi se podía rozar a la resignación de verla alejarse definitivamente.
Entonces los españoles nos sentíamos orgullosos, seguros, llevábamos la cabeza alta, optimistas y confiados: en la ceremonia de apertura lloraron de emoción deportistas e infantas, organizadores y voluntarios. Monserrat Caballé y Freddy Mercury cantaron una canción de antología que nos llegó muy dentro.
Parece que haya sido ayer, que "veinte años no es nada", y sin embargo aún no había móviles ni ordenadores en nuestras vidas e Internet terminaba de nacer, con la tecnología world-wide-web, todo el umbral de un mundo nuevo, insospechado, de iPhones, Blackberries, tabletas, e-mails, redes sociales, y todo lo que eso trajo consigo.
Entonces SIDA era sinónimo de devastación y muerte segura que ha dejado muchas ausencias. Entonces, y esto sí es grave, aun creíamos en la política, en el Tribunal Supremo y en muchas instituciones que nos han defraudado completamente y hoy están en tela de juicio.
Hay muchas cosas en crisis, pero no todas, y la fiesta del deporte nos recuerda cada cuatro años que es posible un mundo más hermoso y solidario, cuando atletas de cientos de países desfilan ilusionados, queriendo solo poner a prueba su capacidad de superación, aunque sean de países tan pobres que a veces no tengan ni para comprarse unas buenas botas.
Dice Rosa Montero (El País Semanal) que desde el noventa y dos hemos perdido la inocencia, por desgracia siempre se pierde la inocencia cuando se tiene la edad suficiente — con crisis y sin ella — pero no la fe y la esperanza en que el mundo mañana siempre sea un poco mejor que hoy.
Dentro de otros veinte años, que volverán a no ser nada como el tango, los que sigan aquí echarán la vista atrás para volver a asombrarse de lo que lleven visto y vivido.
Y la vida seguirá, como siempre.
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| Torre de Calatrava |
Me quedo con: "siempre se pierde la inocencia cuando se tiene la edad suficiente".
ResponderEliminarPor desgracia así es, y quién no la pierda, seguramente es porque no ha mirado alrededor con ojos de ver...
EliminarLembro-me de ouvir a Monserrat Caballé e o Freddy Mercury na abertura dos jogos. Se não foi mesmo no dia, deve ter sido nalguma repetição dos dias seguintes. Já lá vão vinte anos...
ResponderEliminarVinte anos pode ser muito, mas olhando para trás parece tão pouco. Nós não nos apercebemos como o tempo passa por nós. Como passa depressa.
O mundo mundo tanto, realmente...
Fé e esperança. São palavras e sentimentos importantes que nos ajudarão a caminhar, quando durante os próximos vinte anos nos sentirmos desanimadas. Sim, porque se Deus quiser havemos de por cá andar...
Não ligo aos jogos olímpicos, mas gosto que Portugal faça boa figura, claro. Por isso, boa sorte para Portugal e Espanha também, já agora.
Um beijinho grande
( Não estranhes a minha ausência, porque vou uma semana de férias. Vou segunda-feira. Não levo computador.Quando vier mando-te um mail.)
Tens toda a razão, Chabela, é fora de nós onde nos apercebemos melhor que o tempo passa a correr. Ter fé e esperança, que é quase o mesmo, é uma fonte de paz e alegria, ajuda muito a levar os maus momentos da vida.
EliminarFELIZ VIAGEM!! Leva os meus beijinhos mais frescos.
Gracias por esa preciosa rosa compartida, María, nunca nadie me había regalado una flor...
ResponderEliminarDeporte es una palabra mayor, cuando decimos "tomar algo con deportividad" queremos significar tomarlo de la mejor manera posible, con sensatez y sabiduría. Aunque hay deportes denostados por ambiciones y competitividades malsanas, sigue siendo uno de los logros más sublimes, nos superamos, nos apasionamos o simplemente nos distraemos de problemas que nos están hiriendo.
Viva el deporte, siempre.
Un abrazo fierte, su amigo Manuel
Claro que 20 anos não são nada (...) e tudo recomeça cada dia: esta é que é a verdade! E muito se conquistou, muito se avançou, e muito temos que "agarrar" para não nos tirarem hoje... Mas, positivo sem dúvida o balanço! Eu não choro sobre o que se perdeu, como tu não choras: nós queremos é que tudo se continue a conquistar e, nesse aspecto, a participação de todas estas nações -pobres, ricos e miseráveis, e de todas as convicções religiosas- é um passo em frente!
ResponderEliminarGosto da Rosa Montero e ela tem toda a razão quando diz e tu referes que "desde el noventa y dos hemos perdido la inocencia(...) pero no la fe y la esperanza en que el mundo mañana siempre sea un poco mejor que hoy".
Vamo-nos continuar a maravilhar, Maria!
Até daqui a 20 anos...
Para já, bom domingo!
Me lembro de ter ficado emocionada nessa abertura das olimpíadas em Espanha, coisa que não senti nessa, a não ser ver Marina Silva lá, de branco, uma seringueira brasileira que aprendeu a escrever e a ler com 16 anos e hoje é repeitada em todo o mundo pela luta por uma preservação da natureza.
ResponderEliminarEntão, quando vejo alguns atletas e suas dificuldades, acredito na esperança de dias melhores, da esperança e da superação. Cada um a seu tento, cada qual a seu contento.
Se perdemos a esperança, perdemos o sonho e aí, de certo morremos.
Concordo com a Falcão, até daqui a 20 anos ...a todos
bjs nossos